Recientemente, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) dio a conocer que los desastres naturales ya representan el 0,22% del PIB mundial; y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) reveló que entre 1970 y 2021, los fenómenos meteorológicos extremos causaron más de 11 mil desastres, lo que significó más de 2 millones de muertes y pérdidas económicas de 4,3 billones de dólares.
Sin embargo, la discusión sobre las responsabilidades de los gobiernos frente al cambio climático es un tema en el que a nivel mundial todavía no existe un consenso. Todos sabemos que tiende a ser manejado de acuerdo con muchos y variados intereses.
Los informes científicos, en gran parte ignorados, indican un vínculo estrecho entre la mayor potencia de los fenómenos climáticos y los efectos del hombre sobre la naturaleza.
Las sequías, heladas, nevadas, lluvias, incendios forestales, huracanes y tormentas, son fenómenos cada vez más destructivos que generan impactos en los derechos de las personas y pone en riesgo a las generaciones venideras.
Aunque para algunos suene extraño, los derechos humanos (DDHH) se relacionan íntimamente con el cambio climático que afronta el planeta.
Así lo demuestra la sentencia contra Suiza, dada a conocer a principios del pasado mes de abril por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), la cual sentó un precedente trascendental en la historia de la llamada causa climática mundial.
El caso fue presentado por la asociación 'KlimaSeniorinnen', conformada por más de 2 mil ancianas suizas. Ellas denunciaron a su gobierno por no protegerlas contra el cambio climático, argumentando que sus políticas son "claramente inadecuadas" para mantener el calentamiento global por debajo del límite de 1,5°C, del Acuerdo de París.
El fallo dice que “El gobierno suizo ha incumplido sus obligaciones en virtud del Convenio Europeo en relación con el cambio climático, entre otras cosas por no establecer límites a las emisiones de gases de efecto invernadero y por no cumplir los objetivos que había fijado en el pasado en materia de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero”.
Esta decisión es la principal base jurídica con la que cuenta este tribunal para pronunciarse en casos medioambientales, pero supone una decisión histórica en relación con la crisis climática, según muchos analistas internacionales.
El TEDH devolvió el caso a la justicia suiza, que ahora deberá obligar al Estado a tomar medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Sin embargo, lo que podría ser más significativo es que esta sentencia es aplicable a todos los países del Consejo de Europa. Así, afectará a todas las demandas ciudadanas contra quienes no actúan frente al cambio climático con la contundencia que exigen los datos científicos.
La sentencia del TEDH es una gran victoria para el clima global y, con toda seguridad, se convertirá en un ejemplo mundial para exigirle a los gobiernos que más allá de fijar metas, cumplan con sus objetivos.
De esta forma, y con la causa suiza como ya es conocida la acción de las 'KlimaSeniorinnen', se transmitió un claro mensaje a los responsables de las políticas en los países europeos, frente a la obligación de intensificar sus esfuerzos para proteger a las poblaciones y a las personas de los devastadores efectos climáticos.
Esta es la primera vez que se condena a un Estado por no proteger a su población frente al cambio climático, pero a su vez significa el nacimiento de una nueva era, en la que los litigios estratégicos serán utilizados cada vez más para obtener justicia y protección en este sentido.
Luego de varios años de dar pelea, las 'KlimaSeniorinnen', todas mujeres mayores de 65 años le han demostrado a la humanidad que, a través de la unión y el esfuerzo común, es posible comenzar ese cambio que tanto reclamamos, pero frente al cual muchas veces nada hacemos.
En hora buena esta sentencia.