El Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud y su equipo interdisciplinario de más de 200 personas recorrerá 19 localidades de la ciudad para focalizar e intervenir sectores críticos en los que puedan estar inmersos niños, niñas, jóvenes y adolescentes con algún grado de vulnerabilidad social que afecten su entorno y las de sus familias.
En la jornada se atenderán personas que se encuentran en condición de vulnerabilidad, habitabilidad en calle, jóvenes en conflicto con la Ley y menores en riesgo de ESCNNA (Explotación Sexual Comercial de Niños, Niñas y Adolescentes). Además se realizarán acciones de autocuidado, prevención territorial , tomas barriales y restablecimiento de derechos y estará el Aula Móvil para realizar ingresos a nuestro modelo pedagógico.
El recorrido inició hoy 14 de octubre en la Transversal 33 con calle 36 sur barrio Bravo Páez, a partir de las 6:00 am. y finalizará el sábado 17 de octubre a las 6.00 am.
“Es una demostración del compromiso de la administración para que la población más vulnerable que habita nuestra ciudad y, a través del afecto, la libertad y la alegría, tengan la posibilidad de iniciar una nueva vida gracias a los servicios que prestamos en atención en salud, apoyo socio legal, sicosocial, atención en autocuidado, talleres de educación técnica, procesos de emprendimiento, alimentación y vestuario, entre otros”, señaló Carlos Marin, Director del Idipron.
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"A la medida que vamos detectando niños, niñas, adolescentes y jóvenes que rompen esos vínculos con sus familias los estamos invitando a que participen en nuestros programas. Queremos estar monitoreando la calle 72 horas para mirar qué dinámicas se están presentando y a partir de ahí ofrecerle los servicios o la orientación a estás poblaciones entre 26 y 28 años", detalló Marín.
Los educadores del Idipron mediante una serie de estrategias, entre las que cuentan el juego, el compartir una merienda, tejer una manilla, etc., buscan crear los primeros y fundamentales vínculos de amistad con estas personas, conocer de primera mano su situación, presentarles la oferta educativa disponible, y orientarlos hacia la superación de sus necesidades.
Durante este proceso los educadores sabrán discernir, un tanto por su experticia, qué niños y jóvenes son habitantes de calle, están en riesgo de habitarla o están en fragilidad social y los atenderán y/o direccionarán según sea el caso, ya sea para invitarlos y apoyarlos a superar sus dificultades, establecer algún vínculo con la familia y/o en caso negativo a vincularse a las siguientes etapas pedagógicas propuestas por el Idipron u a otras instituciones que den respuesta a sus necesidades