Xiomara Castro asumirá la presidencia de Honduras con el desafío de quitarle al país el sambenito de "narcoestado" y de resolver el cisma que divide a su partido, el izquierdista Libertad y Refundación (Libre).
Primera dama en el período 2006-2009, Castro será la primera mujer jefa de Estado en Honduras, donde solo Nora Gúnera de Melgar (1942-2021) había contendido por la primera magistratura de esta nación centroamericana, en los comicios de 1998.
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La amplia vencedora de las elecciones del pasado 28 de noviembre capitalizó el hastío popular tras 12 años del derechista Partido Nacional en el poder, y aseguró sus opciones al aliarse con otras fuerzas opositoras de peso, como el Partido Salvador de Honduras (PSH), de Salvador Nasralla.
De hecho, en una de las elecciones con más participación en la historia del país —68,58% del padrón acudió a las urnas—, la candidata de la alianza opositora liderada por Libre se convirtió también en la más respaldada, con 1.716.793 votos a su favor.
Nacida en Tegucigalpa el 30 de septiembre de 1959, Xiomara se casó a los 17 años con su primo segundo, José Manuel (Mel) Zelaya.
Su perfil profesional registra una licenciatura en Administración de Empresas.
Su carrera política comenzó al ser nombrada organizadora de la rama femenina del Partido Liberal de Honduras (PLH, centroderecha) en el municipio de Catacamas, del oriental departamento de Olancho, cuna de Zelaya, en la campaña electoral de 2006.
Además, durante la presidencia de su esposo tuvo protagonismo en la promoción de programas sociales de Naciones Unidas para luchar contra el VIH/Sida.
En el plano internacional destaca además su presidencia del capítulo femenino de la Conferencia de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (Coopal).
Comienzos en la política
Xiomara, como la conocen sus seguidores, emergió a los primeros planos de la vida política tras el golpe de Estado del 28 de junio de 2009, que truncó el período presidencial de Zelaya.
En aquellas circunstancias, y desde las filas del heterogéneo Frente Nacional de Resistencia Popular, lideró el fallido movimiento por la reposición del derrocado mandatario.
Su primer intento para llegar a la Presidencia fue en las elecciones generales de 2013, como candidata de Libre, en las que consiguió 28,8% de los votos y cayó derrotada por el actual mandatario Juan Orlando Hernández (Partido Nacional), que obtuvo 36,9% de los votos.
Pese a las sospechas y denuncias de un presunto fraude electoral para favorecer a Hernández, Libre fue la segunda fuerza más votada y rompió el centenario bipartidismo protagonizado por el PN y el Partido Liberal (PL, centro), que se habían repartido el poder desde 1902.
Vuelta al ruedo
Castro lanzó su candidatura presidencial de manera oficial en enero de 2020, durante un mitin en la norteña ciudad de San Pedro Sula, y el 14 de marzo de 2021 arrasó en las elecciones internas de Libre con el apoyo de seis de los nueve movimientos que conforman la organización.
Después de muchos dimes y diretes a lo largo del año electoral, la formación de la izquierda hondureña llegó a un nuevo acuerdo con el comentarista televisivo Nasralla, figura de gran arrastre popular, derrotado por Hernández en 2017, en un proceso también calificado de fraudulento.
El pasado 13 de octubre ambos líderes políticos sellaron un acuerdo electoral que propició el triunfo, pero también la ruptura al interior de Libre, cuando una veintena de diputados electos se negó a honrar el pacto de cederle al PSH la presidencia del Congreso Nacional.
Plan de Gobierno
Desde iniciativas como la eventual venta del avión presidencial, al estilo del mexicano Andrés Manuel López Obrador, el programa de Castro apunta a una ruptura en el tradicionalismo político hondureño, signado por dos siglos de dominio de la oligarquía.
El titulado Plan de Gobierno para la Refundación de la Patria y Construcción del Estado Socialista y Democrático incluye un proceso de consultas con vistas a una Asamblea Nacional Constituyente y a la edificación de una suerte de socialismo democrático.
Para sus primeros 100 días de gobierno, Castro prevé solicitar una Comisión Internacional Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras y la derogación de varias normativas adoptadas por las administraciones previas, como la Ley de las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico.
Además, en junio pasado anunció que su Gobierno "abriría" relaciones con China, lo cual elevaría la presencia —e influencia— de Pekín en Centroamérica.
Castro asumío el pasado 27 de enero para comenzar un mandato de cuatro años. El tiempo —y su gestión— pondrán a prueba esas simpatías.
