El primero de agosto concluyó el sexto ciclo de negociaciones entre el ELN y el gobierno de Juan Manuel Santos. Con su salida del poder, se abre un nuevo capítulo en la historia de la paz en el país. En este caso, será Iván Duque el encargado de escribirla.
Los hechos de la última semana revelan que sin duda los diálogos de paz con ELN son uno de los retos en la agenda del presidente electo. El presidente Santos afirmó que ahora está en manos de un nuevo gobierno lograr un cese al fuego y decidir si avanza o da un paso al costado. "Ya hay un documento y protocolo sobre el nuevo cese al fuego. Esperamos que el próximo gobierno decida continuar con este punto y con el resto de la agenda”, puntualizó el mandatario saliente.
Ante este escenario, KienyKe.com se comunicó con el docente universitario y analista político Víctor De Currea Lugo, quien esbozó el panorama que se aproxima en el proceso de negociación con el nuevo gobierno.
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Inicialmente, De Currea Lugo explicó que hay canales de comunicación abiertos entre el uribismo y el ELN que los medios de comunicación desconocen y darían un margen de esperanza para que la mesa de negociación no se rompa de manera inmediata. Además de reconocer la presión que ejerce la comunidad internacional que se ha involucrado durante los últimos años con la paz de Colombia.
"Hay que incluir lo que implica la presión de la comunidad internacional porque una mesa a la que se le ha invertido tampoco se puede romper sin pagar un costo político", señaló.
Sin embargo, indicó que existen diferencias importantes que se deben tener en cuenta en los puntos de vista de ambas partes. Por un lado, "el modelo que han planteado algunas voces del uribismo como Alfredo Rangel es lo más cercano a una negociación tipo rendición, mientras que el ELN plantea un modelo diferente que no necesariamente es como muchos dicen una revolución en la mesa".
Para reafirmar esto, el exsenador Rangel explicó a este medio que desde esta fuerza política se han planteado tres condiciones para continuar con las negociaciones, una de esas es "el cese al fuego definitivo e incondicional de acciones violentas y criminales por parte del ELN". En segundo lugar, no poner sobre la mesa de diálogos la agenda nacional, "con el ELN que es un grupo sin legitimidad, que no representa a nadie aparte de a ellos mismos, no se puede negociar la agenda nacional" y, por último, señaló la importancia de la acción legal al final de proceso,"debe haber justicia y castigo para responsables de crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad que sean proporcionales a la gravedad del delito".
Aseguró que después del 7 de agosto es posible que el gobierno dé a conocer las reglas del juego para avanzar en la negociación: "El gobierno va a hacer pública las condiciones para continuar esas conversaciones y dependerá del ELN si las acepta o no".
Asimismo destacó que a pesar del discurso de Duque que refleja cierto escepticismo hacia el proceso, el ELN ha dicho que esperará al presidente y estarían dispuestos a negociar con él, pero aún está bajo evaluación el cómo.
"Si Duque decide negociar con el ELN no van a haber enemigos de la paz, precisamente porque el representa el ala más de derecha de este país".Por otro lado, el analista mencionó que una de las razones del fracaso de este proceso de negociación es pensar que tras los acuerdos con las Farc, por inercia, el ELN negociaría. "El gobierno de Santos no leyó bien al ELN, trato de repetir el modelo de negociación que usaron con las Farc, lo que es un fracaso", dijo De Currea Lugo. [single-related post_id="919336"] Además indicó que una parte del gobierno y de la sociedad sigue creyendo en la postura de los elenólogos que afirman que el ELN está disminuido, fracturado y sin mando unificado y todo eso es incorrecto. "Si uno no conoce al enemigo con el que está negociando, negocia mal".