Sus días comienzan a las 5:00 de la mañana. A pesar de que muchos podrían considerar que ya tiene literalmente la vida resuelta, su pasión por el periodismo hace que no lo vea como un trabajo, sino como todo un estilo de vida. Su madre siempre tuvo la esperanza de que él fuera el doctor de la familia, no obstante, en un abrir y cerrar de ojos, su vida cambió y desde los micrófonos se convirtió en uno de los máximos referentes de este oficio: Hernán Peláez Restrepo.
El fútbol es algo que siempre ha estado presente en el ‘doctor’ Peláez. Desde que tiene uso de razón, recuerda ese amor por el deporte, pese a todas las dificultades que había para ver los partidos. El Deportivo Cali y el Boca Juniors, de la misma ciudad, fueron sus primeros acercamientos como hincha, ya con el tiempo, simplemente se dedicó a disfrutar de los buenos jugadores, dejando un poco de lado, la pasión y fervor que caracterizan al aficionado tradicional.
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“El hincha es esa persona desaforada, casi que irracional, y es un fenómeno que muy pocos entienden. En los años 60 empecé a conocer jugadores de todos los equipos y es ahí cuando uno pierde ese enfoque de seguir un solo club”, cuenta Hernán Peláez a KienyKe.com.
El doctor Peláez es un metódico de este oficio. Cree en la disciplina como base de cualquier proyecto que derive buenos resultados, algo que ha dejado muy marcado en quienes han hecho escuela con él, en ese sentido, la lista es larga y va en desde periodistas, humoristas e incluso hasta trovadores. Asimismo, es un creyente de las oportunidades, pese a que ha tomado decisiones que para muchos podrían ser polémicas, los logros lo han avalado.
Los inicios de Hernán Peláez
En Cali nació y vivió sus primeros años de vida. Las calles de dicha ciudad, fueron el escenario en el que de a poco se fue enamorando de fútbol. Desde niño, se fue preparando y estudiando un deporte que estaba en pleno desarrollo en Colombia, pero que vivía una de sus temporadas más gloriosas en el país, la famosa ‘época del dorado’.
“Yo pasé una niñez muy feliz, dentro de todas las limitaciones y carencias que había. Eran otros tiempos y uno se entretenía de otras maneras, disfruté mucho de las etapas de colegio… todo lo iba combinando con el fútbol, yo recuerdo que empecé a ver fútbol desde el año 53’, imagínese eso”.
La pasión del vallecaucano va más allá de ver un partido de fútbol. De forma empírica se preparó, leyó y estudió cada detalle del ‘deporte rey’, no obstante, la vida lo llevó por otro camino.
Vea la entrevista completa a Hernán Peláez:
Del deporte a la ingeniería
Cuando todo parecía indicar que dedicaría su vida al deporte, Peláez se encontró con una Y, ese momento de la vida en el que hay dos caminos y decidió irse por el lado de Ingeniería, después de todo, allí las posibilidades de un ingreso eran más seguras y cumpliría el sueño de su madre de tener un doctor en la familia.
Estudió y ejerció ingeniería química por más de diez años, experiencia que valora y asegura que fue clave para lo que está haciendo hoy en día. Fue justamente un ingeniero quien le dio uno de los consejos más importantes que ha recibido, quien le recomendó que se dedicara a lo que realmente lo hiciera feliz.
“Gilberto Arango, me dijo “hombre, vaya donde usted se sienta mejor, independiente de si va a ganar más o menos’, y así tomé la decisión haciendo ese sacrificio”.
Pese a su trabajo como ingeniero, tenía ciertas licencias y en ocasiones podía combinarlos gracias a la comprensión de sus jefes de ese entonces. No obstante, la decisión se dio de forma definitiva cuando empezó a perderse eventos importantes como mundiales de fútbol, ahí se dio cuenta de que quería cumplir su sueño.
A la ingeniería le debe la disciplina, metodología, el analizar probabilidades y enfocarse en los resultados, aspectos que, han sido notorios a lo largo de su carrera periodística.
El origen del doctor Peláez
Siendo Colombia el país de los doctores, y no precisamente porque abunden los mismos, sino porque a cualquiera literalmente se le denomina así, el periodismo deportivo no podía quedarse sin su doctor.
Hernán Peláez, graduado como ingeniero, toda su vida ha sido llamado ‘doctor’ y fue justamente porque los antiguos diplomas que se generaban en latín, aparecía esta denominación que lo ha acompañado hasta el día de hoy.
“Mi mamá, por ejemplo, soñaba con que me dijeran doctor, esa era la idea de ella. Cuando me dijo “¿te vas a meter a fútbol?”, no me dijo más, como quien dice, ella quería que siguiera en la ingeniería, pero siempre tuve el apoyo de mi círculo más cercano”.
