Las sábanas de la cama resultan ser uno de los textiles más usados por las personas. El cambio de estas puede ser la solución a muchos padecimientos de salud, dermatológicos y respiratorios.
Aunque los hábitos de una persona incluyan una buena rutina de higiene, es inevitable que algunos microorganismos se acumulen en la ropa de cama, el sudor mientras se duerme, algunos resfriados y el ambiente, son algunas razones que se deberían tener presentes cuando se habla de cambiar los tendidos.
El no lavarlas y cambiarlas frecuentemente puede ocasionar problemas en la piel como el acné, nuevas alergias o el agravamiento de las que ya se tengan, contraer bacterias al organismo y convertir la cama en un lugar de proliferación de ácaros y plagas de polvo.
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Los ácaros también pueden producir secreción nasal, estornudos, ojos llorosos y malestar durante la noche, provocando falta de descanso y rinitis alérgica. Los parásitos encuentran un buen hogar en las sábanas, ya que estas guardan la humedad del cuerpo y estos organismos necesitan agua para sobrevivir.
El material de los tendidos y la época del año son factores altamente influyentes en el cuidado de la salud. El algodón es el material más seguro para hacer un cambio constante, es transpirable y fresco y ayuda a regular la temperatura de la cama combinada con la temperatura corporal, además, es más resistente a los lavados.
Lo más recomendable es cambiar las sábanas y fundas como mínimo una vez por semana, según Philip Tierno, microbiólogo y patólogo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York. También aconseja que cada mañana se deberían dejar airear los tendidos para que eliminen toda humedad y los microorganismos mueran, para así evitar enfermedades y molestias en la salud.
El cambio progresivo dependerá del estado de salud de las personas que habiten la cama, si existe algún resfriado o padecimiento crónico, los expertos aconsejan cambiar la ropa de cama dos o tres veces a la semana, asegura Tierno.
Otra razón importante que puede influir en la proliferación de organismos que afectan la piel y los pulmones, es el cambio de pijama. Se aconseja que esta sea lavada y cambiada semanalmente. Durar más de 13 días con las mismas sábanas y pijama, puede generar infecciones en la piel y en el peor de los casos, cistitis (infección urinaria), acentúa el asma y la urticaria.
En conclusión, es beneficioso dejar por periodos cortos la cama sin hacer, dejar que el colchón respire y las sábanas se ventilen, asegurarán un buen descanso, bienestar en la piel y reducción de enfermedades e infecciones respiratorias.