Flor de María Arboleda Lucumí sobrevivió a la violencia de Colombia pero no a la desesperación. Esta mujer de 25 años era residente del barrio Llano Verde de la ciudad de Cali, al que fue reubicada tras haber sido víctima en su lugar de origen. Padecía de depresión, que se recrudeció con la fuerte crisis económica que llegó con el coronavirus.
Esta madre cabeza de familia se vio sola en la búsqueda de trabajo para poder pagar algunas deudas que tenía y comprar alimentos para sus hijos. Las restricciones impuestas por la pandemia de la covid-19 en su ciudad le dificultaron la tarea de conseguir el sustento y terminar de pagar la irrisoria suma de dos millones de pesos. Con esa suma iba a pagar el traslado a un osario de los restos de uno de sus hijos, que había sido asesinado.
Al creer que no tenía a nadie que le tendiera una mano en ese momento de vulnerabilidad, se hizo varias heridas sensibles con un arma blanca. Fue trasladada a la clínica Carlos Holmes Trujillo, donde no pudieron hacer nada para mantenerla con vida.
Algunos grupos de liderazgo social se pronunciaron sobre esta dolorosa pérdida. Denunciaron que una gran ayuda para los habitantes económicamente vulnerables eran los comedores comunitarios, donde las madres podían alimentar a sus hijos a precios muy cómodos para tener una preocupación menos; pero se han cerrado por la pandemia y esto ha recrudecido su situación. Piden ser tenidos en cuenta cuando se toman decisiones para la protección de la población en estos momentos difíciles.
Si usted está batallando en este momento con ideas sobre hacerse daño, por favor comuníquese con la línea 106 o a la línea de asistencia local en su ciudad. Usted no está solo y siempre hay salidas.