Ante los miembros de la Comisión de la Verdad y 18 víctimas del conflicto armado, Salvatore Mancuso, exlíder de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), y el firmante de paz y exmiembro de las FARC, Rodrigo Londoño, acudieron para responder dudas sobre sus actuaciones durante la guerra en Colombia.
Con respecto a la pregunta sobre la decisión de optar por las armas como forma de lucha política, Timochenko señaló: “Durante todo el tiempo jamás en mi vida, me pasó la idea de abandonar la lucha armada. Estábamos convencidos y nos convencíamos”.
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Sin embargo, dijo que hoy a través de un análisis crítico se da cuenta que los resultados de la lucha iban en contravía del objetivo por el cual se vinculó a la guerrilla.
Asimismo, alias Timochenko destacó la importancia de los Acuerdos de Paz y dijo sentirse privilegiado por ser uno de los firmantes.
“Estuvimos en una confrontación que generó heridas profundas en la sociedad colombiana que no debían de haber sucedido, pero tengo la posibilidad de trabajar por sanar esas heridas, buscar el bálsamo que sane esas heridas”, reconoció el antiguo comandante de las FARC.
Por su parte, Salvatore Mancuso comenzó su relato afirmando que también fue víctima de la guerrilla: “Quienes participamos de la confrontación armada político militar fuimos antes que nada víctimas”.
Alianzas entre el Estado y las AUC
Mancuso explicó cómo se tejieron las alianzas entre las fuerzas de seguridad del Estado y los grupos paramilitares. “A los paramilitares les pedían mostrarles en donde estaba la guerrilla, hacia a donde se desplazaba, a quienes les pedían extorsión, por dónde pasaban los secuestrados”.
“Es un paso que se va dando por etapas, donde se hacen pactos y acuerdos desde un despacho, desde una oficina, desde un club, un centro social, desde un hotel”, añadió el exlíder de las AUC, hoy detenido en Estados Unidos.
Mancuso, quien fue jefe y fundador de las AUC en el departamento de Córdoba, según él, con auspicio del Ejercito Nacional, también confirmó su participación, junto a Carlos Castaño y Vicente Castaño, en la conformación de las autodefensas campesinas de Córdoba y el Urabá.
“Iniciamos un proceso por pedido de las mismas poblaciones que agobiadas por la guerrilla veían en el modelo que habíamos creado de autodefensas de Córdoba y Urabá, un modelo exitoso en la lucha contra la subversión”, agregó el exjefe paramilitar.
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En su declaración, Salvatore Mancuso habló sobre el papel central de las Convivir en la expansión de las Autodefensas sobre el territorio nacional. “El papel de las Convivir y los Comisarios políticos nos permiten crear las autodefensas a nivel nacional, y es la manera en la que hacemos un engranaje entre una autodefensa legal, que es la Convivir, amparado por el estado, con fusiles y armamento del estado, y la autodefensa ilegal”, señaló.
Violencia Política
El exparamilitar narró cómo las AUC fueron convirtiéndose de grupo armado a “movimiento político militar”, con el objetivo de incidir en la política local de los municipios en dónde tenían presencia.
Para ello, los grupos paramilitares participaron en la desaparición del partido político Unión Patriótica. No obstante, Mancuso acusó al estado colombiano de ser el principal victimario contra el movimiento político de izquierda y hasta pidió pista en la Juridiscción Especial para la Paz (JEP) para aclarar dichos acontecimientos. “La UP no fue exterminada por las autodefensas, su gran victimario fue el Estado colombiano”.
Por su parte, Rodrigo Londoño reconoció que “de las decisiones más equivocadas de las FARC, fue haber asesinado a líderes políticos” con el objetivo de “generar ingobernabilidad al Estado colombiano”.