La magia de Bahía Solano, del avistamiento de ballenas a la selva tropical
Ubicado en el corazón del Chocó, Bahía Solano es un testimonio vivo de la riqueza natural y cultural del Pacífico colombiano. Este paraíso remoto, a menudo eclipsado por los destinos más populares del país, ofrece una experiencia única que combina exuberantes selvas tropicales, playas vírgenes, y una biodiversidad marina sin igual. Durante nuestra visita, fuimos testigos de la belleza que este lugar tiene para ofrecer y de los esfuerzos de conservación que lo mantienen vibrante.
Llegar a Bahía Solano es ya una aventura. Bogotá - Medellín, luego de Medellín a Bahía Solano, nos lleva a través de un panorama cambiante que pasa de montañas andinas a vastas extensiones de selva. Al aterrizar, el contraste con la vida urbana es inmediato; el aire fresco y húmedo, junto con los sonidos de la naturaleza, nos dan la bienvenida a un mundo que parece detenido en el tiempo. Las calles del pequeño pueblo son tranquilas, sus habitantes amables y el ritmo de vida relajado.
La desconexión tecnológica aquí es tanto un desafío como un regalo, desde que pisas el aeropuerto la señal es nula, obligándonos a interactuar con el entorno de una manera más directa. La población local, en su mayoría afrocolombiana e indígena, vive en armonía con la tierra, manteniendo tradiciones ancestrales que han sido pasadas de generación en generación.
Vea el capítulo completo de Colombia Profunda sobre Bahía Solano:
ProColombia, como entidad encargada de dar a conocer a 'El país de la belleza' a nivel internacional, nos permitió vivir esta aventura, en la que fuimos testigos de avistamiento de ballenas, delfines, maravillas naturales y hasta de un espectacular proceso de liberación de tortugas.
Uno de los momentos más destacados de nuestra visita fue conocer a Orfilia Bermúdez, más conocida como Mamá Orbe, una mujer local que se ha convertido en un pilar de la conservación en Bahía Solano. Su santuario de tortugas es un refugio para estas criaturas, y su pasión por la preservación de la vida marina es inspiradora.
"Me dedico a la conservación de las tortugas marinas y también al alojamiento y a la alimentación", explica Mamá Orbe. Su enfoque en la conservación va más allá de un simple trabajo; es una misión de vida. "Para nosotros es tan importante esta experiencia porque nosotros le apostamos a la conservación. Y no la hacemos con el corazón. Realmente lo hacemos con el alma", afirma.
Durante nuestra estadía, tuvimos la oportunidad de participar en una liberación de tortugas. Estas pequeñas crías, que luchan por llegar al océano, representan un símbolo de esperanza en un mundo donde las amenazas ambientales son una constante. Mamá Orbe destaca la importancia de su labor diaria.
"Cuando nosotros estamos deseando 20, 30, 40 nidos, eso nos llena de mucha alegría." La experiencia es un recordatorio del impacto positivo que puede tener el esfuerzo humano consciente en la preservación de especies vulnerables.
El espectáculo del Océano: Avistamiento de Ballenas y Delfines
Bahía Solano es uno de los mejores lugares en Colombia para el avistamiento de ballenas jorobadas, que migran desde la Antártida hasta las aguas cálidas del Pacífico para reproducirse y dar a luz. Con la guía de operadores turísticos responsables, nos embarcamos en una excursión de avistamiento temprano por la mañana, cuando el mar está en calma y las probabilidades de encuentros cercanos son mayores.
El espectáculo que se desarrolla es simplemente impresionante. Las ballenas emergen del agua con una gracia que desafía su tamaño, lanzándose al aire y cayendo con estruendo, creando un espectáculo natural que deja a todos los presentes sin aliento. Melany Villate, directora científica de Mar Adentro, enfatiza la importancia de realizar estas actividades de manera responsable: "Cualquier actividad que hagas con fauna silvestre la hagas de manera responsable y entender que responsable implica que uno no viene a interactuar con los animales en sí."
En medio de este ballet natural, un grupo de delfines se une al espectáculo, saltando y jugando alrededor de la embarcación. Este encuentro fortuito resalta la rica biodiversidad marina que caracteriza a Bahía Solano y la necesidad de proteger estos ecosistemas.
Para Esteban Arango, un paisa que encontró su hogar en Bahía Solano, la región es un paraíso de biodiversidad: "Aquí todo se mueve, todo se mueve. Es decir, donde tú mires siempre va a haber algún ser vivo de alguna u otra manera. Anfibios, reptiles, aves, peces."
Esteban no solo se siente atraído por la fauna, sino también por la riqueza cultural del lugar: "Aquí la gastronomía local es muy, muy, muy especial. Realmente tiene mucho sabor ancestral, muchas combinaciones digamos, de sabores y de aromas." Los visitantes pueden disfrutar de platos locales preparados con ingredientes frescos y técnicas culinarias que han sido perfeccionadas a lo largo de los años.
Por otro lado, Melany Villate comparte sus consejos para los nuevos visitantes: "Yo creo que lo más importante siempre es que cualquier actividad que hagas con fauna silvestre la hagas de manera responsable." Sus recomendaciones reflejan un enfoque respetuoso y consciente hacia el ecoturismo, asegurando que los visitantes aprecien la naturaleza sin perturbarla.
Villate también aborda un tema común sobre Bahía Solano: la percepción de inseguridad. "Yo sé que Chocó es muy conocido por muchos temas de seguridad en Colombia... uno llega acá y a la semana uno ni siquiera los días se da cuenta que eso no es así y que la gente en realidad... todos están para darte la mano." Su testimonio desafía las nociones preconcebidas y destaca la calidez de la comunidad local.
La experiencia en Bahía Solano es una lección sobre la importancia de la conservación y el respeto por la naturaleza. Los esfuerzos de personas como Mamá Orbe y Melany Villate son fundamentales para preservar este enclave único para las generaciones futuras. En un mundo donde la explotación de los recursos naturales es rampante, Bahía Solano se erige como un modelo de sostenibilidad.
La visita nos deja con una profunda apreciación por la belleza natural del Pacífico colombiano y un entendimiento renovado sobre el papel vital que juegan las comunidades locales en la conservación de sus hábitats. Este rincón del Chocó no solo es un destino turístico, sino un recordatorio de la rica diversidad biológica y cultural que define a Colombia.
Bahía Solano, con su encanto salvaje y su cálida hospitalidad, invita a todos los que buscan una conexión auténtica con la naturaleza a explorar sus tesoros ocultos. Como bien señala Mamá Orbe al despedirse de sus visitantes:
Yo siempre le digo en las charlas a los chicos les digo: la persona que se crea rica en Colombia, que vaya a la Luna si le da la gana. Pero siempre dice pienso antes de ir a la Luna, conozcan el país, que lo tenemos todo, todo, literalmente todo. Colombia es lo más lindo del mundo.