Dicen que la vida de Silvia Gette Ponce es como una novela de ficción con capítulos llenos de drama, muerte, malas relaciones, ansias de poder y corrupción. Muchos la tildan como la villana de la historia. Aseguran que es uno de esos personajes peligrosos que tienen una mente criminal capaz de pasar por encima de cualquiera con el fin de satisfacer sus propios intereses.
Otros sostienen que Silvia Gette, exrectora de la Universidad Autónoma del Caribe, es víctima de un gran “complot”. Dicen que le tienen envidia por la forma en que se convirtió en una de las mujeres más importantes de Barranquilla, Atlántico, y que todos los problemas en los que está metida actualmente son el producto de un entramado en su contra que busca hundirla y quitarle el poder que paso a paso construyó.
KienyKe.com le cuenta algunos detalles de la truculenta historia de Silvia Gette. Una mujer que pasó de las tarimas de baile a los estrados judiciales; que pasó de los bellos trajes que suelen usar las llamadas ‘vedettes’ a estar con las manos esposadas y tras las rejas de un centro penal.
Actualmente enfrenta un juicio por homicidio. La Fiscalía la señala de ser la determinadora de la muerte violenta de Fernando Cepeda, un reconocido arquitecto y ganadero de la ciudad de Barranquilla, esposo de su hijastra María Paulina Ceballos, quien, se dice, es su peor enemiga.
Este es uno de los tantos procesos penales que cursan a su nombre. Además de este crimen, ha sido señalada de malos manejos dentro de la Uniautónoma y de otros actos de corrupción como soborno, delito que la llevó a pagar una sentencia condenatoria de seis años de prisión.
Los inicios del show
Silvia Gette Ponce nació en noviembre de 1951, en el seno de una familia de escasos recursos de Buenos Aires, Argentina. Fue su madre, Angélica Ponce, quien la encaminó en el mundo del espectáculo. Tenía el sueño de que su hija alcanzara el éxito y fuera reconocida en el país por ser una gran bailarina.
Y así fue. Silvia Gette creció y se metió de lleno a las artes. Por su talento, logró tener algunos reconocimientos; participó en varios shows de baile y programas de televisión que la hicieron conocida en Argentina.
Fue así como conoció a José Pepe Bronce, dueño de una compañía de baile que se impresionó con su talento y la invitó a viajar por Sudamérica. Uno de los destinos fue Colombia, y en una presentación conoció al respetado magistrado Mario Ceballos Araújo, presidente del Tribunal Administrativo del Atlántico y uno de los creadores de la Universidad Autónoma del Caribe.
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Ceballos quedó impactado con la belleza de Silvia Gette. Tanto así, que desde ese primer día la invitó a cenar y le pidió que se quedara a vivir en Colombia. Silvia Gette aceptó, se hicieron novios y al poco tiempo se casaron. El matrimonio no fue bien visto por la élite barranquillera.
La gente criticó la unión porque conocía el pasado de Silvia Gette como ‘vedette’ y por la diferencia de edad entre los dos. Ella tenía 36 y él 59.
Escuche aquí la entrevista a Felipe Romero, escritor del libro “Gette, la herencia maldita”:
De ‘vedette’ a rectora
Silvia Gette decidió dejar el mundo del espectáculo para volverse una profesional en derecho. Antes de ingresar a la Universidad Autónoma del Caribe, donde su esposo Mario Ceballos fungía como rector, creó una pequeña academia de baile y heredó un programa de arte en el reconocido canal local Telecaribe. Eso no duró mucho.
Gette dejó esos programas atrás. Tiempo después comenzó a tener cargos administrativos en la institución educativa y ganó mucha influencia. Fue escalando hasta que la nombraron como directora administrativa, cosa que no cayó muy bien entre los otros funcionarios porque decían que la mujer tenía “embobado” al rector de la universidad.
