Frente a la decisión de la Corte Constitucional de la no deducibilidad de las regalías de la reforma tributaria, el presidente Gustavo Petro ha arremetido en contra de la entidad judicial, en varias ocasiones. Sin embargo, en la más reciente, el mandatario advierte que esta determinación llevará a un recorte del presupuesto nacional del 2024, lo que lleva a tener que hacer sacrificios sociales.
A través de su cuenta de X, Petro señaló que los sectores que se verán afectados son los colegios y hospitales, pues el presupuesto que hoy está aprobado desde el Congreso hacia estas dos áreas, será destinado a utilidades de compañías multinacionales dueñas de contratos de petróleo y carbón.
“El fallo quita el dinero de colegios y hospitales que ya estaban aprobados por el Congreso y lo pasa directamente a las utilidades de las multinacionales dueñas de contratos de carbón y petróleo”.
El recorte del presupuesto para el próximo año fue justificado, según Petro, en que no puede dejar que el país adquiera más deuda externa, como lo hizo el expresidente Iván Duque. “La consecuencia directa de la decisión de la corte constitucional que acatamos, es: o dejamos crecer el déficit como Duque, vía endeudar más el país. Camino que no es el nuestro; o se recorta el gasto en el presupuesto del año entrante que implica sacrificios sociales”.
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En anteriores ocasiones el jefe de Estado ya había mandado pullas contra la Corte, señalando que reclamar es su deber como colombiano y más cuando está “en un país al que siempre lo han estafado en la venta de sus materias primas energéticas, es decir, lo que significa las regalías. Las regalías no son un costo del empresario de petróleo”.
Añadió que, “el petróleo es propiedad del pueblo colombiano. Cuando el Estado concede explotarlo a un particular, el estado se queda con una parte, precisamente porque el bien explotable es propiedad del pueblo: el petróleo”.
En su intento por responsabilizar a la entidad judicial, Petro mencionó que, “cuando la Corte vuelve el derecho del pueblo, una deducción del impuesto de renta del particular, le regala impuestos a gente muy poderosa económicamente y produce una profunda injusticia social; vuelve inocuo el derecho del pueblo a su propiedad. Es una verdadera expropiación de un bien nacional que se convierte de facto en un bien particular, y no de cualquier particular: los particulares más poderosos del mundo”.