Durante la mañana de este lunes 10 de abril, exactamente a las 6: 20 a. m., los habitantes del barrio Amapola, en la localidad de San Cristóbal, vivieron momentos de pánico cuando hallaron una caja sospechosa con la bandera del ELN, la cual pensaron que podría contener explosivos.
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Los ciudadanos hicieron un rápido llamado a la Policía Metropolitana de Bogotá, quienes llegaron al lugar de los hechos con el grupo técnico antiexplosivos para examinar el objeto sospechoso.
Después de la indagación, se descartó la presencia de explosivos. Sin embargo, habría sido una estrategia de disuasión, puesto que la caja tenía una bandera de colores rojo y negro con las siglas del grupo armado ELN y otros panfletos que hacían alusión a esta organziación.
La Policía emitió un comunicado informando sobre lo sucedido y señalando que ya se iniciaron las investigaciones pertinentes para determinar el origen de este elemento y el por qué tenía esta bandera, teniendo en cuenta que la agrupación ilegal no tiene presencia en la capital.
“Nos mantenemos firmes en el compromiso de mejorar las condiciones de seguridad y convivencia de los habitantes de Bogotá e invitamos a la ciudadanía a denunciar oportunamente todo hecho que pueda afectar el libre ejercicio de los derechos y libertades, a través de la línea 123”, señalaron las autoridades.
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Por el momento, el ELN no ha hecho pronunciamientos públicos sobre esta presunta amenaza.
Petro aceptó reunión con líderes de Justicia y Paz
Una noticia se conoció en la jornada del Día Nacional de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas: el presidente Gustavo Petro se reunirá con los líderes de Justicia y Paz, antiguos jefes paramilitares que ya cumplieron sus penas.
El mandatario dijo que es necesario tener el encuentro para revisar el estado de la ley en relación con la construcción de paz en Colombia. Señaló que la verdad es importante.
"Hay que hacer una especie de fase final de la ley de justicia y paz, los antiguos jefes paramilitares que han pasado sus condenas hoy dicen públicamente que estarían dispuestos a reunirse conmigo, yo creo que esa reunión debería darse, es necesario que gobierno y beneficiarios jurídicos de la ley de justicia y paz se reúnan para ver qué pasó con los bienes, qué pasó con la ley”.
Fue claro en que los recursos económicos con un punto a revisar, pues es fundamental verificar que las víctimas hayan y estén siendo indemnizadas adecuadamente.
Añadió que “hay que evaluar en qué medida ese proceso de paz quedó trunco y puede terminar y finiquitar, en qué medida podemos hacer un inventario de bienes que realmente comprados por la Agencia Nacional de Tierras para la reforma agraria, representen un dinero importante en las actas de la unidad de víctimas y se aumente el ritmo de la monetización y la indemnización real a las víctimas en Colombia”.
Paz total: ¿Hay límites al negociar en medio de la guerra?
La paz total del presidente Gustavo Petro atraviesa probablemente uno de sus momentos más complicados, en medio de lo que sería un duro pulso entre las ambiciones del gobierno y las de los diferentes grupos armados del país. Algunos de los cuáles han optado por diferentes caminos para demostrar su poder en medio de las negociaciones o, en el peor de los casos, aprovecharse del brazo extendido del gobierno.
Lo cierto es que no es nada pequeño el reto que supone en materia política y social para el gobierno este esfuerzo de paz, empezando por el ELN, que hasta hace unas pocas semanas se entendía como uno de los frentes de negociación más avanzados del gobierno ya con el segundo ciclo en marcha. Mismo que ahora flaquea por lo que se ha interpretado en algunos sectores como señales insuficientes de paz o incluso de pie de guerra.
Probablemente uno de los hechos que más ha marcado recientemente este proceso fue el asesinato de nueve soldados en el Norte de Santander, uno de los departamentos con mayor presencia de esta guerrilla. De estos hombres, dos eran suboficiales y siete muchachos se encontraban prestando servicio militar.
Jóvenes que en su mayoría cumplían con su tarea, como parte del Batallón Energético y Vial número 10, de cuidar las vías y la infraestructura estratégica del país, cuando fueron atacados en emboscada con explosivos y disparos de fusil.
Como una lamentable coincidencia, estos hechos contrastan con las afirmaciones y órdenes públicas que ha hecho el gobierno nacional sobre alejar a los jóvenes del servicio militar de las zonas en conflicto. Una directriz al parecer bastante compleja de cumplir teniendo en cuenta las necesidades humanas del Ejército para mantener su presencia en los territorios.
Sin embargo, eso sí, pone entre la espada y la pared a un gobierno que por un lado ha asegurado que se mantendrá firme en la paz y que no será quien se levante de la mesa de negociación con el ELN, y por el otro enfrenta emotivas recriminaciones por parte de las familias de los soldados caídos en combate. Tal como le pasó al ministro de Defensa, Iván Velasquez, con la madre de uno de los jóvenes muertos en el Catatumbo.
“¿A son de qué están peleando estos muchachos? ¿Una paz que dónde está?”, le dijo la madre del cabo Juan Mateo Benavides al ministro.
Todavía más graves de cara a la estabilidad del proceso de paz, son las fotografías que se han conocido en las últimas horas de miembros armados del ELN junto a seis menores de edad en el mismo territorio donde murieron los nueve soldados. Para ser más exactos en el municipio de Tibú, en Norte de Santander.
Las imágenes han sido interpretadas como una provocación más del ELN al Gobierno, aunque según le dijo el alcalde de Tibú al diario El Tiempo, la presencia de esta patrulla de la guerrilla en el territorio fue breve y tuvo como fin el abastecimiento de víveres. Sin embargo, la situación no deja de ser especialmente compleja teniendo en cuenta la evidente violación al Derecho Internacional Humanitario que supone el involucrar niños en el conflicto.
Por su parte, el presidente Petro (que aún no se pronuncia directamente por estos hechos) terminó metido en una discusión política tras responderle por estas fotos a la senadora María Fernanda Cabal, quien lo acusó estar “afanado” por “entregarle el país al ELN”.
A eso, se suman otras acciones del ELN que no demuestran compromiso real con la “paz total”, como lo fue el atentado al oleoducto Caño Limón-Coveñas (el quinto a esta infraestructura petrolera en lo que va del año), generando profundas afectaciones humanas, ambientales y económicas.