En ese entonces Silvia Gette aseguró ser víctima de un complot en su contra. A la institución llegaron panfletos donde la señalaban de no tener el perfil para el cargo y de cometer “muchas irregularidades”. Muchos pedían su salida del centro educativo.
Gette decidió denunciar los hechos ante la justicia. Señaló que quienes estaban detrás de esos actos “injuriosos” en su contra era la hija del rector, María Paulina Ceballos, y su esposo, Fernando Cepeda Vargas.
Se dice que desde ese momento comenzó la fuerte enemistad y la puja por el manejo de la universidad. María Paulina y su esposo Fernando huyeron de la ciudad porque decían que Silvia Gette había orquestado un “montaje judicial” en su contra y que no tenían garantías. En 1999 un juez los absolvió de los cargos por concierto para delinquir.
En ese entonces se conoció que John Jairo Ramírez, abogado de Silvia Gette, declaró ante las autoridades que por orden de ella sobornó, con dineros de la Uniautónoma, a fiscales involucrados en el proceso contra Ceballos y Cepeda. El abogado fue asesinado en agosto de 2002 por un sicario de Barranquilla, Atlántico.
En 2003 comenzó la desgracia familiar. Mario Ceballos murió, según Medicina Legal, por cirrosis. En ese momento fue cuando Silvia Gette asumió el puesto en la rectoría de la Uniautónoma.
El vaquero va en su caballo blanco
El ganadero Fernando Cepeda, esposo de María Paulina Ceballos, fue asesinado el 22 de agosto de 2003. Iba en su carro Chevrolet Swift blanco sobre la avenida circunvalar de Barranquilla cuando fue interceptado por un sicario que le disparó justo en la cabeza.
Según contó Felipe Romero, escritor del libro “Gette, la herencia maldita”, las palabras claves que pronunciaron quienes estaban detrás del crimen fueron: “El vaquero va en su caballo blanco”. Ya lo tenían identificado y seguían sus pasos desde horas antes. El tiro que le pegaron fue fatal. Aunque algunos testigos trataron de auxiliarlo, Fernando falleció de inmediato.
La investigación por el asesinato de Fernando Cepeda estaba pausada hasta 2011, cuando unos paramilitares declararon ante Justicia y Paz que sabían detalles de la muerte del reconocido ganadero.
Fue Édgar Ignacio Fierro, alias Don Antonio, entonces cabecilla del frente José Pablo Díaz de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), quien mencionó en su momento que Silvia Gette estaba detrás del homicidio.
El exparamilitar señaló que la rectora de la Uniautónoma había “pedido el favor” que asesinaran a Fernando Cepeda a cambio de 150 millones de pesos. Al parecer, su fin era quedarse con el poder absoluto de la universidad y “quitarse de encima” las presiones ejercidas por el ganadero y su hijastra. Nada de eso ha sido probado.
Desde ese momento el proceso por el asesinato de Fernando Cepeda ha tenido varios giros e inconsistencias. Aunque Silvia Gette fue la primera señalada del asesinato tras las declaraciones de alias Don Antonio, en septiembre de 2014 las autoridades capturaron a Maria Paulina Ceballos por ser la presunta determinadora del crimen. La mujer pasó de ser víctima a sindicada del asesinato de su esposo.
Pasó el tiempo y el proceso contra las dos mujeres terminó en preclusión en marzo de 2017. En ese momento, la Fiscalía concluyó que no existían pruebas contundentes para relacionarlas en el crimen del ganadero. Todo parecía haber llegado a su fin.
La manzana podrida
En abril de este 2020 un juez absolvió de los cargos a María Paulina Ceballos por el crimen de su esposo Fernando Cepeda. Tras declararla inocente, el juez de Bogotá condenó, en la misma decisión, a Martha Lucía Pinilla, una investigadora del CTI de la Fiscalía que fue hallada responsable de desviar pruebas en el proceso por el homicidio del ganadero.
