Un breve recuento
En la vida es importante perseverar y no desfallecer aunque haya miles de obstáculos y las circunstancias estén en contra. Hace más de 4 años que decidimos unir esfuerzos con el senador Luis Fernando Velasco tras recibir y constatar varias denuncias de ciudadanos que habían sido reportados injustamente en casos de fraude o suplantación de identidad. Muchas personas pedían a gritos a sus entidades financieras que les permitieran volver a tener crédito formal, ya que por una equivocación o una quiebra de su empresa habían resultado reportadas en las centrales de riesgo y, años después, seguían cargando con ese lastre, sin más alternativa que acudir a un infierno peor: el gota gota o el paga diario.
Fue así como decidimos presentar una reforma a la ley estatutaria de Habeas Data 1266 de 2008, de autoría de mi compañero Velasco, para corregir y actualizar varias disposiciones de la misma casi una década después de su entrada en vigor. Nuestra reforma ha sido conocida por la ciudadanía como el proyecto de borrón y cuenta nueva en las centrales de riesgo, ya que uno de sus artículos esenciales propone una amnistía por única vez para que, quienes se pongan al día con sus deudas en un período limitado, salgan del reporte negativo y recuperen su vida crediticia en las entidades financieras y establecimientos de comercio.
El trámite de esta iniciativa, como muchos de ustedes han sido testigo, no ha sido fácil. Tuvimos que radicarlo en cuatro oportunidades porque la discusión no avanzaba y debía aprobarse en sus cuatro debates por mayoría absoluta en una misma legislatura (un año). Sin embargo, con el senador Velasco y el respaldo de los colombianos no desistimos y lo intentamos, una vez más, en julio de 2019. Esta vez lo logramos. Pasó por unanimidad en el Senado a finales del año pasado y entre abril y mayo del 2020, tras largas jornadas de debates y audiencias públicas escuchando a todos los sectores, fue aprobado por la Cámara de Representantes.
Este fin de semana, los autores y ponentes del proyecto en Senado (que somos Velasco y yo), así como los ponentes Cesar Lorduy y Harry González, a quienes hago un reconocimiento por su absoluto compromiso y férrea defensa de esta iniciativa en la Cámara de Representantes, conciliaremos los textos aprobados en ambas corporaciones para tener un solo texto definitivo que será aprobado por las plenarias. Hay algunos cambios que se incluyeron en la Cámara, especialmente por la contingencia del Covid 19 y, por ello, se hace necesaria la conciliación. Luego de esto, la Corte Constitucional debe revisarlo por tratarse de una reforma a una ley estatutaria y, finalmente, pasa a sanción presidencial para convertirse en ley de la República.
Los puntos clave del proyecto
1) Como lo dije antes, uno de los artículos sustanciales de esta iniciativa es la amnistía por única vez para los colombianos que se pongan al día en los doce primeros meses de vigencia de la ley y para quienes lo hayan hecho con anterioridad. En un inicio, nuestra iniciativa contemplaba la amnistía por seis meses, pero dadas las circunstancias actuales y la crisis económica generada por el coronavirus propusimos ampliar el período de gracia a un año y así dar tiempo a que las personas que atraviesan una difícil situación puedan pagar sus deudas y salir de las Centrales de Riesgo.
¿Cómo funciona la amnistía? Las personas que tengan una deuda y ya hayan pagado o quieran hacerlo durante el primer año de vigencia de la ley, deben permanecer en las centrales de riesgo al menos seis meses. Entonces, por ejemplo, si usted tiene una deuda y paga, una vez entre en vigencia la ley, saldrá en máximo seis meses del reporte negativo. Otro caso es si usted ya pagó y ya cumplió el tiempo de castigo de seis meses o más podrá salir inmediatamente de la central de riesgo.
Para las personas que hayan entrado en mora con sus obligaciones, a partir del inicio de la emergencia sanitaria a causa del Covid 19 y hasta el 31 de diciembre del 2020, no podrán ser reportadas negativamente en los bancos de datos siempre y cuando busquen una renegociación con el establecimiento de crédito o comercio para pagar más adelante su deuda cuando la situación se haya normalizado.
