Entre los correos electrónicos que la defensa de Valerie Domínguez presentará en su juicio por el subsidio que recibió de Agro Ingreso Seguro (AIS), con los que pretende demostrar que no tuvo nada que ver con las irregularidades, hay uno que ha llamado mucho la atención.
Se trata del correo fechado el 31 de mayo de 2010, en el que se relata un episodio que podría resultar aún más escandaloso que los subsidios de AIS o la violencia intrafamiliar que la ex reina recibió de su ex novio Juan Manuel Dávila Fernández de Soto. El mensaje, enviado por juanmdavila@gmail.com a valeriedominguezt@gmail.com, dice lo siguiente:
“La verdad, igual que tú, en muchas ocasiones opté y decidí no hablar contigo. (…) Parece que te queda imposible pensar que además de pensar en ti, también podía pensar en la familia de mi hermana al darle posada a David tres noches, que tampoco era la idea, pues estaban en camino las llaves del apartamento que ya sabes y las complicaciones que hubo. Yo siempre pienso en ti, y aunque sabía lo harto y complicado que pudiera ser la eventualidad que se enteraran que David estaba en nuestra casa, sabía que lo más probable era que lo fueran a buscar a su casa, donde efectivamente fueron y gracias a Dios no estaba”.
Quienes han leído el documento, vinculado al expediente de Valerie, se preguntan varias cosas con respecto al correo de Dávila: ¿Quién es David? ¿De qué se escondía? ¿Quién lo buscaba?
Fuentes en Magdalena aseguran que se trata de David Toledo Esquenazi, un empresario que en agosto de 2006 se casó en ceremonia civil con Ana María Dávila: hermana de Juan Manuel. Ana María fue Reina del Mar y su nombre terminó vinculado en el escándalo de AIS porque tanto ella como sus padres, Juan Manuel Dávila y María Clara Fernández, recibieron subsidios.
En 2006 David Toledo se casó con Ana María Dávila, hermana de Juan Manuel Dávila.
De David Toledo, el protagonista del correo electrónico, poco se sabe. Sin embargo, los registros indican que sería el mismo a quien las autoridades le siguieron la pista en 2008, cuando descubrieron que había sido protagonista de una presunta operación de lavado de activos, por más de 7 millones de dólares, junto con miembros de la desaparecida pirámide DMG.
El 13 de mayo de 2008 investigadores que monitoreaban los pasos de David Murcia y de sus socios, Daniel Ángel Rueda y Luis Fernando Cediel, descubrieron que estos le entregarían una millonaria suma en pesos colombianos a un hombre en Bogotá. Éste último, a su vez, consignaría el dinero, pero en dólares, en las cuentas en el exterior que Cediel y Ángel indicaran. Era una suma que el hombre no podía ingresar fácilmente a Colombia.
Después de varios días de seguimiento, los investigadores grabaron en video a Cediel, a Ángel y al misterioso hombre cuando se reunían en un café el norte de Bogotá donde concretaron el negocio. Se trataba de un hombre de cerca de 40 años, pelo largo y aspecto de ejecutivo. Era David Toledo Esquenazi
Hasta donde se sabe, Toledo no fue encausado por este aparente lavado. Pero sí tuvo otro lío. El 12 de mayo de 2010 fue condenado por la Corte Suprema a siete años de prisión como autor de peculado por apropiación. El expediente dice que Toledo, como gerente del Fondo Financiero Especializado del Municipio Santiago de Cali (Bancali), falsificó mandamientos de pago provenientes de conciliaciones entre el Estado y 168 trabajadores de Foncolpuertos. La suma del desfalco era cercana a los 14.000 millones de pesos.
Personas que lo conocen aseguran que hoy huye de la justicia. En los registros del Inpec no aparece su nombre, pero en la Fiscalía existe una orden de captura vigente. Es aquí donde cobra vigencia el correo electrónico enviado por Juan Manuel Dávila a su entonces novia, Valerie Domínguez, fechado en mayo de 2010, pues justo en esa época las autoridades andaban tras los pasos de Toledo. Fue entonces cuando, al parecer, Dávila se prestó para esconderlo en la casa donde vivía con la ex reina.
Se trata de un tema confuso que tendrá que ser explicado por esta pareja a la que no dejan de perseguirla los problemas.