Isaías Chalá es un maestro de profesión y vocación que terminó siendo alcalde de Quibdó. A pesar de su presencia imponente, su amabilidad salta a la vista. En dialogo franco con
KienyKe.com nos contó los matones que tuvo que saltar para dejar a Quibdó saneada en materia fiscal, las cosas que no logró hacer y por qué no las hizo, sobre el trabajo social del cual se siente satisfecho y nos adelantó que después de salir de la Alcaldía tiene ofertas de orden nacional e internacional que le interesaría tomar.
KienyKe.com: ¿Cómo es que un profesor llega a ser alcalde de Quibdó?
Tengo que ser sincero con mi comunidad y con el pueblo colombiano. Nunca pensé ser alcalde de Quibdó, sino que una vez, por allá en el 2006, un grupo de amigos me convocaron a una reunión y me dijeron: “hombre Isaías, queremos que nos autorices para promocionar tu nombre como alcalde de Quibdó”, porque por esa época las brechas de desarrollo estaban más difíciles, los problemas de Quibdó eran más grandes… “y entonces necesitamos que tu aportes para que Quibdó pueda mejorar”.
Yo les dije: “Noooo, ustedes están locos. ¿Cómo me van a meter en esto?”. Y cada dos meses me invitaban a compartir con el propósito de buscar cómo me convencían, y en esa etapa permanecimos seis meses, cada dos meses.
Hasta que un día cualquiera les dije “Sí” Y en ese momento, para la campaña de 2007, comenzamos a recoger firmas para inscribirme porque nadie me daba aval porque no era de la clase política. Comencé con un grupo de amigos a recoger firmas y me inscribí por firmas.
Pues la sorpresa positiva fue que, ese día de las elecciones de 2007 hasta las 10:00 p.m. las emisoras nos dieron ya como alcalde, pero a la final perdí por un 1%.
Y ya para el 2005 hice alianza política y apoyé a la alcaldesa del momento, del 2012 al 2015, y ya para el 2015 logramos que me seleccionaran como candidato, ya ahora sí con respaldo de varios partidos políticos y obtuvimos la votación más alta de toda la historia del Chocó y aquí estamos.
¿Cómo encuentra la Alcaldía de Quibdó y como la va a dejar?
Bueno. Créame que cuando llego a la Alcaldía y evidencio que Quibdó tenía una sanción fiscal que le impedía recibir recursos del orden nacional eso sí me preocupó.
¿Y por qué tenían esta sanción?
Porque Quibdó tenía unas deudas acumuladas de más de 30 años. Quibdó figuraba con una deuda de más de 65 mil millones de pesos y de recursos propios solamente recibía 12 mil millones de pesos anuales y entonces no tenía cómo.
Ningún mandatario tenía cómo resolver esa situación. En ese orden de ideas, tomé la decisión de ir al ministerio de Hacienda y hablé en ese momento con la Doctora Ana Lucía Villa que es la de apoyo fiscal de Ministerio de Hacienda y le dije: “Vengo a dar la cara por Quibdó. Quiero utilizar esa herramienta de planificación financiera que es la Ley 550”. Y me dijo ella: “¿Usted es capaz?”. Y le dije yo: “Soy capaz”.
¿Y esa Ley qué dice?
Esa Ley implica que uno tiene que hacer un acuerdo de restructuración de pasivos con los acreedores. Es decir, con quienes el municipio le debe. Pero para ello, también tiene una carga muy grande y es que uno como alcalde tiene que responsabilizarse de presentarle a los acreedores una oferta que garantice que le vamos a cancelar.
Y en ese orden, tuvimos que comprometernos con el 92% del presupuesto de libre destinación para cancelar esas deudas. Nos quedaba solamente un 8% disponible.
¿Para cuántos años? ¿O fue solo el de ese año?
No. Eso se programó para ocho años. Pero teníamos unas obras inconclusas como el Megacolegio MIA (Mestizos, Indígenas y Afrodescendientes) y destiné un 4% de lo que me quedaba para terminar esa obra porque se estaba convirtiendo en un elefante blanco y, en ese orden, con ese 4%, más unos recursos del Sistema General de Participación de educación, logramos terminar la institución y hoy levantamos la sanción fiscal.
Quibdó ha tenido una ventaja: que puso sus cuentas claras. Hemos ocupado por dos años consecutivos el primer lugar en desempeño fiscal. Igualmente por dos años consecutivos hemos ocupado el primer lugar a nivel departamental en materia de eficiencia fiscal y tenemos a Quibdó ocupando el tercer lugar a nivel de país en inversión per cápita. Y vamos avanzando.
Y quiero decirle algo: en menos de 20 meses hemos disminuido la deuda en más de 25 mil millones de pesos. Esperamos este año 2019 cancelar un 25% de tal manera que al próximo mandatario le vamos a entregar un territorio con las cuentas claras. Lo habíamos recibido en la sexta, estamos en la quinta y vamos a entregarlo en la cuarta categoría.
Las satisfacciones
Dígame tres cosas de las que usted se sienta orgulloso y que le vaya a dejar a Quibdó. ¿Qué es lo que más resalta?
