Nadie puede negar que Medellín vivió días oscuros, especialmente entre los años 70 y 90, sin embargo, el panorama ha cambiado, y aunque faltan muchas cosas por mejorar, la capital de Antioquia salió adelante de sus años más violentos.
Para conocer la historia violenta de la ciudad, canales de televisión e incluso, empresas como Netflix, han centrado su atención en mostrar desde los narcotraficantes, todo lo que se gestó en Medellín en cuestión de delincuencia.
Series, novelas, documentales e incluso películas hablan sobre los atentados y los miles de muertos que tuvo la ciudad en esos treinta años, pero a todos estos les falta contar un pedazo... El de la comunidad y la historia.
Esa tarea de contar la verdad, sin ocultar lo gris de sus hechos, la tomó el museo Casa de la Memoria, quien en compañía de Empresas Públicas de Medellín (EPM) y de la Alcaldía de la ciudad, tomaron la iniciativa de crear y trasladar por los diferentes barrios de la ciudad la exposición "Medellín|Es 70,80, 90. Memorias por contar". Allí, con el apoyo de material histórico, sumado a lo que la comunidad cuenta, se construye día a día los recuerdos de una ciudad abolida por el narcotráfico, pero que pudo volver a renacer.
La exposición se ha presentado en diferentes escenarios, y Kienyke.com llegó hasta la Uva Nuevo Amanecer, en Santo Domingo Savio, nororiente de Medellín, donde tuvimos la oportunidad de conocer, de primera mano, lo que realmente pasó.
María Isabel Bedoya, mediadora, realiza habitualmente un recorrido por toda la exposición, que principalmente se constituye en un collage con las imágenes más importantes y el texto de lo que resaltó en cada época que trata la exposición.
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Todo el trabajo se divide en tres partes: el primero de ellos es la de los años 70, catalogado como época de represión y explosión. Allí, con ayuda de imágenes, titulares de periódicos y el conocimiento de Bedoya, se puede conocer cómo lentamente fue posicionándose el narcotráfico en la ciudad.
Medellín comienza a industrializarse
En esta parte de la historia, en vez de mostrar cómo comenzaron los capos de narcotráfico sus imperios, los que asistimos pudimos observar cómo se gestaba la Gobernación de Antioquia, cómo nacía la Avenida Oriental y el Museo de Arte Moderno. Además, se conocieron otros conflictos nacionales como la crisis universitaria que vivió el país en 1971 y la creación de nuevos proyectos a nivel de nación. Seguimos caminando, y los dos primeros collage mostraban más campo que cualquier otra cosa. La ciudad se estaba terminando de industrializar con la creación, entre otras cosas, del Edificio Coltejer y otras grandes marcas que se imponían, así como en los inicios de los 80 se antepuso la violencia.En 1979 la tasa de homicidios en Medellín era de 615 personas al año, cifra que se multiplicaría en los años siguientes, con lo que se denominaron los años de ceguera, miedo y perplejidad.La guerra comenzó desde afuera, cuando el país se enfrentó a una grave crisis económica, y la guerrilla estaba generando mucho desplazamiento en Colombia. Bedoya aseguró que "jamás se imaginó que se iba a construir sobre las montañas de Medellín" y eso, en parte, fue gracias a la sobre población que vivió la capital de Antioquia. Con el narcotráfico ya establecido, y con maleantes como Pablo Escobar rondando la ciudad, incluso el Congreso de la República, Medellín entró en pánico. Debido a las pocas oportunidades laborales, trabajar para este delincuente se convirtió en una manera de llevar el pan a la casa.