El apodo de ‘doctor’ le es indiferente. Le da igual si lo llaman Hernán, Peláez, ‘Don Hernán’, o doctor. Dice entre risas que conoce a varios que se enojan si no les dicen así, pues con la sencillez que lo caracteriza, asegura que para sentir el cariño y respeto de la gente, no necesita de ese tipo de llamados.
El periodismo es de esos oficios donde la mayoría tiene un mentor, o al menos alguien que les dio esa primera oportunidad cuando esta era esquiva. En el caso de Hernán Peláez, es Humberto Rodríguez, quien lo motivó a escribir una columna en el diario El Tiempo, la cual se mantuvo por más de 20 años, y que le permitió darle visibilidad a su pensar en el mundo del deporte.
“Yo escribí durante 25 años una columna que se llamó Cara y sello”.
Fútbol y narcotráfico
Por los ojos de Hernán Peláez, han pasado gran cantidad de figuras futbolísticas a nivel mundial. Colombia ha sido cuna de grandes jugadores en distintas épocas, arrancando desde ‘El Dorado’, pasando por los años 80’ donde dineros ilegales permearon gran parte de la sociedad en distintos contextos.
El fútbol no fue ajeno a este flagelo, el narcotráfico y sus dineros ilícitos entraron a varios equipos del balompié local, muchos lo llegaron a llamar como la segunda época del dorado, debido a la gran cantidad de figuras que traían equipos como Millonarios y América.
A pesar de que el fútbol servía como mecanismo de distracción para la escalada de violencia que se vivía en ese entonces, futbolistas, políticos y periodistas, fueron objeto de amenazas por sus opiniones y comentarios relacionados con este tema, donde incluso, algunos fueron vetados en ciertas ciudades y no podían realizar sus actividades con total libertad.
Al preguntarle a Peláez, si en algún momento vivió algún episodio oscuro por cuenta de su actividad en el periodismo, es enfático en decir que no, además, es bastante crítico del hecho de que el fútbol es el único que ha cargado con ese estigma hasta el sol de hoy, cuando los dineros calientes, permearon casi todas las esferas de la sociedad.
“El fútbol carga con el INRI del narcotráfico de los 80’ y resulta que el narcotráfico entró también en la propiedad raíz y los bancos nunca preguntaron de dónde viene la plata… Pero el chicharrón lo pagó el fútbol, porque a los tipos les dio, en vez de comprar caballos, comprar jugadores, ¿para qué? No era ni siquiera para hacer negocios, era para adquirir estatus cívico”.
Dentro de esta época, para su fortuna, no tuvo ningún tipo de incidente o veto, lo que si, fueron una gran cantidad de discusiones con el ‘médico’ Ochoa Uribe, pero todo desde el respeto y hablado desde el punto de vista del deporte, al final, terminaron siendo buenos amigos hasta el final de sus días.
“Tuvimos peleas, peleas con el médico Ochoa Uribe, pero eran por cosas de fútbol. León Londoño, un tipo simpatiquísimo, pero peleador bravo. Con el tiempo uno lo recuerda con cariño. Una de las satisfacciones que tengo, es que hice un programa para Fox que se llamaba Última Palabra, todos eran jugador, exjugadores y todos iban y en el fondo agradecían porque, según ellos, yo nunca los había tratado mal”.
El respeto ha sido la base del ejercicio periodístico de Hernán Peláez, por eso, nunca se le ha visto en peleas, discusiones o polémicas, es de los pocos nombres que genera unanimidad y admiración por su trayectoria. Peláez lo tiene claro, él es crítico del momento, más no de las personas, línea ética que le ha permitido formar amistades en el mundo del fútbol y que sea incluso calificado como “alcahueta” por varios de sus colegas”.
“Una cosa es decir, por decir algún nombre, MacAllister Silva jugó mal, a decir, MacAllister Silva es un mal jugador. Es una diferencia porque usted puede jugar mal hoy y mañana hacer cinco goles”.
Un hito llamado ‘El pulso del fútbol’
Dentro de la historia periodística de Hernán Peláez han sido dos los programas que lo han marcado con fuerza: ‘La luciérnaga’ y ‘El Pulso del fútbol’. Dos espacios distintos y que significaban un reto importante para su carrera, el primero era manejar y coordinar un espacio en el que tenían participación más de 10 personas, entre humoristas, trovadores y periodistas, mientras que en el otro, era trabajar con Iván Mejía, un periodista deportivo de los duros y que se ha caracterizado por sus opiniones ácidas.
