Tras una petición del alcalde de Barranquilla, Jaime Pumarejo, la Superintendencia Financiera de Colombia impartió varias instrucciones a las diferentes entidades bancarias para que mejoren la capacidad de atención a los ciudadanos durante la emergencia por el Covid-19 en la ciudad.
De acuerdo a la información entregada por el mandatario, el objetivo es que estas entidades mantengan a disposición del público su red de sucursales, con las que hacen presencia física, además de los servicios habituales de la banca digital.
Asimismo, indicó que la idea es garantizar la plena operatividad de los cajeros automáticos para que los usuarios puedan disponer de efectivo y de acceso a operatividad básica sin necesidad de acceder al interior de las oficinas.
Algunas de las medidas que impartió la Superintentencia están relacionadas con el aumento de la cantidad de oficinas abiertas para prestar los servicios a los consumidores financieros, de acuerdo con la afluencia de personas y las necesidades evidenciadas.
Frente a las fechas de pago de gran afluencia (quincenas, fin de mes, pago a pensionados, etc.) se incrementará la cantidad de oficinas que prestan servicios a los clientes y usuarios.
También se ampliarán los horarios de atención en las oficinas abiertas en grandes y medianas ciudades, iniciando a más tardar a las 8:30 a.m. y al menos por cinco horas diarias, o 25 a la semana, si la entidad tiene un porcentaje inferior al 70% de oficinas abiertas.
“Cada entidad deberá aumentar la cantidad de horas de atención según el análisis realizado día a día con el fin de evitar aglomeraciones y mejorar el servicio”, especificó la Alcaldía de Barranquilla.
Se determinó que las entidades podrán realizar pruebas piloto incrementando el número de oficinas abiertas y horas de atención, y con base en los resultados obtenidos se realizarán los ajustes respectivos en el servicio.
Además, establecerán horarios de atención prioritarios para los adultos mayores de 60 años y personas con capacidades especiales, y se limitará e informará la prestación de algunos servicios en las oficinas que puedan ser atendidos por otros canales, como los corresponsales bancarios, canales digitales y autoservicio.