De acuerdo con las investigaciones adelantadas por la Fiscalía, fueron al menos tres desmovilizados de las AUC que recibieron dinero por parte de Pinilla para involucrar a María Paulina Ceballos en la muerte de su esposo.
“Entre los paras que declararon contra Ceballos están Rafael Julio Peña, alias Chiqui; Eliécer Ramón Orozco, alias Cochebala, y Sergio Barrios Alemán, alias El Zaya”, anotó la Fiscalía en su argumentación.
La exfuncionaria, calificada por el abogado de María Paulina Ceballos como una “manzana podrida'' dentro de la Fiscalía, fue sentenciada por los delitos de soborno en concurso homogéneo con fraude procesal a cuatro años y nueve meses de prisión. Actualmente purga su condena en su lugar de domicilio.
Escuche aquí la entrevista de Miguel Ángel del Río, abogado de María Paulina Ceballos:
Gette irá a juicio
La investigación contra Silvia Gette siguió su curso. Aunque en 2017 había sido precluida, la Procuraduría presentó un recurso de apelación para revivir el proceso en su contra, el cual terminó en manos de una fiscal delegada ante el Tribunal Superior de Bogotá.
La Fiscalía le dio credibilidad al testimonio de Don Antonio, el cual señala que Gette Ponce tenía una supuesta diferencia personal con el ganadero y habría pagado la alta suma de dinero a jefes del Bloque Norte de las extintas autodefensas para que acabaran con su vida.
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La fiscal hizo su valoración en el entendido de que Silvia Gette fue condenada en 2015 a seis años de prisión por el delito de soborno. En ese momento se demostró que, a través de uno de sus abogados, intentó persuadir a alias Don Antonio y a otros exparamilitares para que cambiaran sus declaraciones y no la culparan por el homicidio del ganadero.
El pasado 23 de mayo Silvia Gette fue llamada oficialmente a juicio por este caso, el cual lleva su curso bajo los parámetros de la Ley 600.
El abogado de Silvia Gette, Luis Arturo Jiménez, le aseguró a KienyKe.com que la exrectora es inocente del homicidio de Fernando Cepeda, que los paramilitares mintieron y que hace falta descubrir la verdad.
El millón de dólares y los “autopréstamos”
El proceso por homicidio no es el único que cursa contra Silvia Gette. En su carrera también ha tenido que enfrentar a la justicia por malos manejos de recursos en la Universidad Autónoma del Caribe, donde fungió como rectora hasta el año 2013.
En 2007 fue denunciada por robarse un millón de dólares de la universidad. La Fiscalía aseguró en su momento que Gette sacó, sin el respectivo permiso de la sala general de la institución, esa extravagante suma de dinero para satisfacer sus intereses económicos.
En 2019 fue condenada a nueve años de prisión por el delito de abuso de confianza. Este proceso se encuentra actualmente en apelación ante el Tribunal Superior de Barranquilla.
Otro proceso en su contra es el de los llamados “autopréstamos”. Según la Fiscalía, existen irregularidades con los desembolsos a la cuenta de Silvia Gette de varias cantidades de dinero de la Uniautónoma calculadas en 2 mil 400 millones de pesos desde el 2008 hasta el 2012 para costear sus gastos personales.
“En condición de rectora de la universidad abusó de su cargo y del poder para ordenar gastos para dar destino de varias partidas millonarias a su nombre sin la autorización de los demás integrantes de grupo directivo, ya que tan solo se le permitía ordenar gastos hasta 59 salarios mínimos legales vigentes”, sostuvo el fiscal del caso.
Silvia Gette está a la espera del fallo por ese proceso, actualmente se encuentra recluida en la cárcel El Buen Pastor de Barranquilla. Su abogado, Miguel González, aseguró a KienyKe.com que esperan que la decisión sea en favor de la exrectora, pues en el juicio se logró demostrar que “es inocente”.