La frase tan coloquial pero contundente con la que titulo esta columna, es de Gabriel García Márquez. Gabo tuvo una gran influencia en la Constitución de 1991, es más, lo invitaron a ser candidato para la construcción de este documento superior de la sociedad colombiana, pero declinó.
En el preámbulo de la convocatoria de la constituyente de aquel entonces, Así reflexionaba el Nobel: “Esta vaina es de todos, no hay que entregarles el monopolio de la Carta a los políticos o los catedráticos de derecho, sino en una reunión abierta donde prevalezca lo más importante de todo: el sentido común”
Gabriel García Márquez, fue uno de los protagonistas de la Constitución del 91, que recientemente cumplió 33 años y que, de nuevo, se encuentra en el radar de la opinión pública, pues de nuevo le quieren echar mano para modificarla o cambiarla por completo, se desconoce la intención verdadera.
Gabo corrigió y sugirió muchos de los textos de nuestras Carta Política, pero más allá de su certera pluma, también propuso ideas muy avanzadas para esa época, muchas de las cuales no fueron tenidas en cuenta. Es que casi nunca le hacemos caso a los mejores pensadores.
Dentro de las ideas, García Márquez planteaba que la mayoría de edad para ejercer el derecho al voto quedara en los 16 años. Su argumento central era que la política tenía que rejuvenecerse. No lo logró.
También fue muy crítico de la reelección presidencial e influyó para que así se estableciera, aunque algunos años después, le torcieron el pescuezo a esta posibilidad, aunque en la actualidad el asunto se encuentra en su estado inicial.
La doble vuelta presidencial fue otro de sus aportes. Sin duda es un mecanismo que contribuye para que el nuevo inquilino de La Casa de Nariño llegue con un respaldo más contundente. El mecanismo ha sido más favorable que regresivo.
Una de sus iniciativas tenía que ver con la duración del mandato presidencial, lo estableció en 5 años, pero no fue acogida. Su argumento se sustentaba en la prohibición de la reelección y que ese espacio de tiempo era suficiente para cumplir con las promesas de campaña.
Gabo intentó sin éxito impulsar el voto de los militares, decía que este es un acto íntimo y por tal motivo, no era impulsado por alguna consideración ideológica. En la actualidad, Colombia es de los pocos países en el mundo, que mantienen esta restricción.
Una de las ideas que sí prosperó y aún se mantiene, está relacionado con la no obligatoriedad del voto, precisaba que era antidemocrático imponer tal reglamentación.
Interpretando a Gabo, creo que en la actualidad se ratificaría en su concepto sobre la preservación de la Constitución del 91, no le mamen gallo y permitan que ésta se siga desarrollando, de todas formas aún es una joven de 33 años.