El pasado lunes 12 de octubre, las autoridades locales dieron a conocer la noticia del teniente de la Policía que fue capturado por su presunta implicación en las operaciones de la reconocida banda criminal el Tren de Aragua. Ante este hecho, las investigaciones revelaron nuevos detalles sobre la alianza entre el uniformado y los delincuentes.
El Tren de Aragua es una de las organizaciones delincuenciales más perseguidas por las autoridades, pues ha sido la responsable de escabrosos crímenes como torturas, desmembramientos, extorsiones, robos, microtráfico y asesinatos.
Según indicaron los informes, el señalado estaba vinculado a la Policía como teniente y comandante del CAI del barrio Caldas, ubicado en la localidad de Kennedy. El uniformado fue capturado en su vivienda en medio de un operativo realizado por la Sijín.
La captación de este sujeto fue anunciada luego de que la alcaldesa mayor Claudia López informara sobre la detención de 13 miembros de El Tren de Aragua y del cabecilla de la banda criminal 'Satanás', alias Garu, quien fue encontrado en la vía Tenjo cuando pretendía huir hacia territorio venezolano.
Los nuevos detalles
Al parecer, el implicado le brindaba información valiosa a los delincuentes para llevar a cabo los asesinatos y torturas, además de contribuir con la red de microtráfico que operaba en el sector. Por el momento no se descarta la posibilidad de que pudiese estar implicado directamente en estos delitos.
Adicionalmente, las autoridades revelaron que el capturado ayudaba a mover las patrullas de la Policía de ciertos puntos de la ciudad para que 'El Tren de Aragua', 'Satanás' y 'Los Chontaduros' pudiesen cometer sus crímenes tranquilamente.
Lo que pretendía con estos movimientos era que sus compañeros de la institución no se dieran cuenta de cuándo y dónde los delincuentes dejaban los cuerpos de sus víctimas embolsados y desmembrados abandonados en las calles.
Los informes también revelaron que el uniformado le cobraba una tarifa de tres millones de pesos semanales a cada una de las bandas criminales como una comisión por la información que les brindaba. Además, se reunía casi todos los fines de semana con los principales cabecillas de las organizaciones para planear sus operaciones y beber licor.