Los hechos coincidieron para que un proyecto, que había nacido como una audaz obra de ingeniería, se viniera a pique. Se trata de un edificio de apartamentos que a mediados de los 80 se empezó a construir sobre una enorme roca de 16 metros de altura, ubicada en el sector de Pozos Colorados, en Santa Marta.
El primero tuvo que ver con un rumor que se propagó como pólvora por toda la región. Que la propiedad era de José Rafael ‘El Mono’ Abello, quien por aquella época era considerado como uno de los grandes capos del narcotráfico en la Costa Atlántica. De hecho, fue extraditado a Estados Unidos en 1989, donde fue condenado a 30 años de prisión, de los cuales pagó un poco más de la mitad de la pena.
El segundo, fue el asesinato de Luis Carlos Galán, ese mismo año. El magnicidio desató una persecución contra los bienes del narcotráfico, y en medio de este proceso el edificio sobre la roca fue allanado por las autoridades. Sin embargo, los organismos de control pudieron establecer que los inversionistas y promotores del proyecto pertenecían a dos destacadas familias de Santa Marta: los Vives y los Díaz-Granados. Estos últimos familiares del actual ministro de Comercio, Sergio Díaz-Granados.
Pero el mal ya estaba hecho. Ni campañas de publicidad ni relanzamientos posteriores que se le hicieron, pudieron borrar del imaginario popular que el edificio era del ‘Mono’ Abello. Y hasta ahí le llegó la cuerda al proyecto. Nadie más quiso saber del edificio. Y pese a que a que se alcanzaron a prevender algunos apartamentos, sus promotores nunca alcanzaron el punto de equilibrio. Fue así como quedaron a la intemperie dos edificaciones de 8 y 15 pisos en etapa de estructura y mampostería. Es decir, en obra negra.
Y así permaneció durante 25 años, convirtiéndose en uno de los lunares más visibles de Pozos Colorados. El ‘monumento’ no pasaba desapercibido para todo aquel que transitaba por esta vía que conduce del aeropuerto Simón Bolívar al Rodadero, a Santa Marta y a la Guajira.
Pero la surte del abandonado edificio comenzó a cambiar en el 2006, cuando un grupo de inversionistas de Bogotá lo compró en un remate. Sin embargo, y pese a que varios de los bancos más prestantes del país como Colpatria financiaron el proyecto, al que se le inyectaron unos 10.000 millones de pesos, aún el fantasma del ‘Mono’ Abello ronda el proyecto inmobiliario.
Este hecho fue el que más entorpeció la venta de los 101 apartamentos que abarcan un área total construida de 13.300 metros cuadrados. Convencer a los interesados de que el edifico no tuvo nada que ver con el ex narcotraficante fue la parte más difícil de la comercialización. Con mucho esfuerzo, en este sentido, ya se logró vender el 70 de la edificación.
Ahora, con el regreso a Santa Marta del ‘Mono’ Abello de los Estados Unidos, donde pagó 18 años de cárcel, sus promotores temen que vuelvan a revivir los viejos rumores que recayeron sobre el edificio de la roca, lo que haría mucho más difícil la venta del 30 por ciento restante. No obstante, confían en que la moderna imagen del renovado edificio aleje definitivamente a los fantasmas que lo rondaron desde los 80.
El fantasma del ‘Mono’ Abello en La roca
Dom, 24/06/2012 - 04:00
Los hechos coincidieron para que un proyecto, que había nacido como una audaz obra de ingeniería, se viniera a pique. Se trata de un edificio de apartamentos que a mediados de los 80 se empezó a co