"Bogotá está en crisis". Eso dicen algunos medios frente a la emergencia que está viviendo la ciudad por cuenta de la recolección de basuras. Preocupado, el alcalde, Enrique Peñalosa, denunció en una entrevista que el origen se debía a un saboteo con fines políticos.
Y es que los problemas sanitarios de la ciudad están afectando a muchas personas, principalmente de las localidades de Engativá y Barrios Unidos. Casi una semana lleva la urgencia de las basuras en la capital. Sin embargo, en la mañana de este miércoles las zonas en las que la empresa Aguas de Bogotá prestaba el servicio de limpieza empezaron a ver de nuevo los camiones recoger los deshechos.
El origen
El pasado 31 de enero, cuenta Peñalosa, trabajadores de la empresa llegaron a sus instalaciones y destruyeron varios camiones, dejando en servicio tan solo 10 de los 85 vehículos que estaban en funcionamiento. Varios empleados aseguraron que la misma Alcaldía quería retirar los carros para no dejar prestar el servicio. A simple vista esto suena sospechoso. Fue allí cuando el alcalde se cuestionó ¿en qué se beneficiaría la administración distrital con esto? La respuesta fue clara:
-En nada. Al contrario, se vería gravemente afectada, como en efecto sucedió-.
Después de esto, varios empleados de la empresa han confirmado que sus compañeros dañaron los vehículos, y que muchos de ellos querían prestar el servicio pero no pudieron hacerlo sin los camiones, además de haber recibido amenazas contra su vida.
El alcalde señaló que Gustavo Petro estaría usando esta situación para darse publicidad. El exalcalde defiende a capa y espada el modelo de Aguas de Bogotá, al tiempo que empeña muchos de sus esfuerzos en desacreditar a Peñalosa, quien manifestó lo siguiente: “El juego de él es creer que a medida que nuestra administración se vea mal, su administración se verá bien”.
Sea cierto o no que Petro esté detrás del presunto saboteo, la situación actual es reflejo de malas decisiones en el pasado. "La ley colombiana obliga a que cada 8 años haya una licitación. Se debió haber hecho en 2011, pero no se hizo porque prefirieron asignar el contrato a dedo... una decisión arbitraría e ilegal de Gustavo Petro de darle el mercado de Bogotá a una empresa pública de recolección de basuras", aseguró el alcalde.
Como era de esperar, a la hora de competir en igualdad de condiciones no tenía opción. La empresa pública trató presentarse a la licitación, pero esta no contaba con un seguro que respaldara su operación y respondiera ante cualquier imprevisto contractual o accidental. Con déficit en sus cuentas, múltiples sanciones y millonarias multas, ninguna firma se atrevió a darle el respaldo. Nadie quería echarse encima tal responsabilidad. Como sucede con cualquier licitación de esta envergadura, sin aseguradora no se puede garantizar que el servicio será prestado en óptimas condiciones, por lo que la empresa quedó fuera del proceso de selección.
Era lógico que los empleados quedaran sin empleo. Eso no es responsabilidad de la administración actual. Eso sucede, como el mismo alcalde contó, con todas las empresas que pierden un proceso de contratación. Pese a esto, había un plan b para garantizarle su trabajo a los más de 3.000 empleados:
“Cuando Aguas de Bogotá no pudo participar en la licitación, solicité a las empresas operadoras que ganaron que contrataran a las personas que venían trabajando y aceptaron. Les pedimos que enviaran sus hojas de vida. Más de 1200 están contratados o en proceso de contratación. Pero hubo unos intereses sindicales, personas que les dijeron que no enviaran sus hojas de vida y que siguieran protestando. Desafortunadamente perdieron esa oportunidad", comentó Peñalosa.
Los números de Aguas de Bogotá
Gustavo Petro ha sido insistente en decir que Aguas de Bogotá era una empresa rentable y que entró en crisis por responsabilidad de la actual administración. Sin embargo, los malos manejos provocaron que cuando la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) le impuso una multa de $95.000 millones de pesos, a lo se debe sumar más de $200.000 millones de pérdidas entre el 2013 y 2015. Con todo esto, seguir con este operador sería perjudicial para las finanzas de la ciudad.
"La caprichosa e ilegal decisión de la anterior administración de adjudicar a dedo el mercado de aseo a Aguas de Bogotá llevó a que la Alcaldía pagara multas de $ 95.000 millones con dinero de los bogotanos", dijo Peñalosa en un trino.
Pero Petro, como todo político en campaña, se niega a reconocer sus errores y sostiene que Aguas de Bogotá es rentable y que dicha multa no debió pagarse, con la mala fortuna de que la propia SIC la que le respondió: "Multas impuestas por la SIC por causa del diseño e implementación del inconstitucional e ilegal esquema de recolección de basuras en Bogotá durante administración Petro sí tenían que ser pagadas. Ninguna autoridad judicial ha suspendido o anulado las sanciones de la SIC".