
Desde las montañas de Santander, con el alma cargada de historias campesinas y un amor infinito por su madre, 'Los Patojos del Humor' llegaron a KienyKe.com para contarnos su historia. Andrés, Naren y don Gildardo, parte de esta familia de creadores de contenido, nos confesaron cómo el humor los sostuvo en los días más oscuros y cómo hoy siguen adelante, honrando la memoria de Yenny Ariza, su madre, quien fue hallada sin vida en su hogar el pasado mes de agosto del 2024.
La historia de 'Los Patojos' inició en plena pandemia, justamente el 26 de abril de 2020, cuando la familia decidió grabar un video en su finca, en medio del campo, sin pensar que ese momento cambiaría sus vidas. “Fue cuestión de suerte”, confiesa Andrés, el creador del grupo. “Un video se volvió viral y ahí seguimos creando”. Desde entonces, han sido cinco años de risas, autenticidad y mucho amor por sus raíces.
Lejos de las apariencias y las poses forzadas, 'Los Patojos' siguen siendo fieles a su esencia: “Somos campesinos y no tenemos que aparentar nada. Hacemos contenido con el que la gente se identifica, que les saca una sonrisa después de un día duro”, dice Andrés, con la autenticidad que los caracteriza.
Naren, el 'Patojo menor', le da vida a varios personajes dentro de los sketches, desde la abuelita hasta mujeres que reflejan el carácter típico de la región. “Los personajes nacen de hechos reales. Todo lo que grabamos ha pasado o le ha pasado a alguien”.
Además confesaron que el nombre 'Los Patojos' no fue casual. Surgió de un sacerdote que acompañó a los hermanos desde su infancia. “Siempre nos llamaba sus patojos, sus niños. Y justo cuando buscábamos nombre para el grupo, nos llamó. Fue una señal”, recuerda con cariño don Gildardo.
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Los Patojos hablan por primera vez: “Nos juzgaron sin conocer nuestra verdad”
Para agosto del 2024, la familia de creadores de contenido atravesó uno de los momentos más devastadores de su historia con la partida de Yenny Ariza: madre de Andrés y Naren, esposa de don Gildardo, y el alma que daba sentido a todo el proyecto.
“Ella era el eje. Nos caímos por completo. Fueron meses muy oscuros”, cuenta don Kildare. Con voz entrecortada, Naren la recuerda como una mujer valiente, fuerte y decidida: “Fue la primera en creer en este proyecto. Le metía todo el corazón, sin importar lo que dijeran los vecinos. Era una mamá típica santandereana: brava, regañona, pero con un amor enorme”.
Andrés, con la responsabilidad ahora de liderar el grupo, confesó: “La vida nos golpeó duro. Pero entendimos que ella no puede convertirse en una carga. Queremos recordarla con alegría, como a ella le gustaría. Cambiamos el llanto por el canto”.
Pasaron siete meses hasta que se atrevieron a volver a la casa donde todo comenzó, ese lugar donde Jenny reía, cocinaba y grababa. El regreso fue un golpe emocional. "La casa se vino abajo sin ella. Ya no hay esa alegría", confesó, Andrés con nostalgia. Pero, entre tanto dolor, también han recibido fuerza: "Muchos nos dicen que no dejemos caer la casa, que sigamos adelante".
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La lucha de 'Los Patojos' tras la partida de su madre:
La familia de 'Los Patojos del Humor ' aún carga con la impotencia de no haber encontrado justicia por la muerte de su madre y motor. “Yo llamé a mi hermano y le dije: ‘No hicieron nada con mi mamá’”, confesó uno de ellos, con la voz entrecortada. Y aunque reconocen que el proceso siguió su curso, el vacío sigue siendo el mismo: “Mi mamita ya no se levanta de allá donde está”.
En medio del dolor, eligieron el perdón. “Si hay alguien detrás de esto y nos está viendo: lo perdonamos. De corazón”. Porque lo único que siempre quisieron fue cumplir los sueños de su mamá. “Se fue sin conocer el mar, sin su casa propia… se fue con muchas metas por delante. Y así quedamos nosotros aquí, tratando de seguir”.
Además de compartir el dolor que vivieron, Andrés también quiso hablar de los sueños que hoy los mantienen firmes: esos proyectos que nacieron del corazón y con los que buscan rendir homenaje a su madre, Yenny Ariza.
“Mi mayor anhelo es que el proyecto de huevos criollos orgánicos de Los Patojos llegue a las grandes superficies. Que la gente entienda que nosotros, los campesinos, también podemos crear empresa, que también sabemos emprender. Mi sueño es que la distribuidora ‘Los Patojos’ exista y que lleve el nombre de mi mamá”, dijó.
Aunque atravesaron días oscuros, también encontraron la fuerza necesaria para volver a levantarse y seguir adelante. Cuando las críticas no cesaban y las versiones distorsionadas comenzaban a propagarse, Andrés tomó la decisión de no dejarse vencer, puesto que sentía que todos los estaban juzgando sin conocer la verdad.
Durante meses eligieron guardar silencio, se dijeron muchas cosas que no eran ciertas, y decidieron no alimentar más versiones. Pero con el tiempo sintieron que ya era momento de hablar.
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En medio de ese vacío, el recuerdo de su madre se convirtió en refugio, en guía, en fuente de fuerza. Andrés cuenta que le hablaba cada día a su madre, le pedía ayuda. Y aunque ya no estaba físicamente, sentía que su presencia lo sostenía, que no lo soltaba.
Y con apenas 200 mil pesos —el fruto de seis meses de trabajo—, 'Los Patojos' se sentaron a tomar un café. Y desde ahí decidieron volver a empezar. Porque sí, el camino es duro, pero la esperanza no está perdida.
Su pasó por Kienyke.com dejó varias lecciones. 'Los Patojos' no buscan compasión, tampoco fama. Lo que quieren es inspirar, ayudar, demostrar que se puede. Muchos piensan que están lucrándose de su dolor, pero su realidad es distinta. Apenas están comenzando...