Tras el ataque de EE. UU., Francia y Reino Unido a Siria en la madrugada del sábado, el mandatario ruso, Vladimir Putin, alertó sobre la relación entre dichos países por la "violación" a la Carta de la Naciones Unidas que cometieron los tres países. Según él estas acciones podrían traer posibles consecuencias en la estabilidad y paz en el mundo.
Durante una reunión con el presidente de Irán, Hasán Rohaní, Putin comentó: "Si continúan esas acciones llevadas a cabo en violación de la Carta, de manera inevitable conducirán al caos en las relaciones internacionales". Los líderes mencionaron que condenan las acciones porque para ellos, dañaron las perspectivas de un acuerdo político en Siria.
Además, expresaron su interés por realizar una alianza entre Rusia e Irán. Por su parte, el Consejo de Seguridad de la ONU en una reunión de emergencia, puso sobre la mesa varias ideas, entre ellas un proyecto de resolución para que se investiguen los ataques con armas químicas que se han efectuado en el país sirio.
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Estados Unidos, representado por Nikki Haley, embajadora ante el Consejo de Seguridad de la ONU, aseguró que “si el régimen sirio usa sus gases venenosos nuevamente, Estados Unidos está cargado y engatillado”. Fue contundente, no solo amenazó ante la ONU al régimen sirio, sino que de paso rechazó la resolución expuesta por Rusia, en la que solicitaron que se condenara el ataque perpetrado.
Los países que votaron a favor fueron China y Bolivia, por el contrario los que estuvieron en contra: Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Suecia, Polonia, Costa de Marfil, Kuwait y los Países Bajos. Perú, Kazajistán, Etiopía y Guinea Ecuatorial se abstuvieron.
Para Nikki Haley, Rusia usó el veto para “matar” el Mecanismo de Investigación Conjunta, la herramienta que descubriría quién usó armas químicas. “El veto de Rusia fue la luz verde para que el régimen de Al Assad use estas armas bárbaras contra el pueblo sirio, en completa violación de la ley internacional”, aseguró.
Sin embargo, Serguei Lavrov, ministro de Exteriores ruso aseguró que tiene datos irrefutables de que el ataque químico contra Siria fue un montaje de un país rusófobo. Agregó que los expertos que fueron a Duma a analizar si hubo armas químicas no encontraron "ninguna confirmación".