Primero: haber logrado con el Gobierno Nacional una inversión por más de 50 mil millones para construir infraestructura educativa. Eso es una de las cosas que me llena.
Segundo: haber puesto en orden las finanzas de Quibdó.
Tercero: haber logrado construir la primera etapa del malecón de Quibdó. Eso le va a cambiar toda la visión y la parte ambiental de la ciudad.
Y hay otras cosas que me entusiasman y es haber logrado que en mi periodo se construya el tema del acueducto de Quibdó. Cuando lo recibimos tenía una cobertura de un 30% y con las obras que se están construyendo en el tema del acueducto va a pasar de tener esa cobertura del 30% a más de 95%.
¿En cuánto tiempo proyectado?
Aspiramos que al 2020, por ahí en junio, se terminen esas obras.
¿Cómo está Quibdó en materia de seguridad?
En seguridad hemos logrado un paso trascendental. Siempre he expresado que cuando recibimos la administración, en Quibdó había entre uno o seis homicidios diarios. Nos articulamos con la Policía, con el Ejército, con la Fiscalía y con todos los organismos de seguridad en una primera etapa.
Luego, logramos firmar un pacto por la reconciliación, la paz y la convivencia con los jóvenes en alto riesgo social y tenemos que decir que los homicidios se han bajado en más de un 30% y hemos tenido épocas donde han pasado más de 56 días sin que haya un homicidio en Quibdó.
¿En estos ocho meses restantes qué le falta por hacer?
Hombre, en estos ocho meses quiero terminar la construcción de toda esa infraestructura educativa. Tengo un desafío que es como una frustración: no pudimos ver iniciada la construcción de la central de abastos y la circunvalar, porque conozco y tengo plena convicción que son dos obras fundamentales que necesita Quibdó para poder desembotellarla. Quibdó está como atomizado en el centro, entonces, si construimos esas dos grandes obras, logramos descongestionar a Quibdó del centro.
¿Y por qué no se pudieron construir?
Por toda la tramitología que tiene el país. Pero ahora el señor Presidente de la República ha ofrecido y ha garantizado que va a construir esas dos grandes obras, a tal punto que en el Plan de Desarrollo figuran la construcción de ellas. O sea que con esas dos obras Quibdó dará un salto grandísimo para organizar sobre todo el tema de movilidad y espacio público.
¿Qué ha sido lo más difícil y lo que más se ha gozado de ser alcalde?
¿Lo más he gozado? Hombre; mejorar la calidad de la educación y mejorar toda la infraestructura en Quibdó, porque tradicionalmente, aquí en Quibdó las instituciones educativas han funcionado en sitios donde normalmente funcionaban oras dependencias, o sea que los ambientes escolares no eran lo mejor.
Pero la gran satisfacción que he sentido también es en lo social. Lograr generarle emprendimientos a los discapacitados es algo fenomenal. Aquí por ejemplo en Tutunendo, tenemos a un joven a quien le dimos recursos articulados con otras organizaciones, le generamos un emprendimiento y en menos de tres meses, de un emprendimiento que inició con 2 millones 500 mil de capital, su patrimonio de ese negocio hoy pasa los 10 millones de pesos. Y no solo es por el aumento del capital, es por el entusiasmo que uno ve en esa persona, es por la alegría.
Nosotros somos un ejemplo también para el país en ese tema de emprendimiento para discapacitados, como también somos ejemplo para el país en haber constituido la política pública para la libertad religiosa y de cultos. Usted sabe que aunque existen diferencias ideológicas de unas iglesias, lograr armonizar unos propósitos de evangelizar pensando en que la sociedad viva mejor, que la sociedad logre una reconciliación, eso es importante.
Pero no me contestó que ha sido lo más duro de ser alcalde…
¡Ay! lo más duro… Lo económico. Cierto sí es. Eso ha sido muy difícil. Con toda sinceridad lo expreso porque Quibdó, como lo expliqué antes, solamente estamos trabajando con un 4% en la práctica. Entonces con eso tenemos que resolver todos los problemas que se presentan en la comunidad. Eso no es fácil.
Sobre todo una ciudad, un territorio, con infinidad de problemas y uno no tener como atenderlos es preocupante y esperamos que al que le toque asumir la nueva administración, ya va a encontrar desde luego un territorio económicamente más solvente.
Porque yo les hago una pregunta y es lógico: ¿si nosotros invirtiéramos esos 25 mil millones de pesos que hemos dedicado a arreglar las finanzas, los dedicáramos a realizar inversión social, a arreglar calles?, eso sería fantástico.
Eso quiere decir que la próxima administración, va a tener ya más tranquilidad financiera y eso va a facilitar que Quibdó pueda seguir avanzando
Y cuando usted deje de ser alcalde ¿A qué se va a dedicar?
Me dedicaré a lo que normalmente he sido. Yo soy un hombre empresario también y que me ha gustado mucho. Y por ahí hay unas ofertas del orden nacional e internacional y estoy pensando a cuál de ellas me dedico. Pero lo cierto es que mi interés es seguir aportando para que Quibdó, el Chocó y Colombia, continúen mejorando.
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