¿Cómo pudimos vivir sin Internet?

Dom, 29/12/2013 - 03:55
Hace tan solo diez años la vida era posible sin Internet. Sin embargo, la brecha ha crecido tan rápido que es difícil determinar cuándo se volvió algo imprescindible para la vida cotidiana. Los h
Hace tan solo diez años la vida era posible sin Internet. Sin embargo, la brecha ha crecido tan rápido que es difícil determinar cuándo se volvió algo imprescindible para la vida cotidiana. Los hábitos de las personas cambiaron y son más las cosas que están al alcance de un clic, que las que no. A finales de los años noventa la realidad era muy distinta. La información se almacenaba físicamente en carpetas y archivadores, la gente aún escribía cartas o enviaba postales, buscaba direcciones en las Páginas Amarillas y planeaba las vacaciones en agencias de viajes. Yahoo! Altavista, eBay y Amazon mandaban en el ciberespacio. Buscadores de páginas web, el correo electrónico, chats, foros y tiendas online todavía eran incipientes. WiFi estaba por nacer, igual que eMule, Skype, Second Life y la Web 2.0. Pensar en tener Internet en el celular era una utopía. Por otra parte, Google, el buscador electrónico más importante del mundo, apenas cumplió diez años. YouTube hace menos de cinco años y iTunes se lanzó en la primavera de 2003. El enorme espacio que abrió la red ante las personas la ha convertido en una necesidad: existen aproximadamente 2.400 millones de usuarios en todo el planeta. Nuevas generaciones sacrificarían la televisión, la radio, los periódicos y el celular por tener acceso a Internet. Un estudio de Kaspersky Lab de 2013 resaltó  que con el ingreso de Internet se acortaron las distancias por el uso de las redes sociales y correos electrónicos, se facilitó la educación a los hijos, entre otros beneficios. Este es un recuento de cómo era la vida sin Internet. Relaciones Antes de Internet las personas hablaban con sus amigos por el teléfono fijo de sus casas y hasta se escribían cartas. Las redes sociales y servicios de mensajería instantánea no habían intervenido en las relaciones humanas. En el mundo sin Internet los correos y las empresas de mensajería eran un lugar común. La gente enviaba cartas que se recibían entre 5 y 30 días. Si había prisa podía mandarse un telegrama porque una llamada al exterior resultaba muy cara, un tema que Skype solucionó fácilmente. Por otra parte, es común escuchar hoy en día que muchas relaciones sentimentales se terminan por culpa de la exposición en redes sociales. Muy distinta es la vida con llamadas al celular o la mensajería instantánea que prometen una comunicación rápida. Si no se obtiene una respuesta oportuna se podría crear  un problema, cuando antes solo existía la posibilidad de llamar a un teléfono fijo y dejar un mensaje en la contestadora.

Encyclopedia-Britannica

Conocimiento No significa que las bibliotecas sean obsoletas, pero las personas han decidió acudir a Google para buscar gran parte de la información, antes que trasladarse un lugar físico. En el pasado la información para hacer tareas, investigaciones o trabajos se obtenía de inmensas enciclopedias o diccionarios. Las hemerotecas, donde se almacenaban revistas, eran un lugar obligado para consultar. Educación Hace unos años era común que a los niños se les enseñara la importancia de no hablar con extraños. Actualmente el control en el ciberespacio de los menores de edad se ha convertido en un tema urgente. A diario existen 160.000 intentos de acceso a páginas de contenido pornográfico por parte de estos. Es un nuevo reto para los padres. Socialización Mientras se esperaba en un consultorio médico o en la parada de un bus, dos personas desconocidas podían entablar una conversación. Con la llegada del Internet móvil y servicios de mensajería instantánea, como WhatsApp, muchos están absortos mirando la pantalla de sus teléfonos celulares o tablets y no se atreven a hablar entre sí. Entretenimiento Actualmente existe una gran variedad de juegos on-line, se puede descargar música y videos gratis, así como observar videos musicales o películas a través de Youtube. Muchos prefieren quedarse en la casa que salir a cine, a comer o a bailar. Antes los éxitos musicales se medían por la cantidad de discos vendidos, ahora es por las descargas. En los 80 era común alquilar películas en videotiendas, un plan que la piratería y servicios como Netflix acabaron. La música no se archivaba en dispositivos móviles, que no existían, sino que se grababa en casetes, desde emisoras o acetatos. Virales Chismes, chistes o historias transmitidas voz a voz eran los “virales del momento”. El periódico Huffington Post ilustró con esta carta cómo una broma podía ser viralizada en el pasado.

CartaLea una línea sí y otra no. Esto se pasaba de mano en mano hace una década. 

Hábitos Tener agendas telefónicas Los contactos de las personas se guardaban en libretas. Era una costumbre que podría evitar el riesgo de perder todos sus números telefónicos cuando le roban o pierde el celular. Es común que las personas no se sepan los números de teléfono de sus familiares cercanos, debido a la costumbre de tenerlos anotados en su teléfono móvil. Preguntar en caso de perderse Google Maps ha revolucionado la orientación de las personas. Para muchos es preferible mirar en su móvil el lugar al que deben dirigirse, que preguntarle a alguien en la calle.

Telefono

Llamar desde cabinas telefónicas Hace unos años era usual llamar desde la calle, si contaba con un par de monedas, y no enviar mensajes por mensajería instantánea. Ahora se pueden acercar a un café Internet si no tienen celular y conectarse para no sentirse “aislado”. Jugar Los niños o jóvenes en los parques pueden preferir otras actividades en línea como juegos o simplemente estar conectados en redes sociales, en lugar de verse. La inclusión de Internet en las últimas consolas de videojuegos (como el PS4 y el Xbox) permite que muchos usuarios se encuentren en línea. Prefieren jugar a distancia que encontrarse a hacer un torneo entre amigos, como podía ocurrir tan solo unos años atrás. Preguntarle a la abuela Los buscadores de Internet se convirtieron en la mano derecha de todo aquel que tiene una duda en su vida cotidiana. El “doctor Google” es frecuentado por muchos para conocer los síntomas de una enfermedad o los efectos secundarios de un medicamento. Antes se consultaba al médico de cabecera, el farmacéuta de la esquina o se le pedía consejo a la abuelita: era un método confiable para determinar una enfermedad y un remedio. Prueba de esto es que recientemente investigadores rastrearon las búsquedas de seis millones de usuarios de Internet sobre dos populares medicamentos (el antidepresivo Paxil y Pravachol, utilizado para reducir el colesterol). Descubrieron que el 10% de esos usuarios también hicieron búsquedas sobre “hiperglucemia” o altos niveles de azúcar. La FDA, el departamento que autoriza los medicamentos en EEUU, comprobó un efecto secundario, desconocido por los laboratorios hasta ese momento, gracias a los comentarios de los usuarios en la red. Google ha aclarado que la información obtenida con este buscador no actúa como un consejero médico, sino que es una guía que agiliza su búsqueda. Google Flu Trends, por ejemplo, proporciona estimaciones públicas para realizar actividades contra la gripa. Algunas de las enfermedades más buscadas en Internet son: cáncer, diabetes, sida, asma, alzheimer, parkinson y anemia. El peligro del conocimiento médico en Google es que se puede crear autosugestión o una visión fatalista con cada uno de los síntomas, lo que incrementa la automedicación.
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