En la celebración del Bicentenario de la Independencia, nada más propicio que leer las publicaciones recientes (libros, artículos, novelas) y releer las antiguas sobre la vida de nuestro país desde sus inicios en las épocas precolombinas, pasando por la conquista, colonia, luchas independentistas, vida republicana en todas sus facetas hasta la actualidad.
Llegó a mis manos este libro de Antonio Caballero. Sin duda, su poderosa pluma y sus ironías se ven reflejadas en estas más de 400 páginas que originalmente fueron encargadas por el Ministerio de Cultura en 2016 y que se refleja en esta impecable edición. No sobra indicar también que está adecuadamente ilustrado con caricaturas, lo que en vez de perder el rigor lo enaltece, para una lectura agradable y continua.
Recorre Caballero nuestro orígenes de manera breve y luego va entrando en nuestra vida más conocida en los tiempos de la llegada de los españoles, aventureros unos, eruditos otros, religiosos también, codiciosos igual, a esta tierra relativamente despoblada y con grupos indígenas dispersos, con organizaciones sociales muy locales, sin liderazgo regional, a diferencia de otras latitudes en el continente.
Aparecen El Dorado con su rastro de expoliación y lucha; el concepto casi sempiterno de “se obedece pero no se cumple”; el parroquialismo extremo y la dificultad de constituir una única visión de territorio, asunto aún todavía pendiente; las luchas fratricidas, muchas signadas por el egoísmo y la envida, y no menos ambición; el constitucionalismo como deporte extremo, dizque para solucionar los problemas de ayer, hoy y mañana; el mesianismo político, dividiendo la sociedad entre buenos y malos (sin saber cual es cual); el “respeto aparente” por la institucionalidad democrática sin contagios de los caudillismos del continente; los cuadros de Violencia cambiante en sus motivaciones, igual en sus consecuencias; los pactos para no entorpecerse unos a otros; las visiones modernas de como afrontar los nuevos retos.
Caballero siempre ha sido un crítico ilustrado; no podía en este libro dejar de serlo. Al relatar, mejor recrear, la historia de nuestro país nos va comentando su visión de cómo sucedieron las cosas; se podría pensar que así se cae en el mundo de lo subjetivo. No lo he visto así, porque también logra un justo equilibrio, lo cual hace que esta obra no entre al campo de la diatriba fácil contra alguien, y más bien pueda ser una referencia para que el lector pueda también ir formando su propia opinión; recomendando eso sí, no olvidar la lectura de otros libros sobre nuestro país y de esta manera saber de dónde venimos, por dnde pasamos, qué estamos haciendo y sobre todo para dónde y cómo vamos.
Un buen libro para una amena lectura y sobre todo para conocer parte de nuestra historia, sin llegar a ser un tratado aburrido y más bien un recorrido amable por los pasadizos de tiempos idos, unos lejanos, otros cotidianos.
Historia de Colombia y sus oligarquías
Mié, 14/08/2019 - 14:07
En la celebración del Bicentenario de la Independencia, nada más propicio que leer las publicaciones recientes (libros, artículos, novelas) y releer las antiguas sobre la vida de nuestro país desd