Cerca de 2.300 personas que asistieron a tres festivales de música en Cataluña este verano contrajeron COVID-19, de acuerdo con la información divulgada por el Gobierno regional. Se trató de los festivales Vida, Canet Rock y Cruilla, que se promocionaron como “seguros para COVID” por incluir medidas como pruebas rápidas de entrada y máscaras faciales obligatorias.
No obstante, un estudio de las autoridades de Cataluña reveló que las medidas de seguridad en los festivales de música no fueron suficientes para mantener a raya los contagios, en un momento en el que el virus se estaba extendiendo exponencialmente entre la población joven de España.
Sumado a ello, la investigación encontró que las 50.000 personas que asistieron a los eventos tenían aproximadamente el doble de probabilidades de haber contraído COVID-19 que las de una edad similar en los grupos de control.
Carmen Cabezas, una alta funcionaria de salud pública catalana, dijo que los festivales tenían un "papel que desempeñar" en la dramática quinta ola de infecciones de la región.
Aunque Cataluña cerró los clubes nocturnos para frenar la propagación de los clubes nocturnos para frenar la propagación del virus, especialmente ahora que ya se encuentra circulando la variante Delta, algunos de los festivales de música continuaron su actividad basándose en un modelo de prueba que resultó exitoso en eventos piloto anteriores.
No obstante, este sistema fue aplicado en una etapa de la pandemia en la que aún la Delta no era una amenaza tan grande como la que ahora representa para la población española y europea. Razón por la cual, asegura la funcionaria, no habría tenido efectividad en esta ocasión.
“La variante fue diferente (durante los proyectos piloto) y las condiciones en los festivales de música fueron más difíciles de controlar. La variante delta es mucho más transmisible y, a veces, las pruebas negativas dan a las personas una falsa sensación de seguridad”, dijo Cabezas en una conferencia de prensa.
A principios de julio, el ministro de Sanidad de Cataluña, Josep Maria Argimon, dijo que era "un error" haber celebrado los festivales sancionados por el Gobierno, pues estos le habían permitido a la sociedad desarrollar una confianza que no obedece a la realidad y podría poner en peligro la salud pública.
"Aunque todavía estamos esperando los resultados, los eventos le dieron a la gente una idea de que las cosas eran más normales de lo que eran", aseguró Argimon al diario español El País.
Cataluña ha sido el epicentro de la quinta ola de COVID-19 en España, que tuvo el mayor impacto en la población más joven y no vacunada. Aunque los contagios allí parecen haber alcanzado su punto máximo, el 47% de las unidades de cuidados intensivos de la región todavía está ocupado por pacientes con COVID-19.
En total, 3.067 pacientes con coronavirus están hospitalizados en Cataluña, según datos del Ministerio de Sanidad español del martes.Esta región ha sido además una de las más golpeadas por el coronavirus, registrando más de 22 mil muertos y 900 mil casos positivos desde inicio de la pandemia.
