El juez del Tribunal Supremo Federal de Brasil Edson Fachin anuló este lunes todas las condenas que pesaban contra el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011) en el ámbito de la Operación Lava Jato, por lo que el exmandatario recuperó sus derechos políticos.
En su decisión, el juez declaró la "incompetencia" de la Justicia Federal del estado de Paraná (sur) y la "nulidad" de las decisiones penales en los casos del triplex de Guarujá, la finca de Atibaia y la sede del Instituto Lula.
A partir de ahora, los procesos serán analizados por la Justicia Federal del Distrito Federal, que deberá decidir si los actos realizados en los tres procesos pueden o no ser validados y reaprovechados.
Con esta decisión judicial, el exmandatario brasileño recupera todos sus derechos políticos y puede volver a ser candidato en elecciones.
Hasta ahora, el líder del Partido de los Trabajadores (PT) no podía participar en una elección, porque la "ley de la ficha limpia" impide candidaturas de personas condenadas en segunda instancia.
En una entrevista publicada este mismo lunes en el diario El País Brasil, Lula no descartaba la posibilidad de ser candidato en los comicios presidenciales de 2022.
"Cuando llegue 2022 tendré apenas 77 años, un joven; si llega ese momento y los partidos de izquierda entienden que yo puedo representarlos, no tengo ningún problema", afirmó.
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Por ahora, el que fuera candidato presidencial por el PT en 2018, Fernando Haddad, ya se había mostrado dispuesto a repetir si Lula no podía presentarse.
¿A qué se debe el final abrupto de la reveladora operación Lava Jato en Brasil?
Después de poco más de siete años, con 79 fases de operaciones diferentes que recopilaron materiales y pruebas para sustentar 130 denuncias contra 533 personas acusadas, la Fiscalía General de Brasil disolvió el primer día de febrero la unidad conocida como “Lava Jato”, formada por nueve fiscales (durante su época de auge, llegaron a ser 13) y dedicada exclusivamente a investigar este caso desde Curitiba, capital del estado de Paraná, sur de Brasil.
La prisión del expresidente Lula, actualmente cuestionada por los excesos que cometieron los investigadores y su sesgo político, fue uno de los grandes capítulos de la Lava Jato. Pero, además, la operación conjunta mandó a la cárcel a los expresidentes Alejandro Toledo, de Perú, Ricardo Martinelli (Panamá) y Mauricio Funes (El Salvador). Por su parte, otro peruano, Alan García, se suicidó cuando estaba por ser detenido.
Por: Sputnik