En una jornada que combinó rigor y controversia, el Senado de la República de Colombia eligió el pasado martes 19 de noviembre de 2024 a Miguel Efraín Polo como el nuevo magistrado de la Corte Constitucional, cargo que ocupará a partir de la salida de Antonio José Lizarazo, quien dejará su puesto en febrero de 2025. La elección de Polo, quien obtuvo 57 votos frente a los 47 de su principal rival, Claudia Dangond, marcó el fin de una tensa disputa que generó una fuerte tormenta mediática y estuvo rodeada de rumores sobre posibles irregularidades.
El proceso estuvo cargado de tensión desde su inicio. Aunque la terna presentada por el Consejo de Estado incluía a tres aspirantes, la contienda se redujo a una polarizada lucha entre Polo y Dangond, dejando a Jaime Humberto Tobar sin ningún respaldo. Finalmente, con 57 votos a su favor, Polo logró imponerse, asegurando su lugar en el alto tribunal, encargado de velar por la defensa de la Carta Magna colombiana.
El proceso de elección fue especialmente significativo, ya que se llevaron a cabo nuevas y estrictas medidas de seguridad y transparencia para asegurar que el sufragio fuera limpio y libre de presiones externas. Los encargados de abrir la urna y contar los votos fueron los senadores Jonathan Ferney Pulido Hernández, más conocido como Jota Pe Hernández, e Inti Asprilla, ambos de la misma colectividad, Alianza Verde, pero con claras diferencias políticas. Además, la jornada estuvo marcada por la presencia de María José Pizarro, del Pacto Histórico, quien en el pasado ha acusado a Hernández de acoso durante su ejercicio legislativo, lo que añadió un matiz de tensión a la dinámica.
El escrutinio se desarrolló bajo una mirada escrupulosa por parte de los asistentes. Durante el conteo de los votos, se escuchó claramente al senador Asprilla decirle al subsecretario del Senado, Saúl Cruz, encargado de acompañar el proceso, “Cuente en voz alta”, lo que subrayó la importancia de la transparencia en este tipo de elecciones de alto impacto. No obstante, uno de los aspectos más comentados de la jornada fue el comportamiento de algunos senadores, quienes optaron por tomar fotos a su voto como prueba de su decisión.
Esta práctica generó especulaciones y acusaciones de que algunos legisladores podrían haber estado reportando sus sufragios a interesados externos. Aunque se señaló al gobierno del presidente Gustavo Petro como el presunto responsable de fomentar esta conducta, las acusaciones fueron desestimadas por miembros de su gabinete, quienes aseguraron que no hubo ninguna intención de manipulación.