La fortuna que dejó Jesús Sánchez, esmeraldero asesinado

Mar, 08/04/2025 - 11:37
En conversación con Jonatan Sánchez, líder social y amigo cercano al esmeraldero asesinado habló sobre las empresas de las que era socio Jesús Sánchez.
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El asesinato de Jesús Hernando Sánchez, conocido como el "Zar de las Esmeraldas", ha dejado una sombra de incertidumbre sobre el sector minero de Colombia.

El pasado domingo 6 de abril, a las 3:40 p.m., un francotirador acabó con la vida de una de las figuras más influyentes del comercio de esmeraldas en el país.

El atentado se perpetró en el conjunto residencial Bosques del Marqués, ubicado en el norte de Bogotá, en un estilo que recuerda al crimen de Juan Sebastián Aguilar, alias "Pedro Pechuga", ocurrido hace tan solo ocho meses.

Un atentado planificado

El crimen de Sánchez, por su meticulosidad y ejecución, ha sorprendido a las autoridades. Según el Brigadier General Giovanni Cristancho Zambrano, comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, el francotirador eligió un punto estratégico desde donde podía disparar sin ser detectado, lo que demuestra un nivel de entrenamiento profesional.

Este tipo de ataques, realizados desde puntos elevados con una línea de visión directa hacia las víctimas, ha generado preocupación en el gremio esmeraldero y las autoridades. El hecho recuerda al asesinato de Aguilar, que también fue ejecutado con un francotirador desde un lugar de difícil acceso y visibilidad.

El asesinato de Jesús Hernando Sánchez se presenta como una clara señal de la guerra silenciosa que se libra en el mundo de las esmeraldas en Colombia, un sector marcado por la ilegalidad, las disputas territoriales y la presencia de grupos armados ilegales. Los analistas del conflicto señalan que el patrón de los asesinatos es el mismo, lo que refuerza la hipótesis de que los crímenes están relacionados con disputas internas en el gremio, posiblemente impulsadas por intereses criminales externos.

Jesús Sánchez: 'El zar de las esmeraldas?

Jesús Hernando Sánchez fue uno de los principales actores en el sector esmeraldero tras la muerte de Víctor Carranza, el mítico 'Zar de las Esmeraldas'.

Con la caída de Carranza en 2013, el sector se fragmentó, dando lugar a una lucha de poder entre diferentes clanes, algunos de los cuales están presuntamente ligados con redes criminales. En este contexto, Sánchez logró posicionarse como una figura central del negocio, liderando uno de los gremios más poderosos en la extracción de esmeraldas.

Sin embargo, su ascenso no estuvo exento de controversias. A lo largo de su carrera, Sánchez enfrentó alianzas y disputas comerciales, así como múltiples amenazas a su vida. Un incidente importante ocurrió en 2012, cuando sobrevivió a un atentado en el centro comercial Andino de Bogotá. Este atentado, aunque no mortal, marcó un antes y un después en su vida, pues lo convirtió en uno de los objetivos más visibles del conflicto esmeraldero.

Los bienes que dejó el "Zar de las Esmeraldas"

Sánchez no solo fue una figura influyente, sino también una persona cuya fortuna estaba directamente ligada al control de minas de esmeraldas en Colombia, especialmente en la zona de Boyacá, en el occidente del país. Su habilidad para manejar las dinámicas del mercado de "oro verde" le permitió acumular una riqueza considerable. Sin embargo, su fortuna también le valió enemigos dentro del gremio, lo que hizo de él un blanco constante de ataques.

Kienyke.com en conversación con su ahijado y amigo, Jonatan Sánchez señaló que "Sánchez era un productor, comercializador y exportador de esmeraldas. Un hombre generoso en su trato con las personas, generador de empleo pues tenia dos grandes compañías, asociado con una compañía extranjera llamada Fura Gems mina Coscuez S.A., ubicada en el municipio de San Pablo de Borbur y por otro lado, la Empresa Esmeraldas Santa Rosa S.A., mina cunas Ubicada en el Municipio de Maripi Boyacá. Asimismo, tenía sus ganaderías y cultivos de arroz". 

En enero de este año, Sánchez volvió a ser noticia cuando un preso en los Estados Unidos lo acusó de apropiarse indebidamente de acciones de la mina Cunas, una de las más importantes para la extracción de esmeraldas en el país. Este tipo de acusaciones solo aumentaron la tensión en un sector que ya estaba marcado por la rivalidad y la competencia feroz por el control de los recursos.

El asesinato de Jesús Hernando Sánchez, al igual que el de Aguilar, ha reavivado los temores de una guerra interna dentro del gremio esmeraldero. La modalidad de los crímenes, perpetrados por francotiradores, y la elección de víctimas con gran poder e influencia, apuntan a un patrón que podría estar vinculado a los conflictos no resueltos que surgieron tras la muerte de Carranza.

El caso de Sánchez es un reflejo de la precariedad y violencia que atraviesa el negocio de las esmeraldas en Colombia. La minería de esmeraldas, históricamente controlada por mafias y grupos armados ilegales, se enfrenta a un escenario cada vez más complicado, donde la competencia y la lucha por el poder se traducen en crímenes de alto perfil.

La fiscalía colombiana ha anunciado una investigación formal para esclarecer los motivos detrás del asesinato de Sánchez. Sin embargo, la falta de respuestas claras y la complejidad del caso han generado más preguntas que respuestas. Mientras tanto, la incertidumbre sigue creciendo entre los actores del sector, y el futuro de las esmeraldas en Colombia permanece en una encrucijada peligrosa. El "oro verde", que ha sido símbolo de riqueza y poder, continúa siendo un campo de batalla para quienes buscan controlar sus lucrativos recursos.

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