Cuando le plantearon la posibilidad de hacer un programa con ‘el gordo’, él, como creyente de las oportunidades, aceptó sin pensarlo, aun sabiendo que sería un reto mayúsculo por la personalidad de Iván.
“El hombre que creó el programa fue Guillermo Díaz Salamanca. Él me dijo un día si sería capaz de hacer un programa con Iván Mejía y yo le dije -tráigalo-... La primera conversación con él le dije, vamos a hablar de fútbol y así quedamos”.
Con orgullo asegura que uno de sus grandes logros fue “hacer reír al gordo”, prueba irrefutable que se vio reflejada al aire en varios de los programas. Dentro de ese trabajo, luego llegó otra oportunidad de hacer equipo con Mejía y Carlos Antonio Vélez, en un proyecto de Fox Sports llamado ‘Los tenores del fútbol’.
“El primer día que llegamos cada uno por su lado y les dije -bueno, señores, vamos a hacer un programa entre los tres o aquí nos hundimos los tres o salimos los tres. Así que les pido un favor a trabajar juntos y empezamos-. Me acuerdo de que fue un debut violento porque nos tocó ir Argentina a un partido de la selección Colombia, un juego que dirigía Reinaldo Rueda y los camarógrafos apenas se echaban la bendición antes de empezar a grabar”.
Pese a que su estancia en ‘El pulso del fútbol’ terminó hace varios años, sigue teniendo buena relación con Iván Mejía, que actualmente se encuentra retirado del periodismo, pero con el que tiene comunicación hasta la fecha, se puede decir, que es uno de los tantos amigos que le ha dejado el periodismo.
La inesperada salida de Caracol Radio
En su momento, los oyentes más fieles del programa, no encontraron explicación alguna para su salida del mismo. Se especuló con un posible retiro de los medios, pero meses después se le vio al aire en otro proyecto. En esta entrevista, el ‘doctor’ Peláez aclaró lo sucedido.
Resulta que llegó ese momento de su vida en el que realizó un ejercicio de reflexión profunda en el que analizó que ya llevaba varios años al aire, con todas las implicaciones y esfuerzos que esto conlleva. Pese a que ‘El pulso’ y ‘La Luciérnaga’ eran programas con una duración al aire definida, las horas detrás de estos formatos era lo realmente exigente, para no descuidar cada detalle.
Los problemas empezaron por cuenta del trabajo en ‘La Luciérnaga’. Dentro de su equipo se encontraba Gustavo Álvarez Gardeazábal, analista político que él mismo llevó pese a las críticas iniciales y que de a poco se fue ganando el respeto de la audiencia por sus opiniones y análisis.
Cuenta Peláez, que en cierto punto se sentía ‘chuzado’ por terceros en sus conversaciones con Gardeazábal, su oído de radio le permitía escuchar sonidos en cada llamada, e incluso aprovechaban para realizar bromas al respecto. El tema se fue saliendo de las manos cuando a Tuluá, ciudad en la que vivía el analista, constantemente arribaban aviones pequeños con políticos y pesos pesados de la coyuntura nacional con el objetivo de tener una conversación con él.
“El tipo se volvió una piedra en el zapato muy brava para muchos y usted sabe que los grupos económicos tienen su sitio y sus intereses, entonces cuando vi que todo iba para allá, yo les dije -yo también me voy-, y por eso ahí estamos”.
Nuevos proyectos
Actualmente, hace parte de ‘Peláez y De Francisco’, programa deportivo que se emite en las tardes de W Radio. Junto a Martín encontró esa dupla que combina deportes, actualidad, música, anécdotas e interacción con los oyentes.
Del periodismo actual, cuestiona el facilismo y el exceso de información que circula en plataformas digitales que muchas veces carece de veracidad. Todo está al alcance de un clic y en muchas ocasiones no se respetan las fuentes.
“A las nuevas generaciones, mi consejo es que estudien, se preparen y vayan más allá”.
Al preguntarle que hasta cuándo se ve en el periodismo, asegura que hasta donde le den las fuerzas. Es un tema en el que no le gusta pensar, aunque es consciente de que con el pasar de los días, es cada vez más el tiempo que le quiere dedicar a su vida personal.
“Esto es un vicio, esto ya no es un oficio y yo lo hago porque me gusta. El día que ya diga no, no más”.
Hablar con Hernán Peláez es hacerlo con toda una enciclopedia del periodismo, en cada respuesta que brinda, es generoso con la palabra, con las anécdotas y el conocimiento. A menudo va más allá, y busca dejar una enseñanza, quienes han tenido la oportunidad de escucharlo, saben que pese a los ‘achaques’ de salud, tiene gasolina para rato.