Yo, Claudia

La senadora Claudia López decidió apoyar a Rafael Pardo con el cuento de que Enrique Peñalosa se llevaría por los cachos a Bogotá porque acentuaría la polarización. Su afirmación es tan sibilina que se ve forzada a hacer un aparatoso circunloquio para tratar de demostrar que el exalcalde, al que ella abandonó a su suerte dentro del Partido Verde por aliarse con los Progresistas del alcalde Gustavo Petro, lo que quiere es perpetuar la supuesta confrontación que llevaría a que Bogotá se haga ingobernable por cuenta de la innecesaria, según ella, distancia que haría Peñalosa con Petro. Un poco rebuscada la forma de descalificar ahora a Peñalosa, su antiguo aliado en la lucha contra la corrupción y la ineficiencia de los gobiernos de la izquierda mamerta. Su compañero para enfrentar al presidente Juan Manuel Santos en la reelección pero su enemigo ahora porque va confrontar la administración Petro. Su candidato cuando le conviene y al que ya no puede acusar de Uribista pero lo condena por ser consecuente en la lucha contra los carteles de la contratación. Ahora resulta para la flamante senadora que lo que hay que hacer es no enfrentar la demagogia ni el populismo de Petro para poder gobernar a Bogotá. Pero se equivoca usted senadora, para salvar a Bogotá, recuperarla y sacarla del hoyo negro en que la han metido las administraciones de Samuel Moreno por corrupta y la de Petro por ineficiente hay que partir radicalmente cobijas con esa perspectiva de la política pública. Y hay que desmarcarse contundentemente de la corrupción, tanto del carrusel de la contratación de la época en que Clara López cogobernó con Samuel, como de los carruseles de la contratación que acaba de denunciar la Contraloría Distrital en las alcaldías locales orquestados por el alcalde Petro. Esa confrontación hay que darla a muerte para no llevarse por los cachos a Bogotá. Esa batalla contra las prácticas corruptas y la incapacidad  administrativa no hay que evadirla. Y se equivoca Rafael Pardo si cree que por ser aguas tibias con el populismo, la demagogia y la pésima administración consigue votos. Pardo es un excelente tipo y si no estuviera Peñalosa en el escenario lo sensato sería apoyarlo para impedir que la Bogotá inhumana se prolongue por la vía del Polo. No se puede descalificar al exministro pero lo que si se debe es pedirle que sepa aplazar el triunfo y que más bien ayude para que Peñalosa pueda recuperar la ciudad. Pero entrar a saco como lo hace Claudia López contra su exjefe no le va a dar votos a Pardo. Eso le ayuda es a Clara, o sea que le puede salir el tiro por la culata, senadora. No se equivoque que eso si polariza. Aquí la cuestión es salvar a Bogotá no salvar la relaciones con los Progresitas. Aquí y ahora lo que se requiere es torcer la barra y comprometerse con el que sea capaz de dar un giro de 180 grados para transformar ese estilo irresponsable y de odio clasista que se ha enseñoreado en la ciudad y que pone en riesgo un futuro viable para Bogotá. No invente senadora que justificar su voltereta ahora para hacer causa común con el César del Partido Liberal y con el escudero del elefante en el proceso 8.000 no tiene presentación. No juegue a ser la emperatriz del imperio porque la soberbia la castiga el electorado. Y cuando vaya a escribir su biografía se puede ver en calzas prietas para explicar cómo Yo, Claudia, no se alía con los hijos de Luis Carlos Galán y de Rodrgio Lara Bonilla, los dos mártires asesinados por Pablo Escobar y sí hace llave con el presidente que se rindió a los pies del Jefe del Cartel de Medellín y le montó un palacio por cárcel en La Catedral, desde donde cometió toda clase de crímenes bajo el amparo del Estado. No se alía con Cambio Radical dizque porque apoya candidaturas non sanctas, pero sí se alía con el partido de la mermelada, de Roy Barreras, que apoya Dilian Francisca Toro, quien ha estado en la boca de los paramilitares confesos “Don Diego” y “Rasguño”; y sí hace alianza con los que avalan al candidato Arturo Calderón en el Cesar, exsecretario de salud del entonces gobernador Hernando Molina Araújo, condenado por parapolítica cuando los paramiliatares se hicieron al control del hospital Rosario Pumarejo; y con el senador Horacio Serpa que ahora apoya a Didier Tavera en Santander; y con los que avalan a Luis Pérez en Antioquia, para mencionar sólo algunos de la famosa lista de Las2Orillas. Está bien que se haya destacado usted, Claudia, por denunciar la parapolítica, y que por eso haya volado alto. Pero recuerde que las aves que en el cielo se creyeron un día cayeron en la humillación. Ahora debe ser coherente y si piensa en Bogotá no le facilite el camino a esa izquierda mamerta y corrupta que usted también detesta. Confróntela con el mismo valor que lo ha hecho con la derecha putrefacta y perversa. No claudique frente al poulismo y más bien mire lo que ocurre en Venezuela. Revise bien cuáles son sus nuevos socios porque la gente le va a gritar dime con quién andas y te dire quién eres. No la emprenda contra el único candidato que puede salvar a Bogotá. A peñalosa no le interesa la confrontación ideológica, ni es de derecha, no se desgaste. Al exalcalde de la ciudad bonita le interesa combatir la ineficiencia y el discurso mentiroso, el discurso populista que regala el pez pero no enseña a pescar, el discurso oportunista que genera odios de clase, que ese sí es el que ha polarizado a Bogotá y la tiene al borde del colapso.