Año tras año, Transparencia Internacional, entrega los resultados del Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) en más de 180 países, en donde se tuvo en cuenta la pandemia generada por el covid-19, el cual produjo una crisis de salud y económica sin precedentes, que en muchos países estuvo acompañada por actos de corrupción y de abuso de las normas democráticas.
Colombia, se ubica en el puesto 92 entre 180 países. Esta calificación es realizada a partir del análisis de ocho fuentes que miden la percepción de analistas, académicos e inversionistas extranjeros, respecto a qué tanto afecta la corrupción al sector público del país.
Sobre los otros países de Sudamérica se destaca la labor realizada por Uruguay, el cual consiguió 71 sobre 100 puntos, Chile por su parte le sigue con 67 de 100 puntos y Argentina se encuentra en el tercer puesto de la región con 42 sobre 100 puntos. Entre los países que hacen parte de la OCDE, Colombia ocupa el penúltimo puesto entre 37 países, superando únicamente a México.
Andrés Hernández, Director Ejecutivo de Transparencia por Colombia se pronunció sobre esta calificación, manifestando que, “estamos cerca de cumplir una década en ese estancamiento. Avanzar en esta calificación dependerá de cómo el país aborde retos históricos que facilitan la corrupción, pero también de nuestra capacidad para proteger los recursos públicos en coyunturas tan difíciles como la pandemia”.
El documento entregado por la organización manifiesta, “Colombia consigue dos puntos más que el año pasado, sin embargo, estadísticamente esta variación no es considerada como un avance significativo. Por lo tanto, persiste el estancamiento en la calificación, pues desde el 2012 el país ha estado entre los 36 y los 39 puntos. Una calificación por debajo de 50 puntos indica niveles de corrupción muy serios en el sector público de un país”.
Por su parte también fue calificada la atención de los diferentes países frente a la pandemia generada por el covid-19. En Colombia, según manifiesta la entidad, se concentró todo el poder en la rama Ejecutiva del país, lo que significaría altos riesgos de corrupción.
“Desde el inicio de la emergencia sanitaria planteamos que la transparencia contribuye a salvar vidas. La fase actual de adquisición de vacunas y puesta en marcha de un plan de vacunación no es la excepción y debe estar marcada por la integridad, el acceso a la información, la rendición de cuentas y la equidad”, indicó Hernández.
Para atacar la corrupción y continuar dando respuesta a la crisis global, Transparencia Internacional recomienda fortalecer los órganos de control con suficientes recursos e independencia; asegurar una contratación pública abierta y transparente, libre de conflictos de interés y bajo precios justos; defender la democracia y facilitar el control ciudadano; y garantizar el acceso a información pública.
Así mismo, la entidad recomienda una reforma política que fortalezca la transparencia en la financiación de partidos y campañas políticas, además del fortalecimiento de canales internos denuncia y protección a denunciantes; y la garantía de la protección a la vida, el acceso a la información pública, la libertad de expresión y el acceso a la justicia.