Myrna Cunningham, médica cirujana del Pueblo Indígena Msikitu de Nicaragua y presidenta del Fondo Indígena Pawanka conversó con Kienyke.com sobre la misión principal de esta organización: empoderar a los pueblos indígenas, facilitando su derecho a la libre determinación.
Cunningham ha participado en procesos político-sociales vinculados a la lucha por los derechos de las mujeres y de los Pueblos Indígenas a nivel global, además de ser la primera vicepresidenta del Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe (FILAC).
A lo largo de sus diez años de existencia, el fondo ha logrado apoyar a más de 600 comunidades en las siete regiones socioculturales del mundo, abordando cuestiones fundamentales como la resiliencia climática, la soberanía alimentaria, y la revitalización de lenguas indígenas.
“Los fondos son flexibles y están diseñados para ser inclusivos”, señala Cunningham. Esto implica que se busca la participación activa de mujeres, jóvenes y personas mayores en la toma de decisiones sobre el uso de los recursos en sus comunidades.
De acuerdo a lo mencionado por Cunningham, el Fondo Pawanka nació de la necesidad de canalizar recursos de manera directa a los pueblos indígenas, que históricamente han sido excluidos de la cooperación internacional. Según Cunningham, menos del 1% de esta cooperación llega efectivamente a estas comunidades. Para cambiar esta realidad, un grupo de líderes indígenas de distintas partes del mundo se unieron para crear un fondo que se enfocara en las necesidades específicas de estas comunidades.
Durante sus diez años de existencia, Pawanka ha logrado canalizar recursos a más de 600 pueblos indígenas en las siete regiones socioculturales del planeta. El objetivo primordial del fondo es fortalecer el derecho a la libre determinación de estos pueblos, permitiendo que decidan cómo utilizar los recursos para su propio desarrollo.
Los fondos que gestiona Pawanka son flexibles e inclusivos, buscando beneficiar a mujeres, jóvenes y personas mayores en las comunidades. Cunningham menciona diversas áreas de intervención, como la resiliencia climática, la soberanía alimentaria y la salud. Un aspecto vital es el apoyo a la revitalización de las lenguas indígenas, un elemento esencial para la cosmovisión y cultura de estos pueblos.
Cunningham resalta la importancia del diálogo intergeneracional, donde mayores y jóvenes comparten conocimientos y experiencias. Este intercambio es crucial para la transmisión de saberes que han perdurado a lo largo de los años.
La revitalización de lenguas indígenas
Una de las iniciativas más recientes del Fondo Pawanka es el "Círculo de la Palabra", una escuela virtual destinada a revitalizar las lenguas indígenas. Con más de 400 participantes de 50 países, esta plataforma utiliza tecnologías innovadoras para fomentar el aprendizaje y la enseñanza de las lenguas. En un contexto donde se estima que se pierde una lengua cada 15 días, la revitalización lingüística es un desafío urgente.
Cunningham enfatiza que el lenguaje es un vehículo esencial para proteger el territorio y los recursos naturales de los pueblos indígenas. A través de este programa, se busca no solo preservar las lenguas, sino también fomentar el orgullo cultural y el reconocimiento de su valor dentro de la sociedad global.
El Fondo Pawanka ha encontrado en donantes individuales su principal fuente de financiamiento, quienes comprenden la importancia de respetar los derechos de los pueblos indígenas. Cunningham explica que muchas veces los organismos de cooperación imponen requisitos que las comunidades no pueden cumplir, lo que dificulta el acceso a los recursos.
En este contexto, Pawanka trabaja en alianza con fundaciones privadas y organizaciones comunitarias que pueden ayudar a canalizar los recursos necesarios para fortalecer a estas comunidades.
Cunningham también se refiere a la situación de los pueblos indígenas en América Latina, donde se han logrado avances significativos en el reconocimiento legal de sus derechos. Sin embargo, aún existen desafíos, especialmente en países donde este reconocimiento ha retrocedido.
La líder indígena destaca el papel creciente de las mujeres y los jóvenes en la lucha por sus derechos, lo que brinda esperanza para el futuro. A pesar de las crisis ambientales y sociales que enfrenta el mundo, los pueblos indígenas están llamados a jugar un papel fundamental en la búsqueda de soluciones.
Cunningham concluye su mensaje con un llamado a la importancia de la paz y el respeto a los derechos humanos. En su opinión, la convivencia armónica entre todos los sectores de la sociedad es clave para garantizar el bienestar de las comunidades indígenas y la preservación de su cultura y tradiciones.
El trabajo de Myrna Cunningham y el Fondo Indígena Pawanka es un claro ejemplo de cómo la autogestión y la cooperación pueden marcar la diferencia en la vida de los pueblos indígenas. Al fomentar la autonomía y el fortalecimiento de sus comunidades, se está contribuyendo no solo a la supervivencia de sus culturas, sino también a la conservación de la biodiversidad y la salud del planeta.
