Así lo advirtió el economista peruano Carlos Aquino Rodríguez, director del Centro de Estudios Asiáticos de la Universidad Autónoma de Nuevo León (México), y agregó que por la pandemia se debió incurrir en 2.000 millones de dólares más de costos en este evento internacional por cuidados de bioseguridad, pruebas diarias de COVID-19 a los deportistas para evitar contagios, y modificaciones en los itinerarios y programas del evento.
Las olimpiadas tuvieron un costo de 28.000 millones de dólares y son las que menos generarán ingresos económicos por la ausencia de turistas y publicidad.
Tradicionalmente los Juegos Olímpicos han mostrado un impacto económico, social y cultural positivo al país anfitrión, pero en esta última edición tuvo el efecto contrario a causa de la pandemia.
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El impacto económico favorable se da por el aumento de empleos, el flujo de turistas, la publicidad gratis para el país y las nuevas construcciones de escenarios deportivos, aunque siempre se caracterizan por tener altos costos durante su realización.
“Los Juegos Olímpicos siempre han tenido costos elevados: en 1964 costaron poco menos de 500 millones de dólares, en 1972 alcanzaron los 1.000 millones de dólares y en 2016 pasaron los 13.000 millones de dólares”, recordó el académico, invitado al programa Análisis UNAL: Saber para interpretar, de Radio UNAL (98.5 FM), emisora de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).
“Cuando un país gana el derecho de desarrollar los Olímpicos se estipula un costo aproximado de 12.000 millones de dólares, y en general los países considerados como anfitriones son los más desarrollados por el costo tan alto que deben asumir”, subrayó.
Juegos Olímpicos y pandemia
La pandemia por COVID-19 afectó el desarrollo de muchos eventos culturales, sociales, políticos y deportivos, tanto nacionales como internacionales, lo cual generó una alta suma de costos para los organizadores.
El economista afirmó que “el Gobierno japonés preveía que los juegos dejarían un impacto económico satisfactorio, pero no fue así. La falta de público en los escenarios deportivos no generó ventas de tiquetes y Toyota, la empresa más grande de Japón, retiró su publicidad porque consideraba que la imagen del pueblo era negativa”.
Agrega que “hace dos semanas más de la mitad de la población de Japón se oponía a que las olimpiadas se llevarán a cabo porque se estaba jugando con la salud de la sociedad, pero en los últimos días los japoneses han tenido una mirada de mayor aceptación”.
Por su parte el sociólogo David Quitian, doctor en Antropología de la UNAL e investigador, destacó que “la ausencia de público hizo que la ceremonia inaugural fuera la más triste de la historia; todos esperábamos que la actuación de Oriente arrasara como suele hacerlo, pero no fue así. Las transmisiones se han tornado frías por la falta de hinchas o amantes al deporte”.
En el programa radial de la UNAL se concluyó que “el impacto económico que generaron los Juegos Olímpicos en Japón han sido más negativos que positivos para la sociedad”.