Una verdadera rareza ocurrió en la Copa América 1975 con la Selección Colombia. Los recuerdos del pueblo nacional sobre este campeonato sin dudas son agridulces, pues, aunque fue la primera final que disputó la ‘tricolor’ en el certamen continental, hubo un lamentable episodio en las instancias previas a la segunda ronda.
El conjunto ‘cafetero’ llegaba a jugar el torneo por decimotercera vez en su historia, siendo uno de los combinados más jóvenes en hacer presencia en esta competición. Sin embargo, la nómina que había reunido el histórico exfutbolista y entonces entrenador, Efraín 'Caimán' Sánchez, era bastante sobresaliente.
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Además, esta edición de la Copa América tenía como particularidad la ausencia de una sede fija, pues la Confederación Sudamericana de Fútbol tomó la decisión de organizar el certamen a lo largo y ancho del continente por primera vez en la historia.
Así las cosas, la Selección Colombia compartía el Grupo C con los conjuntos de Paraguay y Ecuador. El encuentro inaugural de la ‘tricolor’ fue contra sus similares ‘guaraníes’ en el Estadio Nemesio Camacho el Campín, donde el combinado local celebró la victoria con una anotación del delantero santafereño, José Ernesto Díaz.
Pasaron los días y los ‘cafeteros’ siguieron cosechando victorias, luego de ser los verdugos de Ecuador, en condición de visitante, con un marcador de 1 por 3.
De esta forma, la nómina colombiana se desplazó a territorio asunceno para jugar su encuentro de vuelta contra la Selección de Paraguay en Defensores del Chaco. La cita estaba pactada para el 30 de julio del mismo 1975 y todo estaba preparado para que el colegiado brasileño, Arnaldo Cézar Coelho, indicara el inicio de la contienda.
Es importante recordar que, en aquella época, el país ‘guaraní’ estaba regido bajo la dictadura del militar, Alfredo Stroessner, con un régimen autoritario. Más allá de esto, el balón empezó a moverse en Asunción, al igual que las emociones de los espectadores presentes.
Corría el minuto 40 del compromiso y Ernesto Díaz recibió el esférico que posteriormente transformó en gol. Los ánimos del partido eran candentes y el ‘Teto’ tomó la decisión de celebrar la anotación con una burla hacia el guardameta rival, Ever Almeyda.
Claramente, no fue la mejor opción que pudo tomar el delantero colombiano, pues la reacción inmediata de los paraguayos fue atacar a la plantilla ‘tricolor’ a punta de patadas. Se podía observar cómo Willington Ortiz sorteaba las piernas de los ‘guaraníes’, cuando se introdujo otro protagonista al campo de juego.
Los integrantes de la policía de Paraguay invadieron la cancha y comenzaron a repartir golpes con sus bolillos a los jugadores y miembros del cuerpo técnico de la Selección Colombia, mientras éstos huían sin creer lo que sucedía.
Ante esta situación, el colegiado dio por finalizado el partido y la Conmebol, por su parte, le otorgó el triunfo al combinado ‘cafetero’ que le significó su pase a las semifinales.
