¿Qué es la enfermedad del alcoholismo?

Mié, 14/08/2024 - 11:30
El alcoholismo se ve reflejado en una constante negación y justificación para no aceptar que existe una problemática desencadenada por el consumo de alcohol hacia estados cada vez más dependientes y auto destructivos.
Créditos:
Cortesía: Hanna Postova

El alcoholismo, también conocido como trastorno por consumo del alcohol, es una enfermedad crónica y progresiva caracterizada por una dependencia física, emocional y psicológica al alcohol.

Las personas que padecen alcoholismo, tienen una alergia al Etanol contenido en todas las bebidas alcohólicas. Esta condición les produce una incapacidad para controlar su consumo a pesar de las consecuencias negativas que puede tener en su vida de pareja, personal, social, laboral y de salud.

De esta manera, el alcoholismo se manifiesta dentro de un conjunto de
características específicas, las cuales persisten a lo largo del tiempo, es decir, son cambios progresivos a nivel físico, emocional y social, que se van acumulando a medida que el consumo continúa.

Por eso, hay una afectación no sólo de órganos vitales del cuerpo como el hígado, el corazón y el cerebro, sino también, contribuyendo significativamente a situaciones de peligro como accidentes vehiculares, eventos traumáticos (abuso sexual y maltrato físico), homicidios y suicidios. 

La carencia de sobriedad y sentido común a la hora de manejar dichos
comportamientos, se ve reflejado en una constante negación y justificación para no aceptar que existe una problemática desencadenada por el consumo de alcohol hacia estados cada vez más dependientes y auto destructivos.

Lo anterior, permea la salud mental del enfermo, manifestándose como trastornos cognitivos cambios de ánimo, problemas maritales, violencia, relaciones sociales adictivas y vacío existencial por falta de valores.

Síntomas y características del alcoholismo

Las ganas de poder y control de un alcohólico, son de fondo el móvil para dominar un Yo dividido y oprimido, por un amo implacable y destructor: la adicción. Todas las conductas del alcohólico y sus diferentes facetas se deben a su insaciable necesidad de obtener y abusar del poder, lo que permite identificar patrones de conducta singulares como: 

1. La negación: El alcohólico niega de manera irracional su enfermedad, sin
importar el nivel socioeconómico e intelectual. La negación es la manifestación del ego, la cual impide un reconocimiento sobre los vacíos emocionales durante la infancia, juventud y adultez, que son los motores para sobrepasar los límites y beber en exceso. Por eso, constantemente en sus mentes se repiten la siguiente afirmación: “¡Yo  tengo todo el control! Los alcohólicos no ejercen control alguno, por consiguiente, ¡no soy alcohólico!”. 

2. La mentira: Para una persona psicológicamente sana, la mentira puede ser un recurso protector en algunas situaciones, sin embargo, su sinceridad permanece la mayor parte del tiempo. En la vida del alcohólico una herramienta de supervivencia es la mentira permanente, pues intenta a cualquier precio alejarse lo más posible de la verdad que sería el producto de una autoevaluación sincera, llegando a la conclusión de que es adicto. Debido a que las alternativas no son atrayentes, decide adoptar un patrón de mentiras sistemáticas, pues no sólo le dan poder sino también habilita una posición de superioridad respecto de los demás, alimentando el ego. 

3. Afición por el éxito: La adicción impulsa a los alcohólicos a escalar
rápidamente en sus profesiones hasta llegar al éxito. Un joven alcohólico tiene una necesidad imperiosa de reafirmar sus impulsos de poder, y el alcohol es un medio que lo catapulta hacia la creatividad pues se vuelven obsesivos compulsivos y perfeccionistas, generando admiración incluso de su círculo más allegado. 

4. Deterioro ético: El engaño, la manipulación, la humillación, la falta de lealtad y la infidelidad, son comportamientos que normalizan los alcohólicos, hasta un punto donde quedan envueltos en situaciones tan complejas casi delictivas, donde ya no pueden seguir rompiendo las normas y deben reconocer sus errores. Un golpe duro a su ego soberbio y orgulloso. 

5. Resentimiento Irracional: Exageración excesiva de los defectos de los demás para sentirse bien con ellos mismos. Un complejo de superioridad basado en uno de inferioridad, lo que les impide aprender a perdonarse a sí mismos y a los demás, victimizándose constantemente ante las situaciones que no son de su agrado. 

6. Emociones superficiales: Es usual ver como el alcohólico debido a sus
compartimientos extremistas, puede alterarse fácilmente ante “ofensas”
imaginarias o todo lo contrario, puede ser incapaz de sentir y manifestar dolor ante situaciones traumáticas de la vida como la muerte, pues su psique no soporta una carga adicional de dolor, con la que diariamente tiene que lidiar a causa de la culpa. De ahí que normalmente cuando expresan un “te amo” por ejemplo, lo utilizan como herramienta para controlar a un ser querido, pero esa frase no es más que otra mentira para alivianar las expectativas. 

7. Encanto: El alcohólico desarrolla una personalidad al estilo clásico de los
personajes del escritor Robert Louis Stevenson: “Jekyll y Hyde”, es decir, con su encanto seducen y convencen a los demás con el fin de lograr sus objetivos egoístas. Una conducta tan nociva como reveladora, pues unas veces son amigables y cariñosos, y otras son capaces de insultar cruelmente sin importar las repercusiones. 

