El pasado 24 de noviembre, la Fiscalía General de la Nación, en el marco de una operación contra el microtráfico junto con la Policía Nacional, realizó el sellamiento del club para adultos conocido como 'La Piscina', ubicado en el barrio Santa Fe, de la localidad de Mártires, el cual junto con otros bienes ingresará a proceso de extinción de dominio.
En la operación además fueron judicializadas 13 personas, señaladas de pertenecer a la estructura delincuencia 'Los Compas', que operaba en diferentes ciudades del país con el tráfico de estupefacientes. Según las investigaciones de la Fiscalía, la banda utilizaba tractocamiones de carga pesada para ocultar las sustancias, que estaban camufladas entre carga legal para evadir los controles de las autoridades.
El lugar que fue utilizado como prostíbulo durante más de 20 años entrará en un proceso de extinción de dominio que plantea diferentes interrogantes sobre el futuro de la propiedad por su importancia histórica. Normalmente, estas locaciones terminan cayéndose a pedazos a la espera de los procesos legales respectivos. Sin embargo, el proceso de renovación urbana que se adelanta especialmente en el centro de Bogotá podría dar paso a la recuperación de una obra de la arquitectura capitalina.
Resulta que el espacio que funcionaba el reconocido club para adultos fue inicialmente un edificio de apartamentos. Luego de muchos años, con la transformación de la Avenida Caracas, el inmueble fue cambiando de dueños. Albergó a la Fundación Santa Fe, después al emblemático Hotel Mediterráneo, pasó tiempo a la deriva y terminó en manos del primer dueño de 'La Piscina', entre 2000 y 2001.
El edificio data de la década de los 40, fue diseñado y construido por el arquitecto bogotano José María Montoya Valenzuela. Resaltaban los rasgos propios de la arquitectura de la primera modernidad y el trabajo del ladrillo a la vista. Años después, abarcando más metros a la redonda, se convirtió en el club nocturno al que podían entrar entre 800 y 1.000 personas, de las cuales cerca del 40% eran extranjeros.
En las siguientes imágenes podrá ver el cambio que tuvo la propiedad con el paso del tiempo:
En Retrospectiva, una publicación del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, se hace un recorrido por la obra de Montoya Valenzuela con reseñas de sus principales proyectos, entre los que se encuentran el Seminario Mayor de Bogotá y edificaciones del Colegio La Enseñanza.
Fue uno de los arquitectos pioneros y más destacados de la denominada "Primera modernidad" en la historia de la arquitectura de Bogotá. Su nombre resuena en la ciudad debido a los casi 50 años de trabajo continuo que remiten a un gran número de edificaciones y proyectos en los que se percibe una clara preocupación por la calidad estética y una constante experimentación y actualización técnica, así como por la construcción de una ciudad moderna.
Según cuenta el IDPC, en sus propuestas se mezcló la tradición de la construcción en ladrillo con los avances y recursos de la industrialización, y una decidida respuesta a los cambios en las estructuras sociales y familiares que vivió Bogotá con la incorporación de nuevos modelos de habitación en edificios de renta, casas de apartamentos y viviendas que hoy hacen parte de sectores como Las Nieves, Santa Fe, Armenia, Quinta Camacho, Teusaquillo y La Merced.
El edificio que hasta hace unos días fue 'La Piscina' es un claro ejemplo de lo que era la infraestructura de la ciudad en esos tiempos. Claramente, la inoperancia de las autoridades permitió las transformaciones -quizá irreparables- que sufrió el lugar.
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Montoya Valenzuela fue, además, responsable, desde la oficina de Obras Públicas Municipales de la Alcaldía de Bogotá, de varias mejoras materiales y obras desarrolladas entre 1934 y 1938, con la planeación de barrios obreros, pavimentación de vías y el mantenimiento y la consolidación de lugares como el Cementerio Central.
Además, estuvo bajo su liderazgo la construcción y diseño del matadero municipal, logrando con todas estas obras constituir esa imagen de la ciudad de la primera mitad del siglo XX, que hoy es posible admirar en fotografías y postales de la época.
El arquitecto bogotano se convirtió en una de las mentes más brillantes de una época en la que en los barrios tradicionales de la ciudad surgieron los primeros edificios de renta. En resumidas cuentas, construcciones que nacieron como una alternativa a la escasez de predios para albergar a grandes cantidades de personas que no pertenecían a una misma familia.
Los primeros ejemplares de este tipo de construcción no superaban los seis pisos y representaban hasta ocho apartamentos en el mismo lote donde antes se construía una casona, lo cual también fue cambiando con el paso de los años hasta que esos espacios pasaron a ser locales comerciales y hasta oficinas.
El trasfondo histórico de esta edificación convertida en un prostíbulo al cual se le aplicará la figura de extinción de dominio generó varias reacciones de los habitantes de Bogotá que se preguntan por el aún incierto futuro de ese lugar, pues aunque se quisiera recuperar, seguramente sufrió múltiples modificaciones para convertirlo en un espacio de entretenimiento para adultos.
En el siguiente PDF podrá encontrar Retrospectiva, la publicación del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural en la que se reúne la obra de Montoya Valenzuela con reseñas de sus principales proyectos en algunos de los más tradicionales barrios de Bogotá.