El pasado 9 de agosto se conoció la lamentable noticia del asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio en el país hermano de Ecuador, un hecho que empaña y sacude la contienda electoral y que, por supuesto nos hace reflexionar sobre la importancia de la democracia y la pluralidad de posturas que no nos hacen enemigos, sino que por el contrario son una oportunidad para fortalecer el debate.
Lo sucedido también nos recuerda la ‘oscura noche’ de nuestro país durante la época de las elecciones presidenciales de 1990 cuando fueron asesinados Bernardo Jaramillo Ossa líder de la Unión Patriótica (UP) en el aeropuerto El Dorado de Bogotá y Carlos Pizarro Leongómez, candidato a la presidencia por el M-19 (que se había desmovilizado y convertido en partido político), en un vuelo comercial de Avianca.
En nuestro país, en total han sido asesinados siete candidatos a la presidencia en toda nuestra historia, hemos vivido la violencia política, pensar diferente durante décadas nos costó litros de sangre que se derramaron en nuestro territorio, sufrimos el exterminio de un partido político y hemos escuchado como los falsos positivos eran prácticamente una política de Estado, por eso el hecho de Ecuador nos sacude y nos hace reflexionar en la necesidad de seguir fortaleciendo nuestra democracia y la posibilidad de construir desde la diferencia.
Hoy por hoy podemos ver como nuestro país, con un poco de dificultad, está saliendo de la espiral de la violencia, como se están hablando de las problemáticas sociales desde otro enfoque y cómo se ha hecho de la vida una política pública que rige todas las decisiones, ahora tenemos un gobierno que está en los territorios, que entiende sus necesidades y materializa soluciones; nos costó muchas décadas de violencia y aunque aún no hemos finalizado vamos en el camino correcto.
Para el hermano país de Ecuador, fuerza para que la senda de la paz sea la que tome el mando en las decisiones y que los comicios puedan retornar el rumbo lejos de este lamentable e infortunado hecho, que la verdad y la justicia hagan lo suyo y que la calma retorne a sus territorios para que con oportunidades y justicia social construyan el país de sus sueños. Que nunca más muera la democracia en ningún país.