Igualmente, hay un trato especial a los estudiantes que tengan créditos educativos con el Icetex y, atendiendo la crisis económica por la que atraviesan muchos sectores, se incluyó a los pequeños productores, jóvenes rurales, mujeres rurales y víctimas del conflicto armado -definidas por Finagro. Todos estos grupos poblacionales que paguen su obligación vencida saldrán inmediatamente del reporte negativo, sin necesidad de esperar los seis meses.
2) Otra medida importante de nuestro proyecto es la doble comunicación para las personas que tengan una deuda de bajo monto. Si la deuda es menor al 15% del salario mínimo, es decir, menos de $131.670, deberá recibir dos comunicaciones antes de ser reportado negativamente. Con esto se busca que las personas tengan tiempo de pagar y eviten que las metan en las llamadas ‘listas negras’.
3) En Colombia, actualmente, estar o haber estado en una central de riesgo por una mora es casi una muerte financiera. Lo peor es que aunque usted pague sigue cargando una especie de tacha y su calificación crediticia no vuelve a subir. Por ello, con nuestra iniciativa, la calificación crediticia de un ciudadano deberá normalizarse de inmediato cuando se elimine el reporte negativo.
4) Otra de las denuncias que recibimos de los colombianos es que hoy cada vez que consultan su información crediticia les cobran y, además, les disminuyen la calificación. Esto ya no va a ocurrir. La consulta siempre será gratuita para el titular en todos los canales y no disminuirá la calificación.
5) El historial crediticio de una persona no se usa adecuadamente en nuestro país. Por tal razón, en el proyecto quedó prohibido que esta información se use para tomar decisiones como el otorgamiento de un empleo u otros fines diferentes al análisis de riesgo.
6) Un gran flagelo que viven muchísimas personas es el fraude y la suplantación personal. Hoy en día es muy fácil que una persona saque una fotocopia de su cédula o se haga pasar por usted con tanta información circulando por internet y las redes sociales. El problema es que uno no se da cuenta que alguien le ha suplantado la identidad hasta que está reportado y con una deuda impagable. Para rematar, hay revictimización porque si usted pone la denuncia debe esperar hasta que termine el proceso judicial que puede demorarse 5, 7 o 9 años, mientras su mora sigue corriendo.
Hemos recibido casos muy graves y dolorosos. Por ello, era necesario hacer algo al respecto. Con nuestra iniciativa, las personas ya no deberán esperar casi 10 años a que acabe el proceso judicial, sino que con la sola comunicación y presentando las pruebas a su entidad financiera o establecimiento de crédito se les eliminará el reporte negativo y quedará una anotación de que ha sido víctima de suplantación personal. El ciudadano podrá adelantar su denuncia ante la Fiscalía, pero ya no tendrá un doble calvario con una deuda pendiente que no le corresponde.
Para terminar, ante algunas críticas infundadas que ha recibido el proyecto, es importante aclarar que en el mercado crediticio seguirá existiendo suficiente información que permita tomar decisiones a los establecimientos de crédito y que historial de las personas naturales y jurídicas se mantendrá para todas las personas, con buenos o malos hábitos de pago.
Calculamos que entre siete y ocho millones de colombianos van a volver a tener crédito formal en establecimientos financieros y de comercio. Ante la coyuntura que vive el país y el mundo, este tipo de iniciativas se van a volver fundamentales para la reactivación económica que el país requiere.
Como lo mencioné al inicio de esta columna, esta es una lucha de años que no ha sido fácil, pero que ha valido la pena. La ley de borrón y cuenta nueva me hace sentir orgulloso de nuestro paso por el Congreso porque beneficia realmente al ciudadano de a pie. Esa debe ser la motivación de todos nosotros, levantarnos cada mañana a proponer y hacer realidad leyes y debates que impacten el día a día de la gente, que mejoren su calidad de vida y transformen positivamente a las generaciones que vienen en camino.