Bastante caro le salió al gobierno de Gustavo Petro romper su coalición con los partidos políticos tradicionales. Al menos así lo deja ver la reciente derrota de la reforma laboral que se tramitaba al interior del Congreso y que por falta de tiempos y apoyos no logró tan siquiera superar su primer debate. Aunque se convocaron sesiones extraordinarias, ni ésta ni las reformas en materia de salud y trabajo serán debatidas.
Así lo dio a conocer el gobierno por medio del decreto por el cual oficialmente convocó al Senado de la República y la Cámara de Representantes a debatir previo al inicio del segundo periodo legislativo el próximo 20 de julio.
De hecho, las sesiones extras solo se desarrollarán durante 3 días, el 22,23 y 24 de junio. Días en los que el gobierno busca avanzar en el trámite de la adición presupuestal por $16,9 billones de pesos para inversión en infraestructura, principalmente vías y vivienda. Así mismo, se discutirá un proyecto de ley liderado por el Ministerio del Interior que busca dar claridad respecto al número de diputados que serán elegidos por departamento en las próximas elecciones regionales. Un tema que pese a la premura del tiempo sigue sin tener las reglas establecidas.
Luego de ello el Congreso de la República volverá a sesionar hasta el 20 de julio cuando inicie un nuevo periodo y las presidencias de Cámara y Senado, hoy en poder de David Racero y Alexander López, ambos del Pacto Histórico, cambien y reconfiguren las fuerzas políticas al interior del legislativo.
El periodo 2023 -1 dejó graves afectaciones al proyecto del Cambio debido a que otras iniciativas, como la ley de sometimiento y la de humanización carcelaria también se vieron afectadas y se hundieron ante la falta de apoyo por parte de los partidos tradicionales (Partido Liberal, Partido Conservador y Partido de la U).