El secretario de Estado de Estados Unidos (canciller), Antony Blinken, y la ministra de Relaciones Exteriores de Panamá, Erika Mouynes, hablaron este martes y acordaron contrarrestar lo que denominaron "influencia maligna" en Centroamérica y en todo el mundo, dijo el martes el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price.
Ambos diplomáticos "hablaron de la importancia de contrarrestar la influencia maligna en la región y a nivel mundial", dijo Price al leer un comunicado, y agregó que además "discutieron los estragos de la pandemia de Covid-19 y la necesidad de una cooperación continua para proteger" a las poblaciones y economías de Estados Unidos y Panamá.
Panamá, por su parte, ponderó el retorno de EE.UU. a esferas de este tipo de encuentros en tiempos de pandemia como la Organización Mundial de la Salud, y el nuevo respaldo de la administración Biden al Acuerdo de París para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), también suscrito por el Estado panameño.
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En ese sentido, la canciller panameña destacó las iniciativas del Gobierno Nacional frente a las amenazas del Cambio Climático, apostando por la agenda verde de la sostenibilidad y destinando importantes recursos a la protección del patrimonio natural y marino, hasta haber convertido Panamá en uno de los tres únicos países sumidero de Carbono del planeta.
Por último, compartió la intención de Panamá de reforzar su presencia en los foros multilaterales y recuperar el liderazgo en la región que históricamente se asoció a su papel de mediador neutral y centro geográfico de referencia mundial.
Entretanto, Blinken enfatizó que Estados Unidos comparte intereses en trabajar con Panamá para mejorar la estabilidad, la prosperidad y la seguridad regionales, así como para desempeñar un papel de liderazgo entre sus vecinos en materia de derechos humanos, cuestiones climáticas y migración, según el vocero.
El funcionario expresó su agradecimiento por los fuertes vínculos entre los gobiernos y los pueblos de Estados Unidos y Panamá y reiteró el compromiso de su país con la relación bilateral, agrega el texto leído por Price.
Además, los dos cancilleres coincidieron en el valor de las inversiones de capital estadounidense en Panamá, como punto importante en la recuperación económica post pandemia, manteniéndose el atractivo comercial del país istmeño por sus inigualables ventajas logísticas y su estabilidad social.
Cabe mencionar que en marzo, la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) expandió sus esfuerzos para combatir la influencia extranjera maligna, originalmente concentrada solo en Rusia, para incluir a China, Irán y otros, dijo el director de esa agencia, Christopher Wray, en el Senado.
El FITF (Grupo de Trabajo de Influencia Extranjera, en inglés) se estableció en 2017 para identificar y contrarrestar las operaciones de influencia extranjera maligna, incluida la interferencia electoral.
El grupo está dirigido por la División de Contrainteligencia del FBI y está compuesto por agentes y analistas de las Divisiones de Contrainteligencia, Cibernética, Contraterrorismo e Investigación Criminal.