El expresidente Álvaro Uribe ha expresado en reiteradas ocasiones su inconformismo con el manejo que ha hecho el alcalde de Medellín Daniel Quintero, a EPM y su relación con la gerencia. Este domingo, 7 de febrero, el exmandatario propuso una intervención del Gobierno Nacional en la disputa.
La propuesta de escalar la situación de Empresas Públicas de Medellín al Ejecutivo, se da luego de la renuncia del gerente Álvaro Rendón, quien puso a disposición de la junta directiva su solicitud para evaluar los efectos que podría tener la remoción del cargo dos años antes de cumplirse su periodo.
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Según Rendón, decidió presentar la renuncia por los “reiterados” mensajes de Quintero en los que le pedía apartarse del cargo. Sin embargo, el gerente decidió que fuera la Junta Directiva la que evaluara los efectos de su renuncia para el futuro de EPM. Pues consideró "que una salida intempestiva pueda causar ante todos los públicos objetivos y, especialmente, el impacto que esto pueda tener en el mercado de capitales, con las consecuencias financieras, de inversión y de calificación internacional para EPM".
En ese sentido fue la preocupación que expresó el expresidente Álvaro Uribe, quien solicitó al Gobierno Nacional una intervención en la compañía antioqueña para que se solucione la crisis que se gestó en la Junta Directiva, desde el momento en que la Alcaldía de Medellín decidió iniciar una demanda de más de 9 billones de pesos a los constructores de Hidroituango.
“El Gobierno Nacional debería pensar en la intervención en EPM. Las calificadoras son claras, de no recuperarse el Gbno Corporativo la bajan a BB+, quedaría sin grado de inversión y seguiría empeorando. Mejor una decisión fuerte que lamentaciones posteriores”, escribió el mandatario en su cuenta de Twitter.
El alcalde de Medellín, Daniel Quintero, contestó a la propuesta del exmandatario. “Nunca pensé ver un trino de Uribe pidiendo que se expropie a EPM para dársela al Gobierno Nacional. Mientras sea Alcalde de Medellín, EPM seguirá siendo pública, de Medellín, de Antioquia y de todos los Colombianos”, escribió el burgomaestre.
Además, Quintero agregó en su defensa: “Desde el día uno he dado una batalla para defender a EPM. No ha sido fácil. Son muchos los intereses que la rodean, algunas ya la creían suya y otros ya planteaban su venta. En medio de todo seguimos adelante”.
El expresidente ya había insistido en su crítica desde finales de enero. “EPM es de Medellín, Antioquia y de 50 millones de colombianos. Agrupa a 47 empresas y suma un valor de 22 billones. Decisiones del alcalde sobre nombramiento o remoción de gerente, sin cumplir lo estipulado en el Acuerdo Corporativo, genera riesgos de reputación, crédito y valor”, escribió.
La renuncia de Rendón, que estuvo en el cargo desde enero del año pasado, fue discutida y aceptada por la Junta Directiva de EPM, y se suma a una crisis en la dirección de ese importante valuarte de Medellín y Antioquia. En agosto de 2020, ocho miembros de ese conglomerado renunciaron alegando inconformidad con el manejo que ha dado el actual mandatario a la compañía.
Según un comunicado de los miembros de la Junta Directiva que renunciaron a EPM, la compañía antioqueña ha mantenido solidez financiera en los últimos 4 años, entregando a la ciudad 5,3 millones en dividendos. Así mismo, señalan que ha crecido en su generación de ingresos en un 13,6% anual, y la utilidad neta un 24,9% en los últimos cuatro años.
“Si analizamos la deuda y capacidad de pago de los pasivos financieros, encontramos que hace cinco años el endeudamiento, que es el pasivo dividido por el activo, era del 55,2% y al cerrar el 2019 estaba en 56,0%, por lo que el nivel se ha mantenido”, señalaron los exfuncionarios.
Ellos mismos sostuvieron que desde 2009, cuando EPM entró a grado de inversión en las calificadoras de riesgo internacionales, de 2017 a 2018 mejoró el nivel en Moody’s y de 2011 a 2018 mejoró en dos ocasiones el nivel para Fitch BBB. Sin embargo, la contingencia de Hidroituango bajó el nivel en ambas calificadoras y la crisis directiva de agosto de 2020 desmejoró la calificación en BBB, por lo que una nueva contingencia podría afectar la confianza en la compañía.
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“En julio de 2020 la compañía emitió bonos en los EEUU, por el equivalente a 750 millones de dólares, (en pesos y dólares), en excelentes condiciones y con sobredemanda por parte de los inversionistas, lo que demostraba hasta ese momento la confianza en la compañía, sus resultados y administración. Finalmente, en agosto de 2020, con la crisis de gobierno corporativo, una de las calificadoras le bajó un nivel, quedando la calificación de ambas firmas en el que le tenían en 2009”, señalaron.
