La Fundación Catalina Muñoz ha sido un faro de esperanza para muchas familias en Colombia, ayudándolas a superar la pobreza extrema a través de la entrega de viviendas dignas. Uno de los testimonios más conmovedores es el de la familia Benavides Gómez, cuya vida cambió drásticamente gracias a esta noble causa.
Superando la pobreza extrema
Carmen Erika y Yesid Alfonso, padres de dos hijas, enfrentaron durante años la dura realidad de vivir en condiciones precarias. Su hogar, construido con materiales reciclados, no solo carecía de las comodidades básicas, sino que también representaba un riesgo para la salud de la familia.
Carmen Erika, diagnosticada con esclerosis sistémica, luchaba no solo contra su enfermedad, sino también contra el frío extremo que complicaba su condición. “A veces me tocaba ir a urgencias por los dolores que me causaba el frío”, recuerda con nostalgia.
La situación se volvió aún más complicada cuando Yesid se veía obligado a destinar parte de su escaso salario a costear tratamientos médicos en Bogotá y Zipaquirá. “A veces pedía que me pagaran por adelantado para llevarla a sus terapias”, confiesa, reflejando la constante lucha por equilibrar las necesidades básicas de la familia.
El cambio comenzó cuando Carmen Erika escuchó sobre la Fundación Catalina Muñoz a través de una amiga. “Herminda me dijo que estaban construyendo casas para quienes no teníamos cómo hacerlo”, explica. Impulsados por la posibilidad de un futuro mejor, la pareja se postuló y fue seleccionada. “Cuando recibimos la noticia, fue como un milagro. Nunca pensé que podría tener una casa propia”, relata Yesid con emoción.
Fundación Catalina Muñoz.
Fundación Catalina Muñoz.
Manos a la obra: la construcción de un hogar
La Fundación Catalina Muñoz no solo entrega llaves, sino que también involucra a los voluntarios en la construcción de estas viviendas. Gohard Giraldo, director ejecutivo de la fundación, destaca que cada vivienda está diseñada para ser un hogar completo, con habitaciones, cocina, baño y espacio social.
“Nuestro objetivo es ofrecer un techo digno y contribuir a que las familias superen su condición de pobreza extrema”, explica.
Más de 160,000 voluntarios han participado en estas jornadas de construcción, dedicando su tiempo y esfuerzo a hacer realidad los sueños de muchas familias. “Catalina ha inspirado a muchos jóvenes a unirse a esta causa y aportar su granito de arena”, añade Luz Dary Gómez, fundadora de la iniciativa.
Fundación Catalina Muñoz.
Fundación Catalina Muñoz.
Un hogar, un nuevo comienzo
Tras recibir las llaves de su nueva casa, Carmen Erika expresa su gratitud: “Dios los bendiga porque cumplieron un sueño. Estamos muy felices toda la familia”. Para Yesid, entrar en su nuevo hogar representa no solo un logro personal, sino una oportunidad de vida: “Gracias a Catalina Muñoz y a todos los voluntarios. Nunca olvidaré este día”.
La familia Benavides Gómez ahora vive en un hogar seguro y saludable. La casa no solo representa un techo, sino también un lugar donde pueden soñar y construir un futuro mejor para sus hijas, Mariana e Isabela. “A veces, cuando no hay trabajo, es duro, pero ahora tengo un lugar donde estar”, dice Yesid, con un brillo de esperanza en sus ojos.
La Fundación Catalina Muñoz ha transformado la vida de más de 4,500 familias, brindando no solo un hogar, sino también dignidad y seguridad. Con su modelo de construcción, la fundación no solo se enfoca en la edificación de viviendas, sino en el bienestar integral de las familias que atiende.
Carmen Erika y Yesid son un ejemplo vivo de cómo un simple acto de generosidad puede cambiar vidas. A través de la labor desinteresada de la Fundación y sus voluntarios, muchas familias como la de los Benavides Gómez pueden comenzar a soñar de nuevo, dejando atrás la pobreza y abrazando un futuro lleno de posibilidades.
La historia de esta familia es un testimonio del poder de la solidaridad, de como entre todos se puede construir un mundo mejor. La Fundación Catalina Muñoz continúa su labor, invitando a más personas a unirse a su causa y a seguir sembrando esperanza en los corazones de quienes más lo necesitan.
