Llevamos apenas tres meses del gobierno de Gustavo Petro y todo parece pronosticar un desastre, lo que expertos en economía, seguridad, política pronosticaron se está cumpliendo, lo único que ha sorprendido es la rapidez con la que todo ha empeorado, el futuro no parece ser promisorio, serán cuatro años de pesadilla.
Son muchos los temas que preocupan hoy a los colombianos; la arrogancia del gobierno ya empieza a pasar factura en los índices de popularidad y en el ánimo de la gente, el mal manejo económico, los cultivos de coca, el fortalecimiento de las estructuras criminales, el dólar, entre otros, son un dolor de cabeza constante.
A todos los anteriores, hay que sumarle el deterioro de la Policía Nacional, el pésimo manejo de la seguridad ciudadana y las acciones para premiar a delincuentes de poca monta, en vez de perseguirlos, juzgarlos y condenarlos.
La semana pasada el país vio horrorizado las marchas de los indígenas en Bogotá protestando contra el gobierno que ellos mismos eligieron. Por supuesto, todos los colombianos sin excepción tenemos derecho a protestar, incluso aquellos que votaron por Petro, hoy arrepentidos, tienen derecho a alzar su voz de protesta, llenar las calles y plazas para usar su legitimo derecho constitucional, eso sí, en paz y respetando los derechos de los demás ciudadanos, requisito constitucional que parecen desconocer o ignorar, tristemente terminan echando al traste sus pretensiones con violencia desmedida.
Durante la protesta empezaron a circular imágenes terribles, los desadaptados empezaron a tirar piedras y palos, la primera imagen que a mi me llegó y me dolió fue la del ESMAD arrinconado en unas escaleras, hombres y mujeres siendo agredidos a golpes, sin poderse defender, sin poder actuar, sin poder restablecer el orden en beneficio del resto de ciudadanos, vi una Policía descuadernada, desmoralizada, tristemente maniatada.
Eso no fue todo, poco tardaron en llegar imágenes peores, el intento de linchamiento de dos seres humanos; con familia, amigos, sueños, dos Policías que se salvaron de morir apedreados de milagro, gracias a Dios todavía hay gente buena, ciudadanos que por cualquier circunstancia estaban ahí evitaron que mataran a este hombre y a esta mujer, que pese a portar el uniforme han sido abandonados por las políticas del gobierno, peor aún, esas políticas parecen privilegiar a los bandidos que llevaron a cabo tan terribles hechos, tanto así, que mientras todo esto ocurría el Congreso votaba un indulto a la primera línea, lo cual, por fortuna y presión ciudadana no fue aprobado.
Como si fuera poco, luego el Presidente fue a visitar a los dos Policías mal heridos en el hospital, y no esta mal en sí que los visite, lo que esta mal es el falso apoyo a esas dos personas, porque tanto el Presidente, como algunos de sus más cercanos colaboradores se dedicaron en el paro nacional a deslegitimar a la Policía, a generar odio alrededor de dicha institución con fines electorales, indigna creer que esos Policías se van a sentir mejor con un par de palmadas en la espalda, no señor Presidente, no es con palmadas y lágrimas de cocodrilo, la Policía necesita apoyo y herramientas legales y políticas para defenderse y para defender a todos los colombianos.
Todo lo que ha pasado hasta aquí es doloroso, pero faltaba el premio, luego de estrechar esas manos adoloridas en el hospital, el Presidente corrió a estrechar las manos de los victimarios en el Palacio de Nariño ¡vaya premio! la violencia y el caos dan citas inmediatas con el Presidente de la República, entonces ese es el premio e incentivo para todo aquel que quiere llamar la atención del primer mandatario, que error enorme, que mal mensaje, pero quedo claro, este es el gobierno por y para los bandidos.
Mientras el clima para la mayoría es de incertidumbre, de miedo, de desesperanza porque la economía empeora cada día, no se generan nuevos empleos, al contrario, se pierden cada vez mas trabajos, la seguridad empeora en el campo y las ciudades, un viceministro aparentemente usa sus influencias para liberar bandidos de una tanqueta de la Policía, ese es el resumen de tres meses de gobierno.
El gobierno para los bandidos.