Después de que el gobierno nacional declarara desierta la licitación que pretendía encontrar a un nuevo contratista que se encargará de hacer las libretas de los pasaportes y las visas colombianas, muchos ciudadanos, que intentan expedir el documento, se enfrentan a grandes filas para poder hacer el trámite.
Varios videos que circulan por las redes sociales muestran como cientos de ciudadanos en Bogotá hacen fila fuera de la oficina encargada de la expedición de los pasaportes cerca a la calle 100.
La fila cubre más de una cuadra y la tienen que hacer las personas que vayan a renovar el documento o sacar el pasaporte por primera vez. Cabe resaltar que, aunque aún no termina el contrato con la empresa Thomas Greg & Sons, ya son visibles las demoras que se presentarán desde el próximo dos de octubre.
Estas filas y demoras no son por falta de pasaportes, sino por temor a no alcanzar a sacar el documento antes de que el contrato con la firma termine y no se sigan produciendo libretas hasta que se logre concretar la licitación.
Estas filas no son únicas de la capital, también se han reportado en Medellín y en Bucaramanga.
¿Cuál fue el problema con la licitación de los pasaportes?
La licitación fue declarada desierta por la Cancillería porque ninguna de las empresas que pasó propuestas cumplía con los requisitos necesarios para atender las necesidades que esta labor requiere.
No obstante, esto viene de un proceso más antiguo, pues antes que se declarara desierta la licitación, siete concursantes retiraron sus propuestas al decidir que no podían competir contra Thomas Greg & Sons, compañía cuyos accionistas son en su mayoría colombianos.
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Después de que esto sucediera, la Cancillería invitó a la Fiscalía y a la Contraloría para que revisaran todo el proceso de contratación. Lo que no se esperaba era que el canciller, Ricardo Leyva, parara todo el proceso para revisar los comentarios de las empresas que retiraron sus propuestas, pues estas aseguraban que la los requisitos favorecen a Thomas Greg & Sons.
Una vez pasó esto, la empresa que tiene el contrato desde el 2006 también retiró la oferta con el resto de compañías que quedaban. Fue en este momento que la cancillería decretó el estado de emergencia y anunció que la licitación había quedado desierta.
Al declarar estado de emergencia, la Cancillería podrá contratar de forma directa a cualquier empresa que considere apta para cumplir con la labor que se le está pidiendo. No obstante, faltando 10 días para que se acabe el contrato, aún no hay una solución.
