En un país donde la llegada del Covid-19 y las medidas decretadas para mitigar su impacto aumentaron la tasa del desempleo al 20.2 % (para julio, según el Dane), son miles de familias las que intentan sobrevivir en medio de las dificultades económicas de la pandemia y, al no poder salir a las calles por el aislamiento, piden ayuda a otros ciudadanos a través de redes sociales.
Por esto, se ha vuelto común encontrar publicaciones de personas que, desesperadas, solicitan auxilio económico o piden alimentos y medicina para su familia e incluso para sus mascotas.
Es el caso de Lindarys Mejía Robles y su familia, conformada también por sus dos hijos y su esposo, quien al igual que ella, perdió su empleo en los últimos meses como consecuencia del paro de actividades obligado en medio de la emergencia sanitaria.
Esta mujer barranquillera de 28 años, que como muchas otras personas, llegó a las redes sociales con la esperanza de encontrar una mano amiga, decidió también a través de sus mensajes llamar la atención de las autoridades distritales, pero hasta el momento no ha recibido respuesta.
Así lo confirmó Lindarys a Kienyke.com, agregando que además de la falta de dinero, el virus les amenaza directamente, pues en la casa donde habitan hay dos personas que resultaron positivo para Covid-19 y una de ellas falleció por cuenta de la enfermedad.
"Nosotros vivimos en Bogotá desde hace 12 años. Mi esposo (de 30 años) trabaja en construcción y perdió su empleo hace unos meses, pero en medio de todo esto también se venció su curso de altura y no lo ha podido renovar porque entre lo que sale a buscar a diario, solo consigue para una comida", expresó Lindarys Mejía.
Aunque antes de la pandemia tampoco era fácil sobrellevar la situación financiera, pero al menos Lindarys tenía trabajo en un taller de costura y le permitían llevar a su hija menor mientras su otro hijo asistía al colegio.
A pesar de los varios mensajes que ha escrito desde sus cuentas de redes sociales, las respuestas han sido pocas y, como única ayuda hasta el momento, está a la espera de un mercado que quedaron de enviarle a su casa.
"Hay personas que desconfían y piensan que no es cierta la situación por la que estamos pasando", explicó Lindarys, mientras invitó a todos aquellos que quieran corroborar su situación económica a que lo hagan por una videollamada.
Además de ayudas, Lindarys y su esposo buscan personas que puedan emplearlos de nuevo para poder pagar el arriendo y alimentar a sus hijos.