Mientras Juan Pablo Calvás titulaba en su columna de El Tiempo todo lo contrario a este texto (“No creer en las redes sociales”) y Felipe Zuleta cerraba su cuenta por considerar Twitter una “cloaca”, otros seguimos creyendo que desconocer la importancia de las redes es vivir en el pasado.
De 7.524 millones de personas que hay en el mundo, 3.819 millones tienen acceso a internet y 3.028 millones son usuarias activas de redes sociales, según el estudio Global Digital Statshot, realizado por Hootsuite y We Are Social.
¿Cerrar las cuentas en Twitter o Facebook porque hay insultos? ¿No creer lo que se dice en estas plataformas? Ante la realidad, esta mirada simplista se antoja además obtusa. Están en su derecho quienes no quieren convivir en las redes sociales por miedo, pereza o rechazo a comentarios injuriosos, pero es muy ingenuo pensar –y más para un periodista- que las redes sociales son inútiles o despreciables.
Al periodista siempre lo han insultado, solo que ahora él se da cuenta muy fácilmente. Las mentiras pululan en la sociedad, no solo en las redes sociales. Se entiende que el periodista siempre estará en tarea de verificar la información, así sea la de un fantoche millonario o la de un político en Gobierno. El quid está en saber nadar en semejante océano de información y sacarle provecho. Hay mucho de “cloaca”, sí, pero no hay que generalizar.
Si usted es de los que le pone demasiada atención a una cuenta con un huevo de foto de perfil, está en la olla. Y, de verdad, pierde el tiempo. No obstante, si repasa lo que hizo –hace- Obama con sus redes sociales o lo que hacen grandes cadenas mediáticas y perfiles reconocidos, se dará cuenta de que el equivocado puede ser otro, ese que se cree más porque no está en redes sociales y no es capaz de mirar con otros ojos la evolución de la comunicación.
El citado estudio asegura que 2.780 millones de personas consultan sus redes sociales a través de su teléfono celular. Vemos a todo el mundo pegado del teléfono, leyendo y viendo de todo, noticias, goles y modelos. ¡Qué pereza! ¡Sí, aburridísimo! El celular dejó de ser una extensión del cuerpo, como diría Marshall McLuhan, y ahora parece que el cuerpo es una extensión del celular. Ese es el presente que nos toca –criticable, por supuesto-, pero también es el futuro. Cerrar los ojos al mañana significa seguir en otra clase de oscuridad.
En Twitter: @javieraborda
No es una cloaca. Sí a las redes sociales
Mié, 16/08/2017 - 01:25
Mientras Juan Pablo Calvás titulaba en su columna de El Tiempo todo lo contrario a este texto (“No creer en las redes sociales”) y Felipe Zuleta cerraba su cuenta por considerar Twitter una “cl