Bogotá se vio sumida en el caos vehicular y en significativos retrasos en el sistema de transporte masivo Transmilenio, debido a una serie de manifestaciones que afectaron las principales arterias viales de la ciudad. Desde tempranas horas del día, diversos sectores sociales y laborales tomaron las calles, provocando bloqueos y complicando el desplazamiento de miles de ciudadanos.
Transmilenio, a través de su cuenta oficial en X, alertó a los usuarios sobre las interrupciones en el servicio, recomendando planificar las rutas con antelación y optar por vías alternas siempre que fuera posible. Las protestas se concentraron en puntos críticos, como la autopista Norte y la avenida Primero de Mayo, donde los manifestantes, en su mayoría trabajadores del hospital de Kennedy, exigieron el pago de salarios atrasados.
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En la avenida Primero de Mayo, específicamente en la intersección con la calle 40F sur, los funcionarios del hospital bloquearon la vía en sentido sur-norte, obligando a la empresa de transporte a redireccionar sus rutas. Estas acciones reflejan el descontento de los empleados, quienes llevan meses reclamando el cumplimiento de sus derechos laborales.
La situación se complicó aún más en la autopista Norte, donde se registraron bloqueos intermitentes que afectaron el carril exclusivo de Transmilenio. Estos bloqueos se extendieron hasta la calle 134, creando una congestión considerable y paralizando la operación del sistema de transporte masivo. Los usuarios de rutas como 367, 576, 634 y otras del Sistema Integrado de Transporte Público (Sitp) experimentaron demoras significativas, aumentando los tiempos de espera para aquellos que dependen de este medio.
Además de los trabajadores del hospital, el gremio cebollero también se unió a las manifestaciones, concentrándose desde la calle 174B en dirección al sur. Los cebolleros demandaron mejores condiciones laborales y un trato más justo por parte del gobierno, bloqueando parcialmente la autopista Norte y contribuyendo al congestionado panorama vehicular.
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Las protestas de este sector agrícola ponen de manifiesto las dificultades que enfrentan los pequeños productores en Cundinamarca, quienes lidian con altos costos de producción y la falta de apoyo estatal, así como la competencia desleal con productos importados.