En medio de un torbellino político, Margarita Rosa de Francisco no dudó en levantar su voz contra las recientes revelaciones que implican al ministro de Hacienda Ricardo Bonilla en presuntas maniobras corruptas. Los chats filtrados por Noticias Caracol han sacudido el panorama político colombiano, al evidenciar supuestos intentos de comprar congresistas a cambio de favores públicos.
La actriz, radicada en Estados Unidos y conocida por su activismo y comentarios contundentes, se pronunció vehementemente a favor de Gustavo Petro, actual presidente de Colombia, buscando desligarlo de cualquier responsabilidad en las acciones del ministro Bonilla. En un mensaje directo a través de su cuenta de Twitter, ella lamentó profundamente la situación, cuestionando la integridad del ministro y exigiendo una explicación clara y contundente que no deje lugar a dudas.
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"Qué mal se ve lo del ministro de hacienda chateando con ese par de hampones. Esperamos una explicación que no sea para idiotas y que el presidente lo remueva de su cargo", expresó Margarita Rosa de Francisco en su primer comentario.
Además de su crítica directa hacia Bonilla, la caleña extendió sus señalamientos hacia diversas esferas de la sociedad colombiana, denunciando un entorno político corroído por intereses oscuros. En sus palabras, el juego político en Colombia se ha convertido en una "ratonera tan brava", afectado por la influencia de empresarios poderosos, multinacionales, mafiosos y políticos de poca monta.
Finalmente, la también autora enfatizó que la presunta buena fe del presidente Petro no es suficiente para enfrentar las serias acusaciones de corrupción que rodean a su administración. "Así no hay programa de gobierno que sirva, por más bello que sea", sentenció, reflejando así una profunda preocupación por el futuro político y social del país.
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El llamado de Margarita Rosa de Francisco no solo apunta a la urgencia de una respuesta clara y transparente por parte del gobierno colombiano, sino que también destaca la necesidad de una renovación ética y moral en la política nacional, en un momento crítico para la democracia y la transparencia en Colombia.