México atraviesa por un contexto de creciente violencia que Claudia Sheinbaum tendrá que asumir tras la salida de López Obrador en el Gobierno, empezando por el terrible asesinato del alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos Catalán, que se ha convertido en un ejemplo de la compleja realidad de la seguridad en México.
Arcos, quien había asumió su cargo hace apenas seis días, fue encontrado decapitado el 4 de octubre de 2024, un crimen que llega en un momento de transición política tras la toma de posesión de la científica de la UNAM como presidenta de la República, el pasado primero de octubre.
El crimen ha suscitado preocupación tanto a nivel local como nacional, dado que se produce solo días después de la ejecución de su secretario de ayuntamiento, Francisco Tapia, y del exdirector de la Unidad de Fuerzas Especiales de la Policía Estatal, Ulises Hernández Martínez. Estos incidentes reflejan un patrón alarmante en Guerrero, un estado marcado por la violencia relacionada con el narcotráfico y el crimen organizado.
Claudia Sheinbaum, quien se comprometió a continuar la estrategia de seguridad de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, conocida como “abrazos, no balazos”, se enfrentó a este desafío desde su primer día en el cargo.
En una rueda de prensa, Sheinbaum expresó que se están realizando las investigaciones necesarias para esclarecer el asesinato de Arcos y determinar el móvil del crimen. “Se está viendo si es necesario atraer el caso para la Fiscalía General de la República”, declaró, subrayando que, a pesar de la tragedia, Chilpancingo no figura entre los municipios con mayor número de homicidios en el país.
¿Quién era Alejandro Arcos Catalán, el alcalde asesinado en Méxio?
El funcionario de 43 años era militante del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que repudió su asesinato. Había nacido el 2 de febrero de 1981 en Chilpancingo, Guerrero de donde provenía su familia. El político deja a su familia con una gran tristeza: su madre María del Socorro Catalán Gálvez y padre, Leonel Argos Luna. Además de su exesposa: Sandra Elena Solís Peralta.
Arcos era licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública e hizo su carrera en la administración pública y en el sector social. Desde comienzo de1994 se involucró con grupos vulnerables.
Graves críticas a las políticas de seguridad de AMLO
La estrategia de “abrazos, no balazos” ha sido objeto de críticas, especialmente en un contexto donde los índices de criminalidad, incluidos homicidios y extorsiones, continúan siendo alarmantes.
Datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) indican que, aunque hubo una disminución del 12% en los homicidios dolosos de 2018 a 2023, el país sigue enfrentando una media de 80 muertes violentas diarias, con más de 2,000 víctimas mensuales desde 2016.
La situación en Guerrero es particularmente complicada. La región ha sido un bastión para diversas organizaciones criminales, y la violencia política se ha intensificado en los últimos años. La ejecución de funcionarios públicos, como la del alcalde y sus colaboradores, plantea interrogantes sobre la capacidad del gobierno local y federal para proteger a sus líderes y ciudadanos.
El asesinato de Arcos no solo afecta a la administración de Chilpancingo, sino que también representa un mensaje claro de las dinámicas del narcotráfico en el país. La violencia política y el uso de tácticas extremas por parte de los cárteles evidencian una falta de control y un desafío directo a la gobernanza en un estado donde la corrupción y la impunidad han sido temas recurrentes.
