Jesús Alberto López Ortiz era el nombre del futbolista del Deportivo Rio Cañas, equipo de la segunda división de Costa Rica. Su nombre le ha dado la vuelta al mundo luego de que fuera devorado por un cocodrilo mientras se daba un baño.
El hecho ocurrió en el noreste de Costa Rica, cuando ‘Chucho’ se encontraba nadando en el Río Cañas, ubicado en la localidad de Santa Cruz, Guanacaste, ubicada a 227 kilómetros de San José, la capital del país. El cocodrilo lo sorprendió y lo sumergió en el agua, causándole la muerte por ahogamiento o por la fuerte presión de sus mandíbulas.
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Todo inició porque el jugador decidió darse un chapuzón y lanzarse un clavado desde un puente, con la mala suerte de que el cocodrilo se encontraba cerca. En videos aficionados se logra ver el cuerpo del jugador en las fauces del animal.
"Con profundo dolor hacemos público el fallecimiento de nuestro jugador Jesús López Ortiz (Chucho) que de Dios goce. Descansa en Paz Chucho, nos unimos al dolor de toda su familia. Te vamos a extrañar. Te llevas una parte de todos, amigo querido. Hoy es un día muy difícil para todos y te recordaremos en las múltiples facetas de tu vida deportiva como entrenador, futbolista y también como un padre de familia. Siempre vivirás en nuestros corazones Chucho. Vuela alto", fue el mensaje del Club Deportivo Rio Cañas.
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Vale la pena López Ortiz era reconocido por su despliegue físico y talento en el campo de juego, pero además era padre de dos niños pequeños de ocho y tres años (Derian y Eithan) y portaba la casaca número 10 en su equipo.
¿Era necesario matar al cocodrilo?
Para poder recuperar el cuerpo del jugador y darle sagrada sepultura, la Policía de Costa Rica decidió asesinar al cocodrilo con un tiro fulminante. En redes sociales, cientos de personas reprochan el hecho de que fuera sacrificado el animal, pues ya no había forma de rescatar con vida al futbolista.
Por el contrario, critican que decidieron matar a otro ser vivo y así tener dos cadáveres para recuperar en vez de uno, solo con la excusa de poder entregar el cuerpo a los familiares y seres queridos del jugador.
Aunque la visión humanista y tradicional indica que esto fuera lo correcto, además de que el cocodrilo podría repetir el ataque, otros consideran que fue el jugador quien invadió el hábitat del cocodrilo y rechazan que lo hayan asesinado vilmente.