8. La “cura geográfica”: Con frecuencia el alcohólico cree que su problema se origina debido al lugar o entorno que habita, por lo que es usual que cambien de domicilio, cuando en el fondo son meros intentos de ganar responsabilidad y poder sobre sus vidas. 

9. Fases del Alcohólico: El alcohólico siente un fuerte deseo o impulso de beber, a menudo en cantidades mayores o durante más tiempo del planeado; al consumir mayores cantidades de alcohol se produce la tolerancia y cuando no consume la bebida sienten un malestar físico y emocional lo que puede incluir ansiedad, temblores, sudoración, náuseas y en casos graves convulsión.

Frase Pre alcohólica
- Lagunas Mentales (No acordarse de lo que ocurrió durante una borrachera).
- Beber a “escondidas” (pretenden que nadie se dé cuenta de los excesos). 
- Evita hablar del alcohol (no le gusta que lo señalen como “borracho” o
alcohólico). 
- Presiones sociales (su conducta ya es señalada en el hogar, el trabajo o por su círculo de amigos).
- Comportamiento grandioso y fanfarrón (se siente el mejor trabajador al aumentar sus capacidades económicas y status social). 
- Período de abstinencia total (se dice a sí mismo y a los demás que tiene fuerza de voluntad, pero más temprano que tarde vuelve a consumir). 
Fase Crítica:
- Dejar empleos (por su falta de compromiso renuncia constantemente a los
trabajos o fuerza un despido). 
- Rechaza las relaciones interpersonales (le caen mal las personas que no beben y se siente criticado aunque no sea así). 
- Resentimiento irracional por su constante autocompasión. 
- Primera hospitalización (debido al consumo escalado y descontrolado del
alcohol, requiere una estabilización y desintoxicación). 
- Psicosis Alcohólica (enfermedades mentales, angustia, ansiedad, inseguridad, miedos y alucinaciones). 
Fase Crónica: 
- Temores indefinibles (delirio de persecución, sufre de sobresaltos por la culpa y los remordimientos). 
- Temblores persistentes (cada vez más el sistema nervioso necesita del alcohol para sentirse estable).
- Vagas aspiraciones religiosas (busca sin importar, un “oasis” espiritual,
adquiriendo prácticas todavía más nocivas para su estado mental y emocional). 
- Pérdida de la vida (finalmente al alcohólico le espera la muerte en un hospital, bien sea por un accidente o por la privación de su libertad al cometer delitos graves y tomar decisiones durante sus períodos de borrachera). 

Tratamientos para el alcoholismo

Muchas de las personas víctimas del alcoholismo pueden encontrar ayuda con algunos tratamientos médicos, psicológicos y de grupos de apoyo como los de alcohólicos ánimos (AA). Es recomendable para mejores resultados recibir tratamientos cruzados.

Algunas personas pueden necesitar un tratamiento intensivo para este trastorno.

Por ejemplo, se deben internar en un centro de tratamiento de rehabilitación
integral, donde el tratamiento es altamente estructurado. En general, incluye varios tipos diferentes de terapias conductuales. También puede incluir medicamentos para la desintoxicación (un tratamiento médico para la abstinencia de alcohol) y/o para tratar el trastorno por consumo de alcohol.

El programa de 12 pasos de alcohólicos anónimos (AA)

Los grupos de apoyo de 12 pasos son muy importantes para el control de este flagelo psicosocial para el efecto la organización de Alcohólicos Anónimos (AA) es una comunidad de hombres y mujeres que comparten su mutua experiencia, fortaleza y esperanza para resolver su problema común y ayudar a otros a recuperarse del alcoholismo. El único requisito para ser miembro de A.A. es el deseo de dejar la bebida.

Para ser miembro de (AA) no se pagan honorarios ni cuotas; nos mantenemos con nuestras propias contribuciones. (AA), no está afiliada a ninguna secta, religión, partido político, organización o institución alguna; no desea intervenir en controversias, no respalda ni se opone a ninguna causa.

Nuestro objetivo primordial es mantenernos sobrios y ayudar a otros alcohólicos a alcanzar el estado de sobriedad.

Finalmente, la idea de este artículo no es sugerir soluciones a la enfermedad del alcoholismo, lo que intento es generar consciencia para que se den cuenta de cómo esta enfermedad es un contagio familiar, es progresiva y es uno de las más terribles enfermedades de estos tiempos modernos.

En el fondo las terapias de 12 pasos, grupos de ayuda, psicoterapias y Coaching de gestión emocional, están orientadas como programas ego-reductores, pues la soberbia y el orgullo son los enemigos de la sinceridad, y el programa de rehabilitación se basa en la transparencia y la aceptación de los múltiples defectos de carácter que contiene la personalidad alcohólica. La segunda fase de este proceso es la de un despertar espiritual no religioso (pues generaría más culpa), y se trata de mostrarse ante un Poder Superior o el Dios del entendimiento tal y como es, pidiendo que esa cura provenga de Él y no tanto desde la intelectualidad y la negación distorsionada del adicto.

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