Se hizo conocida como la ‘Bruja del 71’ gracias a su gran actuación en el icónico programa mexicano, ‘El Chavo del Ocho’. Aunque su nombre verdadero en la serie era ‘Doña Clotilde’, las sospechas de sus vecinos terminaron por identificarla como una bruja que vivía en el departamento 71.
Le decían Angelines, pero su nombre real era María de los Ángeles Fernández Abad. Vivía enamorada de Don Ramón, pero en sus años jóvenes, fuera de las pantallas, era de armas tomar, literalmente.
- Lea también: Tatiana Calderón sobre Gran Premio de F1 en Colombia: "para mí fue una sorpresa"
- Le puede interesar: Frank Martínez: "Pasar de la comedia a la cocina fue traumático"
Muchos desconocen su pasado guerrillero y su verdadera nacionalidad. Angelines nació en Madrid, España y formó parte de la resistencia republicana española contra los intentos de Franco por tomarse el país. Con solo 14 años asumió la lucha contra la dictadura como propia, junto a otras adolescentes.
El amor era lo suyo, pero no propiamente el amor romántico que la hacía perseguir sin cansancio a Don Ramón, sino el amor por su patria.
Hizo parte de ´Los maquis’, el conjunto de movimientos guerrilleros que se opusieron drásticamente al régimen franquista luego de la guerra civil española. Por esa razón, Angelines tuvo que salir exiliada de España, de no hacerlo, su vida corría peligro a manos de Franco, quien se dedicó a perseguir hasta la muerte a sus detractores.
Llegó a México huyendo de la muerte y comenzó una nueva vida desde ceros. Allí forjó una gran carrera como actriz de radionovelas, telenovelas y cine. Hasta hizo parte del círculo más cercano de Cantinflas, con quien grabó ‘El Profe’ en 1971.
También vivió una corta temporada en Cuba, pero México sería para siempre su patria más querida. Se sentía mexicana y los mexicanos la sentían como suya. Incluso los extranjeros también confiaban a ciegas en su nacionalidad mexicana, y si bien lo era por naturalización, jamás vieron en ´Doña Clotilde’ un atisbo de su origen español y mucho menos guerrillero. Ella fue siempre mexicana como lo fue ‘El Chavo del Ocho’ para todos.
El 25 de marzo de 1994 un cáncer pulmonar le quitó la vida, murió rondando los 70 años, según datos de los historiadores.
Su deceso fue en México, finalmente allí encontró su vocación artística y también fue enterrada. Se dice desde los círculos más privados que el amor por Don Ramón habría traspasado la pantalla chica, a tal punto que su cuerpo está en el mismo cementerio que el de él.
En México encontró el amor por la televisión, la actuación y el arte. Y también se deshizo de la muerte temprana que la persiguió desde su país natal. En fin, encontró una patria, una distinta a esa por la que luchó con armas